
‘Blade Runner‘, la película de Ridley Scott basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovjeas eléctricas? de Phillip K. Dick que en 1982 revolucionó el cine de ciencia ficción e impactó a toda una generación, vuelve 35 años después a modo de secuela. Las expectativas y el temor ante lo que podían hacer con semejante obra de culto eran máximas. Denis Villeneuve (‘La llegada‘) se enfrentaba al trabajo más ambicioso y arriesgado de toda su carrera afrontando la dirección de esta segunda parte. El canadiense, sin embargo, ha logrado algo que parecía imposible: estar a la altura. ‘Blade Runner 2049‘ se sitúa treinta años después de los acontecimientos de la primera y sigue a K, un replicante que descubre algo que podría cambiar la situación caótica de una distópica California, por lo que inicia una búsqueda para lograrlo.
Pese a lo que pudiera parecer en los trailers, la potente atmósfera que poseía la película original permanece. La sensación de ciudad vivida, sucia y peligrosa sigue intacta. El universo Blade Runner se expande a lo grande y de forma satisfactoria, dando a paso a nuevas localizaciones, espacios diáfanos y futuristas que contrastan con el caos que reina en el exterior. La película de 1982 además de ser un logro visual impresionante, conseguía introducirnos en una narrativa densa y pausada al más puro estilo del cine negro. La de 2017 sigue exactamente el mismo patrón, y sorprende en una era de blockbusters de consumición rápida, ver que una superproducción de estas características no sucumbe a una narración atropellada.
Todo en ‘Blade Runner 2049‘ está sumamente cuidado, medido al milímetro gracias a un prodigioso trabajo conjunto de Denis Villeneuve y Roger Deakins, quien consigue una de las fotografías más alucinantes que se han podido ver en una pantalla de cine. Cada plano, es sencillamente, un milagro de composición, de luz y de texturas. Es un apabullante despliegue de medios, pero sobre todo de talento.
Denis Villeneuve esquiva apelar continuamente a la nostalgia -que hubiera sido lo fácil-, como bien han hecho otras secuelas de clásicos modernos (la reciente ‘T2: Trainspotting‘, por ejemplo), y decide lanzarse de lleno a explorar nuevos caminos -visuales y narrativos- pero sin dejar de lado nunca el referente de la original. También implanta su inconfundible sello como autor, permitiéndose una importante libertad creativa. El cariño y el respeto de la secuela es palpable también en la entrega de un elenco en el que todos los actores están espléndidos. Ryan Gosling -brillante elección de casting- vuelve a demostrar que es uno de los actores más valiosos de su generación en una interpretación de la que sabe sacar oro. Le apoyan en roles secundarios una soberbia Sylvia Hoeks, Ana de Armas, Harrison Ford, Robin Wright, Mackenzie Davis y Jared Leto.
‘Blade Runner 2049‘ es una de esas películas que merecen verse en la pantalla más grande y con el mejor equipo de sonido posible. El trabajo sonoro es absolutamente brillante, y nos transporta a un universo triste y feroz con la ayuda de la música de Benjamin Wallfisch y Hans Zimmer. El conjunto logra ser una experiencia inmersiva, y desasosegante y que desemboca en un emocionante tramo final -pese a que el último plano no era del todo necesario-. Difícilmente pueda uno sentirse defraudado ante uno de los mejores títulos de ciencia ficción que se han visto en años, y ante la mejor película de Denis Villeneuve.
Coincido plenamente en que la puesta en escena es extraordinaria, tanto la ambientación de la ciudad como de los personajes. Pero sigo pensando que al guión de la película le falta algo de alma, algo que le hace ser única, como fue la de 1982.