
Las jornadas del sábado y del domingo en Filmadrid 2017 tuvieron un claro protagonista: Lav Diaz. El aclamado cineasta filipino visitó la capital presentando sus dos últimos trabajos, ‘A Lullaby to the Sorrowful Mystery’ -premiado con el premio Alfred Bauer en la Berlinale por abrir nuevas perspectivas cinematográficas- y ‘The Woman Who Left, -León de Oro en el último Festival de Venecia-.
The woman who left (Filipinas). Dir. Lav Diaz
La ganadora del certamen italiano se vio el sábado en el Cine Doré. Lav Diaz se inspiró en un relato de Tolstoi titulado ‘Dios ve la verdad pero no dice cuando quiere’ pero adaptándolo a la situación de Filipinas (como ya hizo con su obra maestra ‘Norte‘, libérrima adaptación de Crimen y Castigo de Dostoievski) en los últimos años de la década de los 90. La película, retrata el duro regreso de una presa a la sociedad tras treinta años encerrada por un crimen que no cometió. Sus deseos de venganza durante el día hacia quien la culpó injustamente -un respetado hombre de alta sociedad- se fusionan con un afán por ayudar a los más necesitados, convirtiéndose en una misteriosa mujer, que vestida con ropa masculina deambula por los barrios más marginales de Calapán.
La protagonista, Charo Santos, una famosa presentadora de televisión filipina volvió a la interpretación tras muchos años apartada del mundo del cine por haberse enamorado del personaje que Lav Diaz le propuso. Así, la película pertenece a ella, a sus miedos, inseguridades y a su dolor e impotencia ante la injusticia en un auténtico recital interpretativo.
Como en toda su filmografía, el cineasta, critica al sistema judicial filipino y a las dos marcadas y opuestas clases sociales existentes en su país. El cine de Lav Diaz intenta formar una unidad, hacer que todas las películas en realidad sean parte de un todo, de una idea de recrear la historia de Filipinas, una nación que aún no ha podido superar su pasado. En el caso de ‘The Woman Who Left’, se refleja una época en la que el número de secuestros era enorme, corrían tiempos peligrosos.
«The woman who left» dirigida por Lav DiazA diferencia de sus últimas obras, que a veces recurrían a elementos fantásticos para explicar la realidad, en esta película Lav Diaz se muestra hiperrealista, y recrea una Filipinas desesperanzadora. Un sitio donde nadie que no posea riqueza está seguro. Mediante una poderosa fotografía en blanco y negro, Diaz narra el tortuoso viaje de Horencia y, también de Hollanda -un hombre travestido que huye de su pasado, y que será clave en la trama-. Sin embargo también hay lugar para el humor (dentro de la tragedia), hay inocencia y esperanza en la mirada de algunos personajes como el jorobado o la mendiga, hay algo de luz entre las sombras.
‘The Woman Who Left‘ es un excelente drama de cuatro horas de duración, que se queda clavado en la retina. Lav Diaz comentó en el posterior coloquio cuando le preguntaron sobre ‘Visitors’ (película de episodios conjunta con Hong Sang-soo, Naomi Kawase y él mismo), que el cine de Hong se basa en la repetición, pero que es ahí precisamente donde hay vida. En su caso, podemos aplicar que en su cine, mediante la dilatación de secuencias y el tratamiento puro de la imagen (sin recurrir a contraplanos ni demasiados movimientos de cámara) se encuentra la vida.
A Lullaby to the Sorrowful Mystery (Filipinas). Dir. Lav Diaz
El domingo en la Casa Encendida, a las 11 de la mañana daba comienzo la que es probablemente una de las experiencias cinematográficas más radicales del último año. Volviendo al pasado de Filipinas, esta vez un siglo antes de ‘The Woman Who Left’, Diaz crea una monumental obra de ocho horas sobre los héroes nacionales y la Revolución Filipina (1896-1898). Rodada en la única isla del país que sigue siendo una reserva natural, la película se centra, sobre todo, en la búsqueda de Gregoria de Jesús (una de las mujeres que lideró la Revolución) del cuerpo de su marido Andrés Bonifacio, lider revolucionario filipino que creó la sociedad secreta Katipunan, fundamental en la formación del ejército revolucionario nacional.
La película está compuesta por largas secuencias, a menudo en plano fijo -como es lo habitual en su cine-, pero en ocasiones utilizando ligeros travellings o paneos que invitan al espectador a perderse en las potentes imágenes. ‘A Lullaby to the Sorrowful Mystery‘, como bien indica el acertado título, es una elegía sobre el pasado, y plantea una búsqueda de la identidad filipina, que probablemente aun en la actualidad continúe. Fueron muchos años de invasiones, de pérdida de raíces, de inmenso dolor. En la filmografía de Lav Diaz esto es un tema recurrente, ya que como él afirma sabiamente, hay que mirar al pasado para entender el presente, para comprendernos mejor a nosotros mismos.

Nos encontramos ante la que posiblemente sea la película más ambiciosa del cineasta, un proyecto que le ha llevado más de diecisiete años (la primera versión del guion fue escrita en 1999), y debido a la dificultad para encontrar financiación se fue posponiendo. Lav encuentra positiva la espera, dado que gracias a ella ha podido documentarse mejor. Los actores tuvieron que leerse las dos novelas en las que se inspira la película, y también algunos libros de historia, y todo tenía que estar absolutamente calculado y estudiado ya que solo dispusieron de veintidos días de rodaje. Una hazaña heroica viendo el resultado, consiguiendo crear una de sus obras más importantes.
Como decíamos arriba, en ‘The Woman Who Left‘, el director de ‘Century of Birthing’ se despojaba de cualquier elemento sobrenatural. En esta ocasión recurre a la leyenda y a los mitos, representando a tres criaturas fantásticas que manipularán e influenciarán a los personajes para tomar algunas decisiones. La película se mueve entre lo real y lo místico, haciendo de ella una misteriosa epopeya sobre la época más importante de la historia de Filipinas, logrando que nos perdamos en el bosque y su niebla, creando un clima poderoso. ‘A Lullaby to the Sorrowful Mystery’ es una película enorme, inabarcable, que está por encima de cualquier escrito o calificación. Es una experiencia cinematográfica imposible de olvidar.