
Tras la mala recepción de Alien 3 y los conflictos en el desarrollo del proyecto, el estudio barajó distintos nombres para dirigir la cuarta entrega. Danny Boyle, Peter Jackson y Bryan Singer fueron algunas de las opciones del estudio, pero finalmente apostaron por Jean-Pierre Jeunet (‘Amélie’) para dirigir Alien Resurrección.
Fox contrató a Joss Whedon para escribir el guion tras leer trabajos suyos anteriores y quedar encantados con su labor como guionista. Whedon llegó a escribir cinco finales distintos de la película, pero los considerados más caros fueron rechazados inmediatamente. Por su parte, Jeunet optó por un acercamiento distinto a la franquicia, aportando un tono de comedia negra que estaría complementado por grandes dosis de violencia (decisión propuesta por el estudio). Y creo que el resultado final es notable no sólo por la ejecución visual de la cinta, sino por cómo se complementan las imágenes de Jeunet con los diálogos y el humor de Whedon.
Ripley, en buena compañía
El desenlace de ‘Alien 3’ parecía cerrar la historia de Ellen Ripley, pero al tratarse del estandarte de la saga, el estudio desechó una idea previa de Whedon y exigió la inclusión de Ripley como clon de la original. Y así comienza la película. Estamos muy acostumbrados a que numerosas sagas estiren el chicle con premisas estrambóticas y forzadas, pero en este caso me parece una forma interesante de mostrarnos una Ripley distinta y no caer en los convencionalismos del personaje. Sigourney Weaver tiene una nueva textura con la que jugar, y creo que vuelve a triunfar con una Ellen Ripley más poderosa y robótica a la par que sensual y juguetona. Su lenguaje corporal cambia casi por completo y es consecuente con el experimento genético que ha sufrido para alcanzar su forma final.
Afortunadamente, Ripley no es un oasis en un desierto de personajes unidimensionales, como si lo eran la mayoría tanto en ‘Aliens’ como en ‘Alien 3’. El reparto de Alien Resurrección es socarrón, irónico y anárquico, y su interacción siempre da lugar a divertidas líneas de diálogo e intercambios que funcionan como herramienta para diferenciarlos entre ellos y mostrarnos su personalidad e intenciones. A pesar de tratarse de un grupo de ‘misfits’ con agenda propia, su sentido de la camaradería queda patente desde la primera escena y bajo esa fina capa de chulería y orgullo se esconde un sentimiento de compañerismo que se enfatizará en secuencias de acción que ponen en peligro la vida de la tripulación.
Además, la película se reserva varios giros de guion, uno de los cuales lidera Winona Ryder con acierto. Se trata de un personaje jugoso por su presentación convencional, ya que los acontecimientos que se producen en el tercer acto provocan una sorpresa mayor en el espectador. Es un personaje con conflicto y motivaciones claras, y resulta refrescante empatizar con otro personaje que no sea Ripley, para variar.
Jeunet, Khondji y Frizzell, elegancia y estilo
Una de las grandes mejoras de esta película respecto a la anterior es la sensación de unidad que parecen tener todos sus elementos. Al contrario que en ‘Alien 3’, aquí todos los profesionales parecen remar en la misma dirección y aportar lo que el proyecto necesita en cada uno de sus aspectos esenciales.

Jeunet hizo storyboards de todas las escenas para proporcionar una visión clara a su director de fotografía y ayudar a los operarios de efectos especiales a que su trabajo fuera más ágil y sencillo. Y personalmente lo siento en cada fotograma. Alien Resurrección está dirigida con elegancia, una geografía clara y mucha coherencia detrás de cada secuencia. Hay planos hermosos y otros simplemente geniales no sólo por su espectacularidad e impacto, sino por su fuerza visual. La escena bajo el agua es fantástica, y la posterior ascensión por la escalera tiene un gusto visual exquisito y moderno por el uso de una cámara liberada y en constante movimiento.
El trabajo de Jeunet es alzado en cada plano por la espléndida fotografía de Darius Khondji, quien aprovecha cada espacio para aportar contraste y tonalidades variadas pero con un predominio de los colores cálidos e intensos. La cinta recupera los negros de la primera entrega y minimiza el uso de azules y rojos de las películas posteriores. El amarillo se abre paso en varios escenarios y aporta calidez en secuencias más dramáticas o emocionales. Probablemente sea mi segundo trabajo de fotografía favorito de la saga tras ‘Alien’.
La banda sonora se aleja de composiciones anteriores ya que deja a un lado la sutileza de ‘Alien’ y ‘Alien 3’ para dar paso a temas explosivos y recargados. John Frizzell nos regala una banda sonora más parecida a la de un blockbuster, y busca acentuar muchas secuencias con diferentes instrumentos para que cada escena se sienta distinta aunque familiar. A ratos la siento sobrecargada, pero nunca llega a molestar y creo que en secuencias de mayor tensión y drama funciona especialmente bien.
Abrazar una propuesta
Alien Resurrección ha recibido muchos palos desde su estreno porque se olvida de la claustrofobia y el dramatismo de anteriores entregas y nos regala un tono mucho más cómico pero también violento. “No se toma en serio a sí misma ni a la saga que inició Ridley Scott” es una de las grandes críticas que recibe el filme, pero mi opinión es que la cinta sabe en todo momento lo que es y lo que aspira a ser, y triunfa en su propuesta.
Aunque exista un tono más irónico y noventero no implica que la cinta se olvide de grandes dosis de violencia y gore, a la par que varias escenas realmente emocionantes por su subtexto social y humano. La secuencia en la que Ripley descubre qué significa el nº 8 que tiene tatuado en su cuerpo me parece tan demoledora como portentosa, porque conjuga la fantástica interpretación de Weaver con un genial diseño de producción y supone una pausa necesaria en el filme para ahondar en Ripley y su identidad.
Me gusta especialmente que la película no sea predecible. Nadie está a salvo y no sabes en ningún momento quién vivirá y quién no. La peli juega al despiste y no busca potenciar un personaje sobre el otro. Todos están en peligro y sus muertes son representativas del peligro que los acecha. Además, los aliens son mostrados con más detalle que nunca, y si bien pueden restar impacto a sus apariciones, podemos fijarnos en los detalles de su complexión, en la forma de comunicarse entre ellos, en su manera de pensar y buscar soluciones.
La película no quiere ocultarlos, y en Alien Resurrección es posible principalmente porque los efectos visuales han mejorado ostensiblemente respecto a la anterior, y resulta más realista incluso en planos en movimiento. La criatura del tercer acto es horrible, sí, pero encaja con su “nacimiento” y con el código genético que posee. Pierde en sensación de amenaza, pero gana en humanidad y empatía, y este aspecto es clave para que compremos el desenlace de dicha criatura. El final de la cinta es algo abrupto, pero la sensación general es de satisfacción.
Alien Resurrección es entretenida, divertida, potente a nivel audiovisual, consciente del tono que abraza y una propuesta refrescante en una saga que parecía herida de muerte tras la anterior película. Tiene pésima fama y muchos detractores, pero os recomiendo que le deis una oportunidad si aún no la habéis visto. Creo que os podría sorprender para bien.