
The Vanished Dream (El sueño desvanecido) del cineasta grancanario Juan S. Betancor nos habla de aquellos sueños surgidos al albor de la descolonización en África. Un interesante trabajo que inmortaliza las esperanzas de jóvenes idealistas africanos y europeos que lucharon por la creación de nuevos estados prósperos y justos.
Guinea-Bissau consiguió la independencia de Portugal en 1974 después de más de 11 años de conflicto armado donde murieron algo más de 13.000 almas entre soldados de la metrópoli, guerrilleros y civiles. La Revolución de los Claveles puso fin a la dictadura autoritaria del ‘Estado Novo’ en Portugal y favoreció el fin de la hostilidades en la colonia africana. El líder anticolonialista Amílcar Cabral no vería su pequeño país libre ya que fue asesinado por militantes traidores reclutados por los portugueses meses antes de la independencia.
The Vanished Dream enmarca el momento en el que cientos de europeos idealistas ofrecen su inteligencia y trabajo al recién constituido estado africano con el objetivo de crear un país socialmente justo. Jóvenes profesionales serbios, holandeses, italianos… que arrastraban a sus familias movidos por la idea de cambiar la historia de África gracias al trabajo civil.
En un país donde nada funcionaba, la solidaridad internacional posibilitó el auge de proyectos de cooperación que hacían pensar en un futuro mejor. Pese a su tamaño, Guinea-Bissau comenzó a recibir grandes ayudas económicas para promover el desarrollo y el bienestar. En aquellos años se construyó una planta eléctrica, un centro psiquiátrico o un recinto industrial de los que ahora solo quedan ruinas. Precisamente los esqueletos de estas construcciones impensables en la actual Guinea-Bissau es lo que despertó la curiosidad del director que comenzó a investigar sobre su origen.
En pocos años el sueño de reconstrucción y desarrollo se fue desvaneciendo. La inestabilidad del principal partido político independentista desencadenó el primer golpe de Estado del país. Con un gobierno militar incapaz de gestionar el país se democratizó la corrupción y empezó a remitir la ayuda económica. Los protagonistas de esta ilusión colectiva se fueron resignando y marchando a sus países. A Guinea-Bissau le esperaba un futuro de más golpes de estado, guerra y pobreza.
Las ilusiones de muchos jóvenes africanos y europeos pronto se fueron al traste. Sin embargo tiene el dulce recuerdo de haber vivido un momento en el que un mundo mejor se creía posible. The Vanished Dream es un magnífico retrato de un momento histórico protagonizado por una lucha idealista. Al mismo tiempo es una efectiva descripción de la ingenuidad. No en vano se pretendía conseguir en poco tiempo lo que otras naciones no habían conseguido en más de un siglo de historia.
Un documental sobre una ilusión colectiva reconocido con el premio Richard Leacock de la 17ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo jurado destacó “la solidez de su narración histórica, la reivindicación de un idealismo activo y genuino que hoy parece desaparecido, profundizando en una cuestión de gran relevancia en el presente”. “Un documental que pone en valor la importancia de los proyectos no culminados”.
Parece un interesante documental para saber algo más de Guinea-Bissau. Un país que apenas se habla de él y muchos desconocemos su situación actual.