
‘Mi perfecta hermana‘ es el primer largometraje de la directora sueca Sanna Lenken, que en esta película nos narra el conflicto de Stella, una chica preadolescente que descubre que su hermana mayor Katja, a quien admira enormemente, padece un trastorno alimentario. Katja se dedica al patinaje artísitico, y se exige demasiado, hasta el punto de dejar de comer, o comer y después vomitar. Cuando Stella se da cuenta de ello cree que debe contarlo, pero su hermana le obliga a no hacerlo.
La manera que tiene la película de plasmar el universo femenino de forma sensible y ponerse en el punto de vista de una niña de unos doce años y hacerlo tan creíble, es cuanto menos admirable. La cámara está siempre con Stella, y eso creo que es un gran acierto de la película, ya que si se hubiera narrado de manera omnisciente, habría querido abarcar más sin aportar absolutamente nada. Así, lo que consigue es meternos en el universo de Stella, y que comprendamos perfectamente el drama al que ella está sometida, y lo que es mucho más grave, que es el drama por el que está pasando su hermana. Si esto es posible es también gracias a una actriz que derrocha carisma y talento, que además está apoyada por un gran elenco de secundarios.

Lenken, sin embargo, hace notoria su falta de experiencia tras las cámaras con algunos detalles que lastran considerablemente la narración. El uso del fuera de foco no está del todo logrado, ya que más que aportar algo, entorpece el trascurso de la película. Claramente es una decisión de estilo, que habrá a quien no le moleste en absoluto, pero que a mí particularmente lo único que consigue es distancia, cuando creo que el objetivo buscado es el contrario.
También, a la hora de tratar una enfermedad como la anorexia, lo hace de forma demasiado tosca. Al igual que la relación entre las hermanas es algo que está contado con mucha sensibilidad, para abordar este tema tan delicado falla, cayendo en tópicos y siendo a veces demasiado obvia.
Es una pena, que ‘Mi perfecta hermana‘ en ningún momento consiga que el espectador llegue a empatizar plenamente con Katja, porque creo que con otra visión, el resultado hubiera sido más positivo. No es hasta el final cuando el filme muestra su baza más perturbadora, pero llega tarde y ocurre rápido. Necesitaba más desarrollo, más complejidad y más corazón.
Aún así, es un debut interesante y que pone a su directora en el punto de mira para futuros proyectos. Espero que los siguientes sean más redondos. Confío en ello.