
El aclamado director canadiense Denis Villeneuve, fue el encargado de clausurar la sección Perlas del Festival de San Sebastián con La llegada (Arrival), previamente estrenada en los festivales de Venecia y Toronto. La película está basada en el premiado relato corto de Ted Chiang ‘The Story of Your Life’, y nos sitúa en un futuro indeterminado en el que unas naves alienígenas han aterrizado en la Tierra. Los altos mandos militares contratan a una experta lingüista, que recientemente ha perdido a su hija, para comunicarse con los aliens e intentar averiguar si han venido en son de paz o si son una amenaza.
Villeneuve vuelve a demostrar en ‘Arrival’ todo su talento como realizador, tanto en la parte más técnica como en la narrativa. Visualmente es irreprochable, y también extraña. La película termina por alejarse de los convencionalismos propios del género de ciencia ficción, para hacer una reflexión mucho más profunda y de mayor calado sobre el tiempo y nuestra capacidad de comunicación.
Especialmente en la primera hora, Villeneuve promueve un más que interesante ejercicio de sofisticación del género a través del lenguaje. La cinta, se mueve entre lo poético y lo terrenal creando un explosivo cóctel con ecos al Kubrick de ‘2001: una odisea en el espacio’ y al cine de Terence Malick. La música de Jóhann Jóhannsson, colaborador habitual del director, es sin duda, otro de los importantes elementos que ayudan a generar ese tono lírico que empapa en todo momento a la propuesta, y que adquiere gran relevancia en la obra.

‘La llegada’ (Arrival), es mucho más que un filme estéticamente impecable, también es un brillante retrato femenino. Al contrario de lo que sucedía con ‘Sicario‘, aquí, la construcción de la protagonista realza todos los aspectos de la película. Amy Adams realiza un excelente recital de sutileza, contención y sensibilidad en una interpretación compleja, cargada de matices. La actriz demuestra una vez más su capacidad para afrontar todo tipo de personajes, ofreciendo uno de los mejores -si no el mejor- trabajo de su carrera. La ambiciosa propuesta de Villeneuve también incluye reflexiones sobre la maternidad, la pérdida y la soledad, y todas ellas latentes en el rostro y en la mirada de Amy Adams. Es allí donde reside el alma de ‘Arrival’.
Villeneuve se consolida como uno de los directores más interesantes y valientes en activo. Esta película no era en absoluto fácil de llevar a cabo, pero el canadiense demuestra una insólita madurez detrás de las cámaras para cualquier tipo de género. Por eso, es una verdadera lástima que el tramo final no esté a la altura de la grandeza anterior. Volviendo a Malick y a la poesía, las referencias a ‘El árbol de la vida‘, más que evidentes durante esta parte final, adquieren un tono algo ampuloso y ligeramente impostado, que terminan por resultar desconcertantes. Aun con todo, es una de esas (buenas) películas que requieren más de un visionado para abarcarlas en su totalidad.