El director estadounidense Richard Linklater, tras el éxito logrado con ‘Boyhood’, ha conseguido distribución en España para ‘Bernie‘, su película estrenada hace ya tres años en Estados Unidos. Su estreno tardío no le resta frescura a la cinta porque la trama se ubica en el año 1996 en una pequeña localidad del noroeste de Texas llamada Carthage.

Hay que reconocer que Linklater siempre se esfuerza por darle un toque diferente a sus producciones. Si la trilogía «Before» contaba la historia de una pareja desde su primer encuentro en Viena como adolescentes hasta su último desencuentro en Grecia ya adultos con hijos, y ‘Boyhood‘ narraba la historia de una familia a través de doce años de rodaje, ahora en ‘Bernie’ recrea un hecho real a través de un guión contado en tercera persona mediante un falso documental. Sabemos más del protagonista por las manifestaciones sobre el mismo realizadas por los miembros de la pequeña localidad, que por la acción del personaje en sí.

Linklater se sumergió de lleno en un esta historia negra y un poco surreal sobre el subdirector de una funeraria que mató a la viuda más rica de su localidad y luego escondió su cadáver en un congelador durante nueve meses. Por supuesto que con esta introducción cualquiera podría suponer que estamos ante un drama criminal, pero sin embargo la cinta llama más la atención por su tono de comedia. El director ha sabido elegir aquellos momentos de la truculenta historia que junto a las manifestaciones de los vecinos convierten el trágico suceso en un relato gracioso y realmente entretenido. Ayuda mucho la peculiaridad de que Bernie Tiede, el asesino, es un cúmulo de virtudes, y la asesinada, Marjorie Nugent, es un ser repulsivo odiado por la comunidad.

La película supuso la oportunidad de oro para Jack Black. Fue fácil demostrar lo buen actor que puede llegar a ser siempre y cuando se le de un papel serio, y Bernie cómo personaje se lo permitía: un asesino de mediana edad empleado en una funeraria, rechoncho, extremadamente correcto, comprometido, amanerado, generoso e inocente. Aprovechó la oportunidad y realmente sobresale con su interpretación. No podemos decir lo mismo del papel de Marjorie, que podría haber sido interpretado por cualquier actriz con cierta edad y que no permite a Shirley MacLaine mucho lucimiento. A Danny Buck, el peculiar fiscal del distrito, le da vida Matthew McConaughey, que se pone en la piel con bastante acierto a otro peculiar personaje que se enfrenta a la confusión que supone intentar condenar a un asesino en contra de todos sus vecinos que lo adoran.

Otra película de Linklater que ayuda construir su fama como uno de los mejores realizadores de cine independiente de Estados Unidos. Una cinta muy bien escrita y dirigida que provoca por cómo se atreve a jugar con la ambigüedad en dos aspectos tan a priori inamovibles, como la moral y la justicia.

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