La cineasta Sofia Coppola e hija del legendario director Francis Ford Coppola posee una más que acreditada experiencia como directora, guionista o productora, entre sus más destacadas cualidades. Con ‘La seducción’ y su merecidísimo premio a la mejor dirección en la 70ª edición del festival de Cannes parece que ha acertado y resurgido tras la fallida ‘The Blind Ring’ de 2013.

La seducción‘ es un remake de ‘El seductor‘, adaptación cinematográfica de la novela A Painted Devil de Thomas P. Cullinan, dirigida por Don Siegel (‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, ‘Harry el sucio’) y protagonizada en 1971 por nada más y nada menos que un sorprendente Clint Eastwood. Las similitudes entre ambos filmes parecen evidentes, pero los enfoques y perspectivas son claramente diferentes.

La acción se desarrolla en el periodo de la guerra de Secesión o guerra civil estadounidense (1861-1865). El cabo John McBurney del ejército de la Unión es herido, una niña de un internado de señoritas sureñas lo encuentra en medio del bosque y lo rescata, llevándolo a un caserón donde solo hay mujeres. Entre la duda de entregarlo a las tropas confederadas, al final optan por la opción de curarlo primero. A partir de aquí, se desarrollan una serie de acontecimientos y hechos que cambian sus monótonas y aisladas vidas.

The beguiled
Clint Eastwood en «El seductor» (1971) y Colin Farrell en «La seducción» (2017) como el cabo McBurney.

Esta novedad, hace que las chicas empiecen a sentir cierta atracción por el apuesto enemigo cautivo. Además, se trata del único hombre que hay en esta residencia y lo mantienen oculto en una estancia de la misma. El comportamiento puritano con cierta represión moral de aquel entonces hace que las fantasías eróticas vayan trascurriendo y el cortejo de la seducción empiece a aflorar tanto por él como por todas ellas, terminando todo en un inesperado y calculado final.

Provocación versus elegancia

‘El seductor’, dirigida por Don Siegel, tiene un componente más sexual casi desde el principio y en cierta medida más directo y provocador, girando gran parte del argumento en torno a Clint Eastwood. En contra,’ La seducción’ es más erótico y elegante, destacando el factor femenino en muchos aspectos. Martha (Nicole Kidman) interpreta a la directora del centro en un brillante papel lleno de personalidad, frialdad y carácter. Siendo la pieza clave y dándole más carisma que el interpretado por Geraldine Page en 1971. La ingenua profesora de las cinco chicas, Edwina (Kirsten Dunst) logra una buena actuación. Colin Farrell encaja perfectamente como el cabo McBurney, pero con menos fuerza que en la versión original.

Sofia Coppola obtiene una magnífica fotografía con una atmósfera que transmite perfectamente un brumoso bosque sureño de Virginia. Las escenas interiores de la casa son algo lúgubres resaltando más aún los personajes. La ambientación de la época, nos sumerge perfectamente en el sur de los Estados Unidos de aquellos años del siglo XIX, añadiendo un refinado y bien logrado vestuario en todos los personajes.

The beguiled
Geraldine Page en «El seductor» (1971) y Nicole Kidman en «La seducción» (2017) como la señorita Martha.

En su momento, Don Siegel no logró estos aspectos bien rediseñados por la directora. Su enfoque pretendía darle más protagonismo al cabo yanqui sin tantos detalles visuales. También el papel de una de las jóvenes alumnas, interpretado en esta ocasión por Elle Fanning, destacaba más en la cinta original. El director enfocó la novela en un contexto más dramático, sobre todo en la parte final, no escatimando en escenas con un alto contenido morboso. Las imágenes eran más crudas y la historia tenía un argumento que rozaba una miscelánea entre el terror y lo macabro.

Evidentemente, la película de Coppola es más estilizada con un exquisito toque de perversión, siendo un excelente remake de la novela de Thomas Cullinan. Sin poner en duda la calidad interpretativa del actor Colin Farrell, solo cabe una pregunta: ¿Hubiese sido más brillante la trama actual con un Clint Eastwood?

1 comment

  1. Hola a todos:
    La version de Coppola es como beber champán sin burbujas. Ella convierte a todos los personajes en corderitos desprovistos de malicia. Los hechos dramáticos que suceden, apenas son explicados. Todo por esa tonta idea de querer convertir a todos en buenos, sobre todo a ellas. Colin Farrell resulta también menos perverso y no existe ningún motivo para su dramático desenlace, tan solo lo estúpido de su personaje y su pésima interpretación lo justifica. La versión de Siegel es mucho más sucia y fea, a veces hasta torpe y primitiva en su forma, pero es más excitante y dramática. Los acontecimientos tienen un porqué. Y a pesar de ser mas larga te mantiene en tensión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *