
La película islandesa ‘Rams (El valle de los carneros)‘. escrita y dirigida por Grímur Hákonarson, está llamada a convertirse en la revelación cinematográfica del año. Esto se debe en gran medida a la sensibilidad de su director con la historia y los personajes, pero también por su mirada poética hacia el paisaje rural islandés. La cinta explora la relación de los hermanos Gummi y Kiddi, que a pesar de llevar muchas décadas sin hablarse, se verán obligados a unir fuerzas para salvar su bien más preciado: su rebaño de carneros.
‘Rams’ es un cautivador retrato del espíritu islandés. Un drama profundamente naturalista que deja al descubierto una vida enraizada con una naturaleza omnipresente y turbadora que establece una fuerte conexión emocional con el ser humano, lo que no impide que la cinta tenga su justa dosis de humor, lo que la convierte en un filme muy escandinavo, precisamente por ese cóctel que tiene de drama y humor negro.
Una película que recurre lo justo a los diálogos para que la imagen inunde la pantalla y tome el verdadero protagonismo. Por tanto, cine en estado puro es lo que nos depara esta excepcional película islandesa, que cuenta con un guión y una interpretación tan sólidos, pero también con una realización que deja traslucir una notable elegancia visual y un dominio del ritmo interno.
Ya desde el primer momento la tensión se hace patente en mucho gestos, como las miradas de sospecha y la desconfianza que se profesan los personajes. Resulta admirable como la compasión penetra en el mundo familiar como un gesto de cobardía frente a la crisis que sufren los personajes. Su director quiere hacernos visible el despertar hacia el mundo interior de los rudos hermanos Gummi y Kiddi, pero ante todo quiere que lo sintamos.
Ganadora de la Espiga de Oro en la Seminci, premio Una cierta mirada en Cannes y nominada como mejor película en los premios del cine europeo, ‘Rams (El valle de los carneros) se convierten en seria candidata a ganar el Oscar de habla no inglesa este año. Méritos no le faltan a este espejismo del cine islandés, cuyo resultado final es admirable y digno de todos los elogios.
Siempre es interesante ver películas que se salgan de la «media». Más, este tipo de cine con influencia escandinava.