Estrenada por primera vez en el pasado Festival de Cannes en la sección Una cierta mirada, ‘Comanchería‘ de David Mackenzie ha ido convirtiéndose en una de las sensaciones indies de la temporada. Ahí están para demostrarlo sus numerosas nominaciones en diferentes premios de la crítica y tres menciones por parte de los Globos de Oro incluyendo mejor drama. No era de esperar que una película de estas características fuera a llegar tan lejos en la industria de Hollywood, pero sin embargo, resulta un soplo de aire fresco y una alegría ver que a veces este tipo de producciones también tienen cabida en los prestigiosos premios de la industria.

Con un presupuesto humilde, y un guion a cargo de Taylor Sheridan, Mackenzie plasma en pantalla la historia de dos hermanos, uno recién divorciado y otro exconvicto que se dedican a robar bancos en el oeste de Texas para así poder salvar la granja familiar. Bajo esta premisa, y en clave western, ‘Comanchería’ resulta un thriller tan emocionante y tenso como desenfadado.

Es cierto que no tiene nada especialmente nuevo que ofrecer, pero es una película tremendamente efectiva y llena de hallazgos. El primero de ellos y, lógicamente, el que sostiene la película, es un guion que juega bien sus cartas en todo momento. Taylor Sheridan, guionista de ‘Sicario‘, demuestra una gran habilidad para plantear situaciones y diálogos inteligentes a cargo de unos personajes que si bien son algo tópicos, poseen fuerza y carisma.

Comanchería (Hell or High Water)
Jeff Bridges y Gil Birmingham en «Comanchería» dirigida por David Mackenzie. Fuente: Vértigo Films

El trío principal de actores no solo ayuda sino que eleva considerablemente el producto. Chris Pine, el verdadero protagonista de la historia, rara vez ha estado mejor, ofreciendo una interpretación más discreta -por introspectiva- que la de sus compañeros de reparto, pero igualmente compleja y llena de matices. Ben Foster probablemente también realice aquí su interpretación más lúcida. Pero es Jeff Bridges quien más menciones se está llevando, y no en vano, pues todos sabemos el talento del veterano actor, y el papel es un caramelo que sabe aprovechar perfectamente.

También es indicado señalar la solvente labor en la dirección por parte de Mackenzie, quien sabe combinar muy bien los momentos más tensos y dramáticos con otros más cómicos. Además, elabora una trama de drama familiar profunda y muy bien resuelta. Con ‘Comanchería‘, el escocés consigue el tono perfecto para recrear las desventuras de estos dos personajes a la deriva. Como entretenimiento funciona de manera ejemplar, pero lo hace igualmente como algo más que eso. Es una película dotada de una atmósfera efectiva e inquietante. No encontraremos nada particularmente novedoso en ella, pero supone un neo-western más que digno y una bienvenida dosis de buen cine independiente americano.

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