
Hasta aquí llegó la carrera. La meta se ha cruzado y los premios esperan a los cuatro ganadores. El último fin de semana del segundo mes del año es el fin de semana por excelencia de la industria cinematográfica americana, y su último domingo, el gran día. La 89ª edición de los premios de La Academia espera expectante a sus triunfadores, los cuales para este medio responderán al nombre de Viola Davis en categoría de Actriz de Reparto, Mahershala Ali en Actor de Reparto, Emma Stone en Actriz Principal, y como último vaticinio, Casey Affleck en Actor Principal.
Casey Affleck ha dejado de ser el hermano de Ben Affleck. Su taciturna, demolida y casi inerte interpretación de Lee Chandler, el protagonista de ‘Manchester Frente al Mar‘, es la principal favorita para llevarse la estatuilla, y así lo acreditan el Globo de Oro, el BAFTA y más de 35 premios de la crítica durante la temporada. Casey ha demostrado lo que para unos pocos no era un secreto, que es un actor brillante y que el drama para él es como un helado para un crío, una auténtica gozada (su primera nominación en ‘El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’ o su dúo con Rooney Mara en ‘Ain’t Them Bodies Saints’ así lo corroboran). Perder el SAG ante su principal oponente, Denzel Washington, y que La Academia le desprecie por que le haya vuelto a salpicar un caso de acoso sexual de su pasado serían los únicos motivos para no llevarse el galardón.
¿Quién no conoce a Denzel Washington? Un auténtico seguro de vida a la hora de seleccionar una película para ver, ya sea en casa o en el cine. Decidió llevar a la gran pantalla ‘Fences’, una obra originalmente teatral con un éxito tremendo en Broadway que el propio Denzel ya había interpretado, y las críticas le auparon a la primera línea de carrera este año. Consiguió meterla en las nominadas a Mejor Película, consiguió darle el Oscar a Viola Davis (gracias también por supuesto a su fraude de categoría) y consiguió meterse él mismo en la terna a Mejor Actor. Con siete nominaciones, Washington es historia viva de Hollywood, y tiene una oportunidad única a sus 62 años de ser el cuarto actor en ganar tres Oscars, junto a Walter Brennan, Jack Nicholson y Daniel Day-Lewis, algo que le haría más legendario aún. Esto es lo más difícil que juega en su contra, la decisión de auparlo a un altar tan glorioso puede provocar recelo en La Academia.

El caso más particular de las categorías interpretativas este año es el de Ryan Gosling. Está en la mejor película del año, La La Land, la que seguramente arrase en la gala a victorias, y comparte pantalla con la actriz del momento, pero no va a ganar (¿te suena de algo, DiCaprio?). La competencia es feroz, y Gosling sólo consiguió el reconocimiento de la prensa extranjera en los Globos de Oro. No obstante, hay algo en lo que Ryan gana a sus rivales, y es en su futuro profesional. Sus últimos movimientos son fantásticos y le colocaran en muchas conversaciones en los próximos 3 años, y esto suele ser muy definitivo para La Academia a la hora de pensar que el canadiense volverá a estar nominado y ganará algún año próximo. Gosling se lleva el amor de todo un fandom, el respeto que se ha ganado por un personaje que será icónico, y que gane quién gane, ha llegado su momento.
Puede ser uno de los actores más conocidos pero menos reconocidos de la industria. A sus 33 años, Andrew Garfield ha recibido su primera nominación al Oscar por el que ya es el mejor tour de force del año. «El chico por el que se puede ver su alma a través de sus ojos, que habla con la mirada», que decía con mucha admiración Mel Gibson, su director en ‘Hasta el Último Hombre‘, en la roundtable de directores organizada por The Hollywood Reporter, borda la excelencia en su papel, pero es su juventud y el ser un novato en las temporadas de premios lo que le hace ser un descarte. Sin duda este ha sido su año, pero en La Academia se entiende más como el año del despertar y no como el de la explosión definitiva, el cual seguramente esté por llegar. Su victoria, eso sí, sería una alegría inmensa y rotundamente justa.
La sorpresa de la tanda sin ninguna duda fue la inclusión de Viggo Mortensen por su entrañable naturalismo en ‘Captain Fantastic’. No es la primera nominación de Mortensen, pues había debutado con ‘Promesas del Este’ hace 10 años, pero su candidatura es el ejemplo claro de película independiente que logra colar a algún miembro de su reparto en la temporada de premios sin ninguna pretensión mayor que la alabanza a la misma película y a este tipo de producciones cinematográficas. Nadie duda del talento de Mortensen en la película, pero claramente es un rival menor que tiene que asimilar la nominación como una victoria personal.
No hay más que escribir, ni que analizar ni que predecir. La suerte está echada y lo único que queda es esperar al desarrollo de la gala. Parecía en septiembre que este día quedaba muy lejos pero por fin está aquí. Disfruten, son los Oscars.