
IT es la adaptación cinematográfica de la icónica novela de Stephen King. La cinta abarca la infancia de los protagonistas, optando por separar los eventos ocurridos en las distintas líneas temporales del libro, y concluir la historia de los protagonistas en su edad adulta en una segunda entrega que se estrenará en 2019.
La novela de King ya tuvo una adaptación en formato de película para televisión en el año 1990, y con una duración de tres horas. La interpretación de Tim Curry como el payaso Pennywise es recordada con cariño, y esta nueva versión fue recibida de primeras con mucho escepticismo pero también interés. El resultado final ha sido a todas luces un éxito descomunal. Notable recepción de crítica y público, récords de taquilla y una secuela confirmada. Y personalmente, me alegra su éxito porque me ha parecido una gran película.
Alma ochentera
Los acontecimientos ocurridos en el libro se producen a finales de los años 50, pero en la adaptación de Andy Muschietti han decidido establecer la historia en la década de los 80, proporcionándoles numerosas herramientas que apelan a la nostalgia en la que nos hemos visto sumidos estos últimos años. Además, es una excelente forma de recordarnos películas de la talla de ‘Cuenta Conmigo’ (Rob Reiner, 1986), ‘ET’ (Steven Spielberg, 1982), ‘Los Goonies’ (Richard Donner, 1985) y ‘The Monster Squad’ (Fred Dekker, 1987). Los protagonistas de la historia circulan por Derry subidos en sus bicicletas, hacen referencias constantes a la cultura popular de los 80 y su unión ante la amenaza es su principal arma.
Muschietti ha sabido introducir a los personajes en un contexto temporal distinto al del libro y acierta de pleno en su ejecución. En una era en la que Stranger Things es una de las series más populares del planeta, IT sabe conjugar su tono con la historia a la perfección y evocar una década que se ha convertido casi por derecho propio en una burbuja cultural a la que nos retrotraemos por pura atracción y nostalgia.
Además, los personajes están perfilados con un cariño desbordante y todos tienen frases maravillosas, momentos hilarantes y minutos para brillar. No es fácil proporcionar el mismo peso específico a un grupo de siete personajes, pero Muschietti junto a los tres guionistas que participaron en el proyecto han sabido balancear cada historia con mimo y coherencia. Cada personaje tiene individualidad, una personalidad definida, ambiciones y miedos distintos, características que los vuelven tridimensionales, y me parece una de las grandes bazas de la cinta.
El reparto de la película es fantástico y todos y cada uno de los integrantes del grupo de Los Perdedores (los siete protagonistas) realiza un trabajo genial. Han entendido sus personajes y en todo momento he visto al grupo que leí en la novela. Es un auténtico gustazo. Me han sorprendido especialmente Sophia Lillis y Jeremy Ray Taylor (Beverly y Ben, respectivamente). Su capacidad para narrar emociones con sus rostros es impresionante y estaré encantado de verles crecer como intérpretes en próximos proyectos. Tienen mucho futuro.
Festín audiovisual
A nivel técnico y sonoro, la película posee un nivel envidiable. La dirección de Andy Muschietti es elegante, repleta de ideas visuales, planos variados y un gusto exquisito en la composición. No está encorsetado en un estilo convencional, sino que utiliza todas las herramientas a su disposición. Espectaculares planos cenitales, ángulos y giros en pleno zoom in, excelente uso de la escala para agrandar y empequeñecer personajes y escenarios y un largo etcétera de virtudes que me han sorprendido para bien.
En el plano sonoro, el uso del ruido y los silencios me ha encantado no sólo por enfatizar movimientos y gestos, sino también por generar tensión constante. El in crescendo de ciertos sonidos proporcionan una atmósfera bestial a la película y suponen un aspecto crucial para que el espectador compre el riesgo al que se enfrentan Los Perdedores. La banda sonora me ha gustado mucho principalmente por su polivalencia. Sutil en escenas íntimas, explosiva en persecuciones y revelaciones, pero siempre elegante y acertada.
El trabajo de fotografía de Chung Chung-hoon (colaborador habitual de Park Chan-wook) es intachable. Mucho contraste, atmósfera sombría pero siempre enfatizando colores y texturas, y una brillante ejecución en espacios cerrados. De nuevo, la polivalencia en este apartado también supone una virtud respecto a la historia, ya que IT es un juego constante de luces y sombras. Sentimos la calidez y seguridad de los espacios amplios e iluminados, pero también temor y tensión en escenarios opresivos y fríos.
