Entre el martes y el miércoles pudimos ver un total de cuatro largometrajes de la sección oficial de Filmadrid 2017. Tres de ellos tuvieron su premiere mundial en el Festival de Locarno, y el restante, en la pasada Berlinale. Todos ellos de corte experimental pero muy diferentes entre sí.

Beduino (Brasil). Dir. Júlio Bressane

El brasileño Júlio Bressane es un director que se caracteriza por un tipo de cine bastante minoritario pese a la larga extensión de su filmografía. Consciente de esto, él mismo avisaba antes de la proyección que la película que veríamos requería mucha paciencia por parte del espectador aun durando poco más de una hora. El filme abre con una secuencia en la que, con una cartulina a modo de molde, vemos el espacio a través de una cerradura. Posterior a este breve prólogo, comienza el eje central en el que se basará: la relación de una pareja en crisis. Un tema tratado en millones de ocasiones pero al que (casi) siempre es interesante volver, pues ofrece infinitas opciones.

Beduino‘ es una excepción. Un retrato matrimonial carente de todo interés en el que se expone de manera pretenciosa e inane la distancia que se ha ido creando entre ambos y el intento por reavivar la pasión perdida. Con un ritmo fatigoso, este ejercicio de estilo pseudopoético y pseudointelectual naufraga de todo punto, siendo algo totalmente intrascendente y plagado de tópicos. El principal escenario para llevar a cabo este insulso diálogo es el salón de una casa, que funciona como un espacio no definido con libertad de transformarse en las ocurrencias de los personajes.

No es que haga falta paciencia para soportala (que también), sino que hay que ser muy buena persona para aguantar semejante desvarío sin sufrir un ataque de nervios.

Casa Roshell (México). Dir. Camila José Donoso

Justo después de la proyección de la película de Bressane, llegó el debut en solitario en la dirección de la mexicana Camila José Donoso, quien ya realizó junto a Nicolás Videla ‘Naomi Campbell’. ‘Casa Roshell‘, presentada en la sección Forum de la Berlinale, nos transporta a un club nocturno para transexuales en Ciudad de México fundado por Roshell Terranova y Liliana Alba. Fusionando por momentos documental y ficción, la directora presenta a los asistentes de este club y hace a todas ellas igual de protagonistas.

Casa Roshell dirigida por Camila José Donoso
Escena de «Casa Roshell» dirigida por Camila José Donoso

Conocemos detalles de la vida de cada una de las transexuales que asisten semanalmente al Club Roshell formando un interesante retrato de la visión mexicana hacia la transexualidad. Roshell ha creado un espacio seguro para estas personas, y ella se niega a vivir con miedo y a travestirse esporádicamente. La mayoría de sus compañeras en cambio, viven como hombres y ocasionalmente acuden al club a ser ellas mismas, como un premio por el esfuerzo realizado durante toda la semana.

Las partes menos ficcionadas funcionan mejor que las que sí lo son, pudiendo resultar estas ligeramente forzadas. Sin embargo, ‘Casa Roshell‘ es una película estimable, que trata con valentía un tema importante en el que la directora muestra estar completamente involucrada.

Soy ese beso que se da
sin que se pueda comentar
Soy ese nombre que jamás
fuera de aquí pronunciarás
Soy ese amor que negarás
para salvar tu dignidad
Soy lo prohibido.

The Sun, the Sun Blinded Me (Polonia). Dir. Anka Sasnal, Wilhelm Sasnal

Tras su estreno en Locarno y su paso por el Festival de Sevilla, donde ganó el premio a la mejor película en la sección Nuevas olas, llegó el miércoles a Filmadrid 2017 el tercer largometraje de los hermanos Sasnal, ‘The Sun, the Sun Blinded Me‘. Se inspira en El extranjero, de Camus, pero se adapta a la actualidad centrándose en el continuo flujo de refugiados que llegan a las costas europeas. El protagonista es una persona que se ha creado una barrera frente al mundo exterior hasta llegar a sentir indiferencia hacia cualquiera que le rodea. Ni siquiera la noticia ante la muerte de su madre al principio del filme parece afectarle.

Rodada en 16 mm y mayoritariamente en cámara en mano y en primeros planos, la única pista que nos dan los directores sobre el protagonista es mediante la acción de correr. Durante gran parte de la película le seguimos corriendo por la playa, por la carretera o por las aceras de la ciudad. Es en esa necesidad de huir donde se puede asociar un símil con la situación de Polonia (aunque extrapolable a toda Europa) frente al problema de los refugiados, a los que es mejor deshumanizarles y apartar la vista de ellos; evitar el conflicto, huir de él.

Anka y Wilhem Sasnal realizan un personalísimo filme de denuncia sobre el creciente racismo que se está generando en su país, y gracias a una original puesta en escena y un montaje efectivo, logran un buen equilibrio entre fondo y forma.

Hermia & Helena (Argentina). Dir. Matías Piñeiro

El argentino Matías Piñeiro era uno de los platos fuertes de la sección oficial. Con una escueta pero contundente filmografía, su último trabajo, ‘Hermia & Helena‘ (dedicado a la gran Setsuko Hara), estrenado en el Festival de Locarno, cuenta principalmente la historia de Camila, una directora de teatro de Buenos Aires a la que le conceden una beca en Nueva York para traducir Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.

Hermia & Helena dirigida por Matías Piñeiro
Escena de «Hermia & Helena» dirigida por Matías Piñeiro

La película sucede entre dos ciudades, Buenos Aires y Nueva York, y Piñeiro expresa con veracidad y poesía lo que supone irse, y también regresar. ‘Hermia & Helena’ es una película sobre los planes de futuro, los proyectos y las complicadas relaciones humanas. El cineasta, con música de Beethoven y un guion que invoca a Shakespeare y a los personajes de la obra que tiene que traducir Camila, construye una melancólica y agradable película. El director de ‘La princesa de Francia’, emplea una sencilla puesta en escena que permite a los actores moverse con total libertad haciendo sus interpretaciones más orgánicas.

La narración opta por retroceder progresivamente en el tiempo, de forma que cuanto más avanza el metraje, más sabremos sobre el pasado de la protagonista, y no sobre su futuro, algo que se antoja incierto, y realmente poco relevante. Unos ligeramente excesivos 90 minutos traicionan un poco el ritmo narrativo, haciendo que ciertas secuencias se alarguen sin necesidad. Sin embargo, hay suficientes motivos para alabar ‘Hermia & Helena‘, una película más compleja y estudiada de lo que en un principio pueda parecer.

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