
El pasado jueves 8 de junio comenzaba Filmadrid 2017, la tercera edición de un festival dispuesto a traer a la capital el mejor cine de autor internacional. Este año, la encargada de inaugurar el certamen fue la estadounidense Kelly Reichardt, con ‘Certain Women’, una de las películas más aclamadas de 2016.
Durante la inauguración, se hizo una breve introducción de las sesiones que se podrán ver y los focos dedicados a la trayectoria de los diferente cineastas invitados. Filmadrid ha tenido que recurrir al crowdfunding para poder mantener viva la llama, dada la dificultad que supone crear un festival tan ambicioso y con tan pocos medios. Esperemos que siga ardiendo por mucho tiempo.
Certain Women (USA). Dir. Kelly Reichardt
Kelly Reichardt, una de las voces más únicas del cine independiente estadounidense, ha ido poco a poco haciéndose un hueco en una industria difícil (y, desgraciadamente, siendo mujer más aún) hasta convertirse en una directora de culto. Su última película, ‘Certain Women’, alabada en Sundance y allá donde se ha estrenado, nos sitúa en el estado de Montana, al noroeste de los Estados Unidos. Basándose en una recopilación de historias cortas de Maile Meloy, y reflejando la dureza de los inmensos paisajes, Reichardt compone tres sensibles relatos de mujeres que (sobre)viven en el corazón de América.
En la primera de ellas, una abogada, interpretada por Laura Dern, trata con un cliente que tuvo un accidente en su empresa que acabó causándole graves lesiones, pero a la que, sin embargo, no puede seguir demandando por haber aceptado la liquidación de su nómina. En esta historia, la directora expone -y sutilmente, critica- el machismo que aun existe en una sociedad donde una mujer no es tomada igual de en serio que un hombre pese a ocupar un puesto de igual importancia.
En la segunda, Michelle Williams es una mujer cansada de su marido porque tiene la sensación de que siempre la menosprecia. Ambos, con una hija adolescente, intentan construirse una casa. Y en la última, una joven -sobresaliente Lily Gladstone– trabaja temporalmente en un rancho cuidando caballos en Belfry. Una noche decide salir a la ciudad, y al ver coches llegando al parking de la universidad, decide entrar pese a no estar matriculada. Allí, da clase de derecho una nueva profesora que vive en Livingston, a cuatro horas en coche de Belfry, por la que quedará fascinada.

La directora realiza tres portentosos retratos femeninos enfrentando a sus personajes a la naturaleza y a la aridez de su entorno. Con una enorme sensibilidad, va trazando y componiendo tres cuadros de costumbres en los que se refleja la más melancólica y veraz crónica de la América profunda que se ha visto en mucho tiempo. La poesía desbordante de cada fotograma empapa por completo a una película difícil de olvidar, en la que los sentimientos y las pasiones se ven devorados por el frío y por el viento hasta quedar solo una mínima representación de ellos. Sin embargo, emociona y conmueve profundamente gracias a unas acertadas decisiones de puesta en escena, y a un guion que encuentra un equilibrio perfecto entre el silencio y el diálogo.
O Ornitólogo (Portugal). Dir. João Pedro Rodrigues
Tras tener la oportunidad de verla en la pasad edición del Festival de San Sebastián, Filmadrid nos proponía un segundo visionado de la última película del cineasta portugués João Pedro Rodrigues. La fascinación causada en aquella sesión nocturna en la sala 2 de Tabakalera sigue siendo la misma que provocó el viernes en el cine Doré.
Al contrario que los protagonistas de sus anteriores películas, el personaje de ‘O Ornitólogo‘ no comienza teniendo un grave problema, ni pertenece a ningún ambiente marginal. Fernando, es un ornitólogo que se encuentra en el bosque de Tras-os-Montes buscando cigüeñas negras, una especie en peligro de extinción. Sin embargo, los problemas vendrán posteriormente, cuando, montado en su kayak, vuelque debido a los rápidos. A partir de ahí comenzará un viaje en el que lo real y lo fantástico se enfrentan y se fusionan.

João Pedro Rodrigues, comentó en el coloquio posterior a la proyección, que su idea era la de hacer un western. Y, en esencia, eso es lo que es su película, que presenta a un personaje que se ve inmerso y absolutamente solo en una naturaleza poderosa y llena de misterios que se escapan de toda lógica. Pese a ser una película luminosa y que contrasta con el resto de la filmografía del cineasta, contiene todos los temas y obsesiones que han marcado su trayectoria. Encontramos así una especial intención por mostrar el cuerpo y la sexualidad masculina de forma natural y exenta de tabúes, y una búsqueda de la propia identidad -como en ‘O Fantsma’ u ‘Odete’-. Además de la ya característica simbiosis entre lo corporal y lo espiritual.
‘O Ornitólogo‘ es una película tremendamente ambiciosa. Comienza como un documental de animales, y va derivando en diversos géneros, desde la comedia absurda al más puro ejercicio de tensión. Siempre teniendo presente la iconografía religiosa y la presencia de San Antonio de Padua, patrón de Lisboa. Rodrigues quería plasmar los episodios de la vida del santo luso adaptándolos a lo contemporáneo, y por supuesto, a su cine. Su película, al igual que Fernando (y todos los protagonistas de su filmografía) sufre una metamorfosis, hasta llegar al colofón final, donde todo se vuelve deliciosamente absurdo y, sobre todo, relevante.
El viaje sensorial que propone ‘O Ornitólogo’ es equiparable al que nos proporcionó su compatriota Miguel Gomes con aquella maravillosa trilogía sobre la crisis económica llamada ‘Las mil y una noches‘. Ambas suponen experiencias inolvidables, que llevan al cine a territorios que aún no han sido explorados.
Así fueron las dos primeras jornadas de Filmadrid 2017, que nos llevaron de norte a sur, con cine físico y valioso. La llama arde con más fuerza que nunca.