
Cuando comienza la temporada oficial de premios en el cine, allá por el mes de septiembre, los críticos y predictores de la carrera al Oscar poco tardan en hacer sus primeras cábalas, publicar teorías, estudios y baremos o simplemente articular lo que son meras especulaciones de cara a lo que sucederá en la gala de los Oscars a finales del mes de febrero en el Dolby Theatre de Los Ángeles (este año a principios de marzo).
Los estudios generalmente se basan en patrones de comportamiento, estadísticas que se repiten con curiosa regularidad o viejas maldiciones que perduran o se rompen con cada temporada de premios. Son los premios de la crítica junto con otros organismos los que dan forma a la carrera al Oscar, como la Asociación de la Prensa Extranjera (Globos de Oro) o los sindicatos de los distintos gremios de la industria (SAG, DGA, etc.).
¿La fecha de estreno puede influir en la nominación al Oscar?
Uno de esos extraños rastros que brinda esta maravillosa época es uno que se viene repitiendo desde hace tres ediciones, con la victoria de la penúltima película de Alejandro González-Iñárritu, ‘Birdman’. Desde esta edición celebrada en el año 2015, al menos una película que se cuela en la terna final de nominadas en la categoría de Mejor Película tiene su estreno antes o durante el verano y no en otoño o invierno, fecha se presupone ideal para lanzar a una película en la carrera al Oscar.
En esa misma edición, Wes Anderson endulzó de color pastel la carrera con una de sus mejores películas hasta la fecha, ‘El Gran Hotel Budapest‘. La cinta se estrenó en Estados Unidos el 7 de marzo, dos semanas antes de que llegara a los cines españoles en una fecha tempranísima para la temporada de premios, ya que el primer festival importante del año es la Berlinale y se había celebrado poco menos de un mes antes.

La película no se colocó para su exhibición en las fechas en las que se agita la carrera, tal vez porque Wes Anderson es un artista que no necesita reconocimiento formal para enorgullecerse de su obra, uno