Lars Von Trier (‘La cena de los idiotas’), Thomas Vinterberg (‘La celebración’) y Soren Kragh-Jacobsen (‘Mifune’) entre otros directores,  dieron a conocer en 1995 un documento en el que planteaban la necesidad de modificar la forma de hacer cine. Ese documento resultó ser el impulso inicial de un movimiento llamado Dogma 95.

Los directores en cuestión se comprometían a tratar sus películas respetando una serie de normas estrictas a partir de las cuales buscaban encontrar la verdad profunda:

  1. Los rodajes tienen que llevarse a cabo en lugares naturales. No se puede decorar ni crear un «set». Si un artículo u objeto es necesario para el desarrollo de la historia, se debe buscar una localizacion donde estén los objetos necesarios.
  2. El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes o viceversa (la música no debe ser usada, a menos que esta sea grabada en el mismo lugar donde la escena está siendo rodada).
  3. Se rodará cámara en mano. Cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano está permitido. (La película no debe tener lugar donde esté la cámara, el rodaje debe tener lugar donde la película tiene lugar).
  4. La película tiene que ser en colores. Luz especial o artificial no está permitida (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, ésta debe ser eliminada o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara).
  5. Se prohíben los efectos ópticos y los filtros.
  6. La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden haber armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).
  7. Se prohíbe la alineación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora).
  8. No se aceptan películas de género.
  9. El formato de la película debe ser de 35 mm.
  10. El director no debe aparecer en los títulos de crédito.

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