
«Sus películas se inspiran en los clásicos y sin embargo parecen frescas y actuales. Woody Allen es una de las grandes figuras del cine de las últimas décadas»
Allan Stewart Konigsberg, Woody Allen,nació el 1 de diciembre de 1935 en su querida Nueva York, la ciudad que tanto ha homenajeado en sus películas. Procede de una familia judía, como es sobradamente conocido. Su madre, Nettea era contable, mientras que su padre, Martin Konigsberg era taxista, aunque le ocultó durante mucho tiempo su profesión, como él mismo recuerda en la película ‘Días de radio’, llena de elementos autobiográficos.
Aunque sus padres querían que fuera farmacéutico –según declara Allen en el documental «Wild Man Blues«– era un gran apasionado del cine, y acabó matriculándose en producción cinematográfica, en la Universidad de Nueva York. Al parecer, no era buen estudiante, y tuvo que abandonar sus estudios, para dedicarse a escribir gags para comediantes y guiones televisivos. Poco a poco, Woody se dio cuenta de que cuando él interpretaba sus propios chistes tenía un éxito arrollador, por su particular apariencia. Acabó convertido en cómico, realizando numerosos monólogos en locales y programas televisivos.
Primeros pasos cinematográficos
Ya tenía cierta fama como cómico cuando una productora le contrató para escribir el guion de ‘¿Qué tal, Pussycat?’, donde también interpretó un papel secundario. Poco después adaptó libremente al ingles una película japonesa que dio lugar a ‘What’s Up Tiger Lily’?’. Tras casarse con Louise Lasser, actriz que apareció en alguno de sus primeros filmes, debutó como director con la hilarante ‘Toma el dinero y corre‘. En su primera etapa, Woody Allen rueda comedias disparatadas, como ‘Bananas’, ‘Todo lo que quiso saber sobre el sexo pero temía preguntar’, ‘El dormilón’ y ‘La última noche de Boris Grushenko’.
‘Annie Hall’, comedia romántica sobre la relación entre un neurótico escritor y una cantante, inaugura una nueva época, caracterizada porque rueda películas de mayor calado y sus comedias comienzan a tener un fondo dramático. Protagonizado por su pareja de aquel momento, Diane Keaton, la película obtuvo dos Oscar, pero Allen no fue a la ceremonia porque tenía que tocar el clarinete en un club neoyorquino.
Tras la memorable ‘Manhattan‘, con deslumbrante fotografía de Gordon Willis, Allen se atreve a buscar nuevas fórmulas en películas como ‘Interiores‘, su primer drama y también la primera que dirigía en la que no aparecía como actor.
La época de Mia Farrow
Cuando finalizó su relación con Diane Keaton, Allen se unió a Mia Farrow, que protagonizó muchas de sus películas, como ‘La comedia sexual de una noche de verano’, ‘Zelig’, ‘La rosa púrpura del Cairo’, ‘Alice’, ‘Hannah y sus hermanas’ o ‘Sombras y niebla’, homenaje al Expresionismo Alemán. Cuando ella rodaba a sus órdenes ‘Maridos y mujeres’ estalló la polémica, cuando se supo que Allen se había emparejado con Soon-Yi Previn, hija adoptiva de Mia Farrow.
Sin embargo, a partir de ese momento, el cineasta neoyorkino inicia una época de enorme madurez, tras la divertida comedia ‘Misterioso asesinato en Manhattan’, una de sus mejores películas. Dirige títulos como la deliciosa ‘Balas sobre Broadway’ o el musical ‘Todos dicen I Love You’.
Woody Allen y el nuevo milenio
En el nuevo milenio, tras ‘La maldición del Escorpión de Jade’ y la inspirada ‘Un final made in Hollywood’, Woody Allen decide abandonar Nueva York para irse a rodar a nuevas ciudades. En Londres dirige la magistral ‘Match Point’, una de las cumbres de su cine, y las inferiores ‘Scoop’ y ‘Cassandra’s Dream’. En España rodó ‘Vicky Cristina Barcelona’. En los últimos años, la actriz Scarlett Johansson se convierte en su nueva musa y también las jovenes Emma Stone y Kristen Stewart.
En 2009 regresa tímidamente a Nueva York con ‘Si la cosa funciona‘, una película deliciosa que recupera la esencia del cine que más nos gusta de Allen. De su última etapa destacan sobremanera ‘Medianoche en París’ (2011) y ‘Café Society’ (2016). Entre medias hemos podido ver trabajos más flojos y que no estaban a la altura del genio, como ‘Irrational Man‘ o ‘Blue Jasmine’. Recientemente, con ‘Wonder Wheel‘ y ‘Día de lluvia en Nueva York‘ nos sigue reconciliando con su cine.
Sin lugar a dudas el mejor director vivo de la historia del cine al que admiramos profundamente.