El cine británico siempre nos ha deparado muy buenas películas de intriga y de suspense, policíacas con misterios a resolver y asesinos implacables que hacen de las suyas y que nos han puesto los pelos de punta. Aquí va una recopilación por diferentes décadas de los mejores thrillers británicos. Puede que algunas de las películas las hayáis visto ya, pero estamos seguros que os sorprenderemos con algunas de estas películas británicas de asesinatos.

Brighton Rock (John Boulting, 1947)

Richard Attenborough da vida a Pinkie Brownes, un gángster que lidera una pandilla de degenerados malvivientes. Después de cometer un asesinato intenta manipular a una amiga suya para que le suministre una coartada. La película está basada en una novela de Graham Greene y supuso el mejor trabajo cinematográfico de Attenborough.

Croupier (Mike Hodges, 1998)

Jack Manfred, un aspirante a escritor con problemas económicos, decide aceptar un trabajo de croupier para salir adelante. Lo malo es que en el casino entabla relación con una empleada que lo arrastra por caminos peligrosos. Una película con una atmósfera única que evoca a la novela negra más clásica. Clive Owen desarrolla un papel estelar díficil de olvidar.

Down Terrace (Ben Wheatley, 2009)

Una historia inquietante entre un padre y un hijo que salen de prisión decididos a desenmascarar al confidente de la policía que amenaza sus negocios familiares. Aclamada producción británica, definida como una mezcla entre Ken Loach, Los Soprano y el cine de los hermanos Coen. Una película familiar centrada en el asesinato y la traición, que mezcla las justas dosis de perversidad y diversión.

Asesino implacable (Mike Hodges, 1971)

Un gángster investiga las razones del asesinato de su hermano con la intención de vengarse. Un típico leitmotiv llevado al cine de manera brutal. Una película refinada, elegante y chic. Hodges dirige a un magnífico Michael Caine en mitad de un ambiente sombrío. También es considerada una de las mejores películas británicas de asesinatos. Imprescindible.

La venganza (Stephen Frears, 1984)

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Terence Stamp interpreta a Willie Parker, un antiguo gángster que vive desde hace diez años con una identidad falsa en una remota aldea española. Es un delator que tiene que enfrentarse a los mafiosos a los que traicionó. La película medita, con un carácter casi filosófico, sobre la muerte. Posee un giro en la trama espectacular, que  solo viene a avalar la calidad del trabajo posterior de Stephen Frears.

El quinteto de la muerte (Alexander MacKendrick, 1955)

El famoso quinteto de la muerte del cine británico se merece por méritos propios su hueco. Quién no recuerda esa casa aislada y próxima a las vías del tren donde vivía la señora Wilberforce, una venerable anciana que alquiló dos habitaciones al misterioso profesor Marcus y a los cuatro miembros de su siniestra banda de música. Espléndida fusión de crimen y comedia que da como resultado un exquisito humor negro.

Mona Lisa (Neil Jordan, 1986)

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George es el chófer de una prostituta negra, alta y delgada, llamada Simone, cuyos clientes son hombres de negocios y árabes millonarios. Pronto descubrirá algo que jamás podía imaginar, algo que podría destruir su propia vida. Un romántico drama criminal de Neil Jordan convertido en una joya temprana de la corona. Se respira el mejor cine negro de los ochenta.

El fotógrafo del pánico (Michael Powell, 1960)

Böhm interpreta a un psicópata que fotografía a sus víctimas mientras mueren. El personaje necesita registrar en imágenes el terror que sienten sus víctimas antes de morir. Por eso ejerce la profesión de fotógrafo, para encubrir sus intenciones y poder satisfacer sus morbosos impulsos sin levantar sospechas. Un clásico con mayúsculas que sigue produciéndonos el mismo desasosiego e inquietud.

The Long Good Friday (John Mackenzie, 1980)

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Harold Shand, un delincuente inglés bien establecido, está a punto de cerrar un lucrativo negocio con la mafia estadounidense. Una película que deja por el camino un rastro sangriento en su recorrido hacia la verdad. Un thriller apasionante con una actuación estelar de Bob Hoskins y Helen Mirren. Supuso el renacimiento de las películas de gángsters.

Frenesí (Alfred Hitchcock, 1972)

Y en un post sobre películas británicas de asesinatos no podía faltar el maestro del suspense, que en esta ocasión se vale de las frías aguas del Támesis para introducirnos en su último filme británico. Cuando vemos el cadáver de una mujer desnuda y estrangulada con una corbata a rayas sabemos que estamos ante el mejor Hitchcock. El ambiente y la atmósfera son recreados de manera magistral como solo haría un genio del cine. Sin duda, su mejor testamento cinematográfico.

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