Detrás de una pantalla de cine se cierne la edificación de una realidad paralela, de un grupo de historias con una identidad propia que albergan emociones, momentos y vivencias marcadas a partir del paso forzado del tiempo. Steven Spielberg es un fenómeno de masas, ha causado furor a lo largo de su trayectoria fílmica y ha sido subestimado por la crítica, constantemente cuestionado por figurar como un “director bestseller”. Se enfrenta a estigmas que deja en el diván mientras se inmiscuye en el set de grabación, este es apenas un bosquejo de su trabajo.

Mirada lejana

Steven Spielberg es oriundo de Ohio, criado bajo el seno de una familia judía, estuvo marcado por unos primeros años de dedicación exclusiva por parte de su madre, al punto de considerarla más como una “hermana” que su madre, mientras que su padre trabajaba todo el día. Spielberg veía como todos los niños jugaban y compartían intereses en común, mientras él se mantenía al margen, huía de los golpes en la escuela y se ocultaba entre sus pensamientos, vivía en realidades alternas.

Con el paso de los años Spielberg enfocó su ansiedad bajo una obsesión: el cine, le fascinaba cómo se construían tantas historias y se incluían elementos particulares en la construcción de imágenes sin la necesidad de contar una sola palabra, para él era un arte híbrido donde coincidía la música.

Con solo 16 años filmó Firelight’, su primera película donde invirtió apenas 500 dolares. La producción carecía de recursos pero sería el pilar fundamental para una de sus posteriores películas en Hollywood. Rechazado durante tres oportunidades en la University of Southern California para estudiar cine, Spielberg decidió colarse en un tour a Hollywood y estudiar de primera mano cómo era la magia del set. Observó a grandes directores hasta ganarse ciertos problemas, sus cuestionamientos y aprendizajes eran innatos al punto de atosigar a Hitchcock mientras realizaba sus películas.

El joven estaba seguro que su escuela sería Hollywood, aprendería entre ensayo y error, tras una apuesta ambiciosa donde logró presentar una película experimental titulada ‘Amblin’ y así pasó unos meses como pasante en Universal hasta conseguir su primera oportunidad en la industria dirigiendo series.

Miedo a lo desconocido

Spielberg era mal visto en la industria, lo veían como el “capricho” de uno de los magnates y apenas tenía oportunidades para dirigir algunos episodios de series televisivas. Pese a ello, tuvo su primer reto fílmico: ‘El diablo sobre ruedas‘ (Duel) (1971), una película sencilla que recrearía el miedo de su infancia tras ser perseguido por un buller, transportando la sensación de forma literal al asfalto. La forma en que el director realizó el filme cautivó a los más incrédulos, incluso ABC apoyó la película hasta cuestionarle el final por no haber estallado el camión antagónico. El estudio le sugirió cambiarlo, él se negó, dado que quería mostrarle al público cómo el enemigo mecánico perdía la vida y se desarmaba de forma específica.
Filmografía de Steven Spielberg

Otros retos aparecieron en su camino pero el mayor para aquel momento sería ‘Jaws’ (Tiburón), apuesta que sonaba como un disparate para el año 1975 y el cual decidió tomar como un riesgo personal. A diferencia de otras películas no quería hacer tomas artificiales en el estudio, ni tampoco simularlas en un lago por lo que decidió hacerlas a mar abierto, tomó la ocasión como una oportunidad con algo de soberbia, irónicamente se hallaría con un problema tan grande que casi lo haría renunciar pero que en el último instante le conferiría un atributo a su carrera: el manejo del miedo.

Con problemas de casting y sobre todo de producción, Spielberg comenzó a rodar ‘Tiburón‘ contra todo pronóstico. El escenario empeoró al dañarse el primer prototipo del tiburón que usarían para la película, debían esperar un tiempo para incorporar otro que funcionara, por lo que el plazo de entrega corría.

Spielberg decidió arriesgarse y empezó a recrear escenas sin el tiburón, el miedo y la incertidumbre se colaron con un tema particular mientras que la zozobra al no ver al tiburón causaba pánico. Para sorpresa del público la película fue un éxito sin precedentes, Spielberg empezaba a sonar entre los jóvenes directores.

Dos años después adaptaría su primer intento fílmico mediante un tema clave: ovnis y el encuentro con otra especie. ‘Encuentros en la tercera fase‘ (1977) sirvió para modificar el entendimiento de otra entidad superior y diferenciar su comunicación. En un principio pensó en las matemáticas como un lenguaje que superara al idioma, hasta llegar posteriormente a la música y a los colores.

A partir de entonces contaba con algo de seguridad en su trabajo, ya no dudaba acerca de cómo construir escenas, tenía el respaldo de algunos especialistas, más apenas comenzaba su carrera en medio de un campo minado.

Spielberg: director friki, bullying cinéfilo

En 1979 Spielberg tuvo su primer choque contra la realidad, con algo de confianza realizó ‘1941′, una comedia donde tuvo excesos en el presupuesto y donde a pesar de contar con el apoyo incondicional de terceros fue destrozado por la crítica e incluso por sí mismo.

