
Los monstruos habitan en lugares oscuros, lúgubres, al margen de la sociedad y ajenos al ajetreo cotidiano de una sociedad que simula progreso. La idea de una criatura incomprendida puede derivar en una ira extrema, en muertes a destajo y en miles de leyendas que encierran el miedo colectivo de un pueblo. Sin embargo, ¿Quién cuenta la historia de aquel monstruo? ¿Cómo surge y sobrevive en medio de escombros, habitando la oscuridad? Guillermo del Toro, lo toma personal, hoy hablaremos de su cine.
Hablar del cine fantástico o de ciencia ficción siempre ha generado un desprestigio en la industria, ya que puede involucrar exceso de efectos especiales, adaptaciones fallidas para generar mercancía o simplemente: complacer a fanáticos del género.
Guillermo del Toro rompe el molde y ofrece más que historias de ficción, ofrece relatos con fragmentos de humanidad que incluyen emociones tangibles.
Todo lo imaginario, es real
Entender que la imaginación puede catalogarse como una barrera invisible puede limitar a varios creadores. El considerar que una leyenda sólo resida en las mentes de los habitantes de un pueblo puede ser un concepto abstracto. En el cine o la televisión el tema de la ficción choca contra una realidad donde el drama puede arrasar con todo, o donde el blockbuster arrastra las criaturas para enfrentarlas a un enorme edificio que caerá al mero estilo de Michael Bay.
Guillermo del Toro empezó en el mundo del cine a través del maquillaje, data los últimos años de la década de los 70’ cuando era discípulo de Dick Smith, uno de los grandes del maquillaje en el mundo del cine, al haber trabajado en ‘El Padrino’ y ‘Amadeus’.
Años después, el tío del Toro (lo llamo así porque es pana, no es mi tío) fundó su propia compañía de maquillaje bajo el nombre de Necropia, a partir de allí le prestaría mucho más detalle a la construcción de identidades y sobre todo de la materialización de sus propios demonios.

Algo interesante de este director es la influencia familiar que tuvo, dado que su abuela era sumamente católica y según relata en varias entrevistas más de una vez lo intentó exorcizar creyendo que el pequeño tenía algún demonio o padecimiento paranormal.
Las barreras de una crianza católica y los límites de lo políticamente correcto a orillas de la religión le ofrecían al director ideas extraordinarias para construir monstruos fuera del sistema, criados en la oscuridad pero con matices específicos.
Emociones en 1080p
Para el tío del Toro el tema de las emociones representa un pilar fundamental en la creación de sus personajes, desde el miedo, el amor hasta un apartado extenso de emociones son algunos de los elementos que rodean parte de las personalidades de sus monstruos y niños.
En ‘HellBoy 2‘ incluso realiza una referencia a cómo se percibe a una mujer, esto desde la óptica de un monstruo que se siente completamente humano.
“Cuando una mujer está molesta, en realidad está molesta por otra cosa. Y tienes que preguntarle, pero entonces se molesta porque tuviste que preguntarle. Tu simplemente tienes que adivinarlo”.
De igual forma, el tío del Toro se refleja a sí mismo al contrariar a la oscuridad desde una figura infantil, lo hace en varios experimentos tales como fue ‘El Espinazo del Diablo’ o ‘El Laberinto del Fauno‘, en cada uno de los filmes el miedo consume a los niños, pero los impulsa a tener valor en medio de la adversidad.

Escenarios góticos
La exploración por lo desconocido y el cuidado de los detalles juegan en pro de la construcción de un contexto que le otorgue sentido a la historia. En ‘La Cumbre Escarlata‘, el director cuida al máximo cada aspecto en torno a los escenarios que rodean a los protagonistas, los muros, el carácter del encierro y lo gótico toman un carácter protagónico, al punto de habitar cada rincón.
Para él, la oscuridad, lo lúgubre, potencia el mensaje más no consume la historia, al otorgarle desgracias y matices a los escenarios no es una excusa para que prevalezcan las conductas de quienes los habitan, como le sucedió posteriormente a Tim Burton.
Cuida al máximo el diseño del vestuario, la paleta de color y las texturas, dado que cada cinta debe tener una personalidad y una intencionalidad, los demonios de cada relato habitan entre los muros o bajo el miedo de cada niño frente la adversidad.
¿Cómo describen el cine de Guillermo del Toro?