
El director y guionista de cine Andrew Dominik regresa, tras cinco años de ausencia, con la película ‘Mátalos suavemente’. Brad Pitt, que ya había protagonizado ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’ vuelve a repetir en el reparto y parece convertirse en su actor fetiche. En esta ocasión, el actor de Oklahoma se pone en la piel de un asesino a sueldo que se enfrenta abiertamente al sistema de vida americano.
Dominik, con tan solo tres películas en su haber, demuestra altas dosis de talento visual. Recrea con un gran dominio la atmósfera de suspense que requiere el filme. Capta con la cámara el aspecto más psicológico de un thriller a la vez que añade tintes de comedia de cine negro. Se recrea visualmente en algunas escenas para convertirlas en su seña de identidad.
Jackie Cogan (Brad Pitt) sobreactúa y no termina de convencer en su papel, pero no por falta de registros y habilidades interpretativas, en absoluto, porque creo que le sobran. El problema radica en su personaje, que no está sólidamente construido, al que se le atribuyen diálogos que no hacen creíble a un villano. Sin embargo, el trío de actores formado por Ray Liotta (‘Uno de los nuestros’), James Gandolfini y Vicent Curatola (‘Los Soprano’) están hábilmente dirigidos y son, sin lugar a dudas, la principal baza de la película junto con una soberbia fotografía y banda sonora.
No se trata de un thriller original, pero sí hábilmente construido y narrado. El filme recrea con frialdad un mundo asfixiante y pesimista donde habita la desilusión continua. Precisamente ese trasfondo de crisis económica y de valores en el que se mueven los personajes se sobreentiende, por lo que atenta a la inteligencia del espectador que se nos muestre de forma tan evidente el «sentido» de la película.
No era necesario apabullarnos constantemente con una “banda sonora política” que más que despertar conciencias llega a chirriar en nuestros oídos. Este aspecto político de la película forma parte de la arrogancia del guión ya que a estas alturas quién puede poner en duda que “EEUU no es un pueblo, sino un negocio”.
Me ha gustado bastante, coincido en que lo mejor de la película son Ray Liotta y Gandolfini. De acuerdo en que Brad Pitt sobreactúa a veces, pero no puedo imaginar a un asesino más convincente. Sobre el guión diría que no desmerece a la novela original de George V. Higgins, aunque no llegue a alcanzar su altura. El ritmo de la película puede parecer poco ágil, pero cumple con su cometido ampliamente. Yo la recomiendo