No tiene que haber sido muy fácil para el director irlandés Paddy Breathnach el rodaje de ‘Viva’. Se ha atrevido con un drama en español sobre la homosexualidad y la paternidad localizado en La Habana. El que en su día fuera uno de los jóvenes directores europeos con mayor proyección tras varios reconocimientos en el Festival de San Sebastián, sorprende dentro de su irregular carrera con esta película que rompe esquemas.

Héctor Medina destaca en su papel de Jesús, jóven huérfano y homosexual que busca su hueco en la vida dentro de la difícil ciudad. Cuando parece haberlo encontrado aparece su padre, interpretado por Jorge Perugorría, un famoso exboxeador del que no tenía noticia desde su infancia y creía muerto. Acaba de salir de la cárcel y necesita un sitio donde vivir. Abruptamente se han convertido en padre e hijo y a ninguno le gusta lo que ve en el otro. Inmediatamente surgen los reproches del hijo abandonado y arrepentimientos por lo fallos cometidos del padre excesivamente imperfecto.

Jorge Perugorría y Héctor Medina en Viva.
Jorge Perugorría y Héctor Medina en «Viva».

El jóven Jesús parece haber encontrado su lugar actuando en un club de transformismo en La Habana. Vestido de mujer interpretando a cantantes como Zoraida Marrero o Rosita Fornés es feliz y además le permite llevar una vida decente para la cruda realidad cubana. El dueño del local, magníficamente interpretado por Luis Alberto García, desde la sabiduría de la experiencia le ayudará a luchar por su sueño en contra de las ideas retrogradas de su padre.

La maravillosa La Habana con sus tejados destartalados y su paredes desconchadas es el escenario ideal para esta película que refleja la cruda realidad de lo que supone el abandono en sus múltiples facetas. Laurent Cantet ya lo hizo con ‘Regreso a Ítaca’. Canciones como ‘El amor‘ interpretada por Massiel o ‘Como cualquiera’ cantada por Annia Linares son el mejor acompañamiento para una trama engarzada al descubrimiento personal, el amor y la vida.

Lo que nos cuenta Paddy Breathnach en ‘Viva’ ya lo hemos escuchado en otras ocasiones, pero nunca antes lo habíamos visto de esta manera tan particular. No es una película perfecta, desde luego, pero gracias a este tipo de cintas vemos cierta esperanza frente a la estandarización del cine contemporáneo. Lo que cuenta, dónde y cómo lo cuenta bien vale una visita al cine.

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