Aunque no seas fanático de las películas de acción, de la velocidad, de los coches, de Mel Gibson, de Australia o del fin del mundo, resultará difícil no caer rendidos a los encantos de un clásico como ‘Mad Max‘ (1979). En esta trilogía, George Miller utilizó con efectividad y talento los planos subjetivos, una fórmula a la que ha seguido recurriendo, y con aún mejores resultados, en su última película de la saga: ‘Mad Max: Furia en la carretera‘. Cacerías salvajes, escenas de pánico, persecuciones trepidantes, automóviles colisionando a toda pastilla…

Cuando hablamos de plano subjetivo nos estamos refiriendo a aquella imagen que muestra el punto de vista de algún actor integrado en la acción y, a veces, incluso de algún objeto. Este tipo de plano se utiliza para obligar al espectador a integrarse en la acción (por ejemplo, en el cine de terror es muy empleado). Hitchcock lo utilizó muy perversamente en ‘Psicosis‘ y ‘La ventana indiscreta’ para hacernos partícipe del voyerismo de Anthony Perkins y James Stewart respectivamente.

trilogía Mad Max

Gran parte de la efectividad de las secuencias de acción de ‘Mad Max’ son debidas al empleo del plano subjetivo, para que como espectadores podamos sentir de primera mano los choques, las explosiones y el desastre. Miller pretendía colocarnos en el mismo asiento del coductor para que sintiéramos el vértigo de la velocidad.

El cineasta Rishi Kaneria ha realizado una extraordinaria recopilación de 3 minutos titulado Driving & Dying: Point-Of-View Shots in Mad Max que con un ritmo frenético recopila  la mayoría de planos subjetivos, tanto en la película original de 1979 como en ‘El guerrero de la autopista’ y ‘Más allá de la cúpula del trueno’. El resultado encantará a los fans de Max Rockatansky y a los incondicionales del cine de acción.

Enciendan sus motores y disfruten de este recorrido hacia el caos.

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