
Leyendo la revista Jot Down me entero que Garci está cansado de toda la burocracia que conlleva la financiación de una película y piensa dedicarse a su gran pasión, la escritura. Precisamente este año se han cumplido 30 desde que recibiera el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa por ‘Volver a empezar’.
En 1983 triunfaba ‘Gandhi’ con 8 estatuillas y Garci competía con una película nicaragüense que abordaba el tema de la guerra; una cinta soviética (quedaban todavía ocho años para la desaparición de la URSS); una película sueca sobre la exploración al Polo Norte, y, por último, con su principal contrincante, el director francés Bertrand Tavernier con ’1280 almas’. Una historia que se desarrollaba en el África Colonial Francesa.

Independientemente de los gustos que pudieran tener los académicos de hace 30 años, hay que reconocer que Jose Luis Garci jugaba con ventaja. Su historia de amor lacrimógena, rodada en parte en San Francisco y con música de Carl Porter, apelaba directamente al corazoncito de los académicos.
Pero ‘Volver a empezar’ condensa mejor que nadie la melancolía garciana. A Antonio Miguel Albajara (Antonio Ferrandis) le queda poco de vida y regresa a su Gijón natal en busca de sus recuerdos y de su primer amor. La fotografía grisácea de la playa de San Lorenzo al ritmo del canon de Pachelbel se encarga de asfixiar la atmósfera de los personajes y entristecer al espectador. Garci supo conjugar todos los ingredientes que afectan a nuestras emociones, pero su película no tenía la calidad técnica y narrativa para hacerle merecedor de una estatuilla de Hollywood. ¡Qué suerte tuvo Garci ese año!