Las identidades de Pennywise
El payaso Pennywise se alimenta del miedo. Cada persona teme cosas muy distintas, por lo que dicho temor se verá reflejado en Pennywise de formas variadas. Creo que la película sabe reflejarlos con acierto, y aunque no llega a los extremos de la novela, me parece acertado simplificarlos para que sean más contundentes y directos. Entiendes el pavor que Pennywise provoca en Los Perdedores, y considero que han elegido la mejor forma de mostrar aquello que temen con fuerza visual sin necesidad de fuegos artificiales.
De manera más específica, el personaje de Pennywise creo que es, en general, un fiel reflejo de lo leído en la novela, aunque Muschietti lo vuelve más juguetón y bromista en el sentido más macabro. La novela es tremendamente oscura, y Muschietti ha decidido «combatir» tanta oscuridad aportando más comicidad a la historia y más momentos de alivio cómico para compensar la oscuridad del relato. Creo que es una decisión acertada y funciona estupendamente, aunque reconozco que eché de menos mayor sensación de peligro. Quizás podría haber perfilado un Pennywise que creara más desasosiego. Pero es un detalle menor que tampoco molesta en exceso.
Creo que Bill Skarsgard realiza una interpretación fabulosa como el macabro payaso y transmite mal rollo en todo momento. Me gusta cómo modula su voz para cambiar por completo el tono de la escena y la intención que hay detrás de sus palabras. En momentos muy puntuales, he visto similitudes con el Joker de ‘El Caballero Oscuro’ (salvando las distancias), y creo que funciona estupendamente.
IT, la novela versus la película
Las adaptaciones cinematográficas de novelas siempre son una empresa de gran calibre, especialmente si son populares o icónicas. Es normal sentir dudas respecto a los elementos que deben conformar la adaptación en pantalla grande, y mucho más al tratarse de un libro de 1.500 páginas con numerosas subtramas y personajes. Bajo mi punto de vista, creo que los guionistas del filme y su director han sabido captar la esencia de la novela a la perfección e introducir todos los elementos reconocibles de la historia sin obsesionarse con ser fieles a una historia difícilmente adaptable.
Muschietti consigue reverenciar el material que adapta, pero también reconfigura ciertas situaciones para el correcto funcionamiento de la trama principal y de las interacciones entre personajes. Hay varios cambios importantes pero ninguno afecta al espíritu de la historia. Hay muchas adaptaciones que ignoran detalles vitales o los desvirtúan para tirar de efectismos e incrustar de manera forzada alguna secuencia que funcione más como mero entretenimiento que como parte integral de la historia. Aquí no hay nada de ese estilo.
Me resulta especialmente satisfactorio observar cómo ciertas secuencias de la segunda mitad del filme son fragmentos de secuencias distintas del libro, pero han sabido encajarlas para que fluyan con normalidad y agilicen los acontecimientos que están por venir. A nivel de adaptación, me parece modélica y sensata en casi todos los sentidos.
Para haceros una idea aproximada de cómo funciona la cinta como adaptación, os diré que la primera mitad del filme es un calco casi absoluto del libro. Cada escena es clavada a lo leído en la novela y resulta realmente satisfactorio porque funcionan. La segunda mitad se permite mayores licencias y libertades, apostando por un acercamiento más cinematográfico en cuestiones de conflictos y en la forma de encadenar secuencias. Se pierde fidelidad pero gana en frescura. El personaje de Mike Hanlon tiene un pasado distinto, ciertos eventos entre los padres de Beverly y Eddie son alterados, y el desarrollo de los matones (Henry Bowers y su pandilla) cambia en el tercio final, pero nada de ello hace sufrir a la historia, ya que son cambios para que funcione mejor como filme, no por puro interés de alejarse de la novela.
En definitiva, IT me ha parecido una película admirable, no sólo por triunfar en la adaptación de un libro casi imposible de adaptar, sino por su espectacular puesta en escena, su amor por los personajes, y su capacidad para imprimir tantas carcajadas como tensión y opresión. Tan divertida como lúgubre, IT es una de las películas más satisfactorias que he visto en 2017 y la he disfrutado muchísimo de principio a fin. Deseando continuar la historia de Los Perdedores en 2019.