El director no hallaba la forma de regresar a su punto de equilibrio, hacer cine se había convertido en su forma de conectarse con el mundo, tras el divorcio de sus padres y la exclusión de una niñez marginada, había conseguido el medio a través del cual podía conectar con la gente, narrar sus vivencias entre cuadros, tal como había sucedido en ‘Encuentros en la tercera fase, donde plasmó de forma literal cómo se desplomó su padre una vez tras admitir la separación con su madre.

Harrison Ford en Indiana Jones
Saga Indiana Jones (En busca del arca perdida, El templo maldito, La última cruzada y El reino de la calavera de cristal).

Sería el padre de Star Wars, George Lucas quien lo devolvería a la senda del cine, lejos de acercarse al cine de héroes le planteó a Spielberg empezar con una aventura que tuviera una identidad propia y que destacara entre un escenario, así empezó la saga de Indiana Jones en 1981.

Un año después Spielberg quiso llevar a otro nivel su encuentro con otras civilizaciones. El cineasta tenía claro que los niños podían aportar con una mirada directa de un escenario, mediante la sinceridad y la aventura extrema e introdujo a ‘E.T El Extraterrestre‘, película que brindaría sus propios códigos y lo consolidaría en el campo de la ciencia ficción; factor que se colaría años después en la escritura de ‘Los Goonies’.

A pesar de todo el prestigio que había recuperado Spielberg era visto como un creador “friki”, relegado al campo de la ficción y subestimado por la crítica al relegarse únicamente al cine comercial. Para él los comentarios se convirtieron en una afronta personal por lo que empezó a desarrollar proyectos fuera de su zona de confort tal como sucedería con ‘El color púrpura‘ (1985), donde empezaría a explorar los matices de una dirección más lóbrega y oscura.

Sin embargo, en medio de críticas y de problemas financieros por parte de los estudios, para él la emocionalidad y la mirada infantil siempre tenía que estar presente, aspecto que influyó en la realización de ‘El imperio del sol‘ (1987), una aventura donde fusionaría los matices de una trama sórdida y la perspectiva infantil ante el paso obligado del tiempo.

Christian Bale y Steven Spielberg
Christian Bale y Steven Spielberg en el rodaje de «El imperio del sol» (1987)

Reto tecnológico e histórico

El año 1993 fue el período más importante para el cineasta de Ohio dado que encaró dos producciones que le costarían su carrera debido al tono y lo que implicaba cada propuesta por separado. ‘La lista de Schindler’ representó un regreso a sus orígenes familiares, un homenaje disonante a la cultura judía pero un trabajo arduo que lo carcomió emocionalmente.

Recrear escenas de la guerra en lugares claves era devastador, pero mucho más fue otorgarle a los personajes una razón para llegar a su idiosincrasia como piezas de la obra. Spielberg estaba frente a otra clase de cine, el choque de civilizaciones no había sido tan brusco como volver al pasado, juzgarlo y ante todo asumir que había que seguir adelante.

La segunda película del 93 fue ‘Parque Jurásico‘, una propuesta arriesgada bajo la mirada tecnológica. Aquí la exploración de un universo sin precedentes incluiría a la animación bajo un marco entre el miedo y la fascinación.

Parque Jurásico (1993) dirigida por Steven Spielberg
Rodaje de «Parque Jurásico» (1993) dirigida por Steven Spielberg.

Efectos y política

Muchos años han transcurrido y miles de cintas han pasado entre sus manos, la inclusión del apartado visual para Spielberg le dotó de un atributo para construir mundos de forma genuina dado que no le temía a inmiscuirse entre la innovación y lo poco aclamado.

Steven Spielberg incluso fundó su propio estudio de animación Dreamworks SKG. El éxito ha rodeado parte de sus producciones planteando de nuevo la interrogante ¿Es un mal director por hacer cine comercial? ¿En qué punto hace “películas de verdad?

La construcción del cine de Spielberg oscila entre lo fantástico y lo político, el tema patriótico para el director es importante al hacer propuestas como ‘Lincoln’ (2012), ‘El puente de los espías‘ (2015), ‘Amistad’ (1997), cintas donde cuestiona el Estado de derecho, donde busca dotar de una voz propia a cada personaje y ante todo contrastar versiones históricas.

No es muy distinto el caso de ‘Salvar al soldado Ryan‘ (1998), película con la que homenajearía a su padre y donde incursionaría de forma directa en lo bélico, donde aplicaría lo aprendido en el campo del miedo a un modo de supervivencia, de patriotismo y ante todo de tributo.

Para él los detalles son importantes, la inquietud y la ansiedad de reflejar a modo de terapia su vida siguen presentes entre cada escena de algunos títulos de su filmografía. Bien puede realizar una que otra película que sea desechable más la admiración a lo infantil, la exploración por lo desconocido y la fascinación de ir más allá de lo imaginado mediante lo fílmico es lo que hace a Spielberg uno de los grandes del cine norteamericano.

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