
Debido al despilfarro de talento que hay detrás del equipo de ‘El consejero’ resulta imperdonable el mal sabor de boca que deja la última película de Ridley Scott. Mucho ruido y pocas nueces para este thriller sobre el comercio de cocaína en la frontera Tex-Mex que es incapaz de pulir una magnífica historia debido a un guión rematadamente malo de Cormac McCarthy.
No hay manera de que la trama alcance la dosis justa de claridad y solidez. Lo único que reconforta es el inconfundible estilo visual de Scott, al que hay que atribuirle el mérito de filmar algo así después de “Prometheus”.
Reconforta ver en pantalla a Michael Fassbender y Javier Bardem juntos. Quizás, sería lo único que podemos sentir como coherente en la película. No pudiéndose decir lo mismo de Penélope Cruz y Brad Pitt. A la primera, no podemos dejar de verla como Pe, lo que arroja siempre una sombra de inverosimilitud sobre su personaje. Mientras que al segundo, ya resulta agotador verle en el estereotipado papel de cowboy que interpretó recientemente en ’Mátalos suavemente’.
Desgraciadamente podemos decir que ‘El consejero’ es una película del montón. De todas esas historias que existen sobre palizas, asesinatos y decapitaciones espeluznantes, pero eso sí, marcada por intrascendentales conversaciones sobre la moralidad. Quién sabe si con el tiempo llegue a valorarse como película de culto habida cuenta de la escena sexual con coche por medio y la terrorífica secuencia mortal en mitad del desierto.
Personalmente siempre es un buen referente las críticas que se hacen en Macguffin007 para decantarme por una película. Así que a ésta no le prestaré mucho interés. Deseamos que el gran Ridley Scott haga algo más acorde a su prestigio.