
‘El porvenir’ es el quinto largometraje como directora de la francesa Mia Hansen-Love, que en esta ocasión nos presenta a una profesora de filosofía de unos sesenta años apasionada con su trabajo, que de pronto se ve completamente sola y debe afrontar una nueva etapa de su vida.
Ganadora del Oso de Plata a la mejor dirección en el festival de Berlín, la película recae por completo en los hombros de Isabelle Huppert, una actriz todoterreno, que aquí está sencillamente fantástica. Ella interpreta a Nathalie, la protagonista, un personaje muy interesante, lleno de matices, y sobre todo, de verdad. No es difícil verse reflejado o ver reflejada a gente que conoces en ella. Su viaje emocional y su evolución probablemente sean de las cosas más acertadas en este espléndido retrato femenino sobre la madurez y la soledad.
Especialmente memorable es la relación que mantiene con su madre, y posteriormente con el gato de esta, al que la directora carga de simbología y pasará a ser una parte importante en la vida de la protagonista. El resto de personajes siempre quedan en un segundo plano, y no se desarrollan demasiado, porque lo que nos importa es ella, la lucha contra la vejez que le acecha, contra una sociedad que nos impone cómo tenemos que vivir, y finalmente contra ella misma.

Esto es lo más bonito de ‘El porvenir’, una película sensible y humana que por momentos brilla, pero que no está exenta de pequeños detalles que la alejan considerablemente de la perfección. La cámara de Hansen-Love se mueve de forma fluida y elegante. Nos encontramos ante numerosos paneos o barridos, que evitan el cambio de plano, logrando una naturalidad muy necesaria en la película. No obstante, algunas decisiones en determinadas escenas traicionan un poco la propuesta, especialmente por un uso erróneo del punto de vista narrativo en un par de ocasiones.
Los diálogos, a pesar de que hay momentos en los que se habla de cosas realmente relevantes y de gran profundidad, muchas veces se quedan algo en el aire, resultando demasiado engolados o pretenciosos. Al igual que algunos pasajes, que son menos interesantes de lo que la directora piensa, como la primera visita a casa de su alumno, que se alarga innecesariamente.
En cualquier caso, ‘El porvenir’ es probablemente la película más madura de Mia Hansen-Love y que confirma su talento detrás de las cámaras. Además, el plano que da cierre al filme, es sensible, sutil y potente a partes iguales. Invita a reflexionar. Una película bastante recomendable pese a ciertos detalles que podrían haberse pulido más. Aunque solo sea por ver la excelente interpretación de Isabelle Huppert, merece la pena.