
‘Borgman’, película ganadora del Festival de Sitges 2013 y dirigida por el holandés Alex van Warmerdam, es una propuesta cinematográfica que proyecta, con total fantasía y realismo a la vez, los miedos más profundos que arraigan en nuestra sociedad. Con una estética inquietante, al servicio de un personaje siniestro, es capaz de introducirnos en la intimidad del hogar y ser testigos de la destrucción del seno familiar desde dentro.
Resulta interesante ver como cada miembro de la familia interpreta al «extraño» de una manera diferente. Los niños lo ven como un mago, la madre lo percibe como una persona a la que cuidar y ocultar, mientras que para el cabeza de familia resulta invisible. La extraña presencia de este ser desaliñado en una acomodada familia burguesa que habita en una casa al estilo Bauhaus genera un hábil contrapunto que produce cierta desazón en el espectador.
¿Borgman es real o se trata de un ser imaginario? Warmerdam nos mantiene en suspense y juega con el espectador en todo momento. Lo cierto es que este siniestro personaje no escatima en recursos para dinamitar el idilio familiar. Igual Borgman es solo la sombra que acecha a una sociedad aparentemente sana, pero podrida en sus raíces. Quizás todo es un reflejo de una grieta íntima en la que se asienta la familia, donde todo se va descomponiendo y destruyendo porque los lazos que se creían sólidos eran más débiles de lo que se pensaba.
Aunque la ambición de la película se encoja por momentos, resulta visible la habilidad de narrar la incertidumbre de la propia existencia y de la vida misma. Y todo al ritmo de un gratificante humor negro que deja al desnudo de manera estremecedora todas nuestras fobias y miedos. Película dura, que llega a abrumar por momentos, pero una propuesta inteligente que merece la pena darle una oportunidad.
Magnífica reseña.
Muchas gracias Angelo. La película lo merece!!