Ahora no vamos a hablar de la gala, sino del Goya a la Mejor dirección novel que se otorga desde la ceremonia de 1990. Pilar Palomero ha sido la última en conseguirlo por su brillante trabajo detrás de las cámaras en ‘Las niñas‘, algo histórico ya que es la primera vez que una ópera prima dirigida por una mujer gana el Goya a la Mejor Película.

Aunque hay que reconocer que siempre después de la entrega de los premios Goya, y ya van 35 galas desde 1986, hay opiniones para todos los gustos. Algo que, a partir de comienzos de la década pasada se ha acentuado de manera notable gracias a como se amplifican las conversaciones en redes sociales. Hay quiénes siguen pensando, con razón o sin razón, que el presentador o presentadora de turno sigue sin estar a la altura. Otros que la realización televisiva sigue teniendo muchos errores técnicos o que el guion de la gala no es nada divertido ni entretenido. También los hay que están muy pendientes de la moda y dictaminan quiénes son los mejores y peores vestidos. Y qué me dicen de los que piden el boicot a los premios. Eso sí, todos en estado de alerta a los datos del share televisivo para si vemos cualquier contratiempo para hacer leña del árbol caído ipso facto.

En los 35 años de historia de estos premios (muy jóvenes todavía en comparación con los Cesar franceses y que decir con los BAFTA británicos) solo cinco directores noveles han conseguido que sus debuts cinematográficos ganen el Goya a mejor película y ya de paso sacarle los colores a cineastas de la talla de Álex de la Iglesia, Pilar Miró, José Luis Borau, Juan Antonio Bayona y Salvador Calvo. Aquí lo pueden comprobar:

X edición (1996)

  • Mejor película: Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto
  • Mejor dirección: Alex de la Iglesia por «El día de la bestia»
  • Mejor dirección novel: Agustín Díaz Yanez por «Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto»

XI edición (1997)

  • Mejor película: Tesis
  • Mejor dirección: Pilar Miró por «El perro del Hortelano»
  • Mejor dirección novel: Alejandro Amenábar por «Tesis»

XV edición (2001)

  • Mejor película: El bola
  • Mejor dirección: Jose Luis Borau por «Leo»
  • Mejor dirección novel: Achero Mañas por «El bola»

XXXI edición (2017)

  • Mejor película: Tarde para la ira
  • Mejor dirección: Juan Antonio Bayona por «Un monstruo viene a verme»
  • Mejor dirección novel: Raúl Arévalo por «Tarde para la ira»

XXXV edición (2021)

  • Mejor película: Las niñas
  • Mejor dirección: Salvador Calvo por «Adú»
  • Mejor dirección novel: Pilar Palomero por «Las niñas»

premios Goya

¿Realmente es necesario otorgar el Goya a la mejor dirección novel?. ¿Se entrega acaso el Goya a mejor montador, guionista o director de fotografía novel?. Esta categoría no existe en los Oscar. Los académicos deberían plantearse premiar la mejor dirección sin hacer distinciones. En un intento para comprenderlo entiendo que se hará para impulsar la carrera de jóvenes cineastas, pero sinceramente no es necesario si su dirección, tanto actoral como técnica, es brillante, ya que optarán en igualdad de condiciones al premio de «mejor dirección». No olvidemos que una ópera prima puede estar a la misma altura que la tercera o la vigésima película de un director consagrado. Solo hay que ahondar un poco en la historia del cine para que nos asista la razón.

En la edición del 2017 Bayona fue coronado como el mejor director en los Goya cuando no se lo merecía. Su cuestionable «monstruo» no es ni por asomo su mejor película y mucho menos su mejor dirección. Por tanto no me cabe más que decir que ‘Tarde para la ira’ o ‘Las niñas’ serán recordadas como la mejor película española del 2016 y 2020 y tanto Raúl Arévalo como Pilar Palomero como el mejor director y directora «a secas». Quizás, si no existiera esta absurda distinción entre «novel» y «senior» se acabarían estos agravios comparativos muy propensos por otro lado a interpretaciones un tanto capciosas.

Artículo publicado el 6 de febrero de 2017 y actualizado el 7 de marzo de 2021

1 comment

  1. Muy importante que se valore la savia nueva. Además, parece que están viniendo buenos tiempos para el cine español, tras una época bastante dramática. Por lo menos, en las salas de nuestro país hay una aceptable acogida que nos hace ser moderadamente optimistas.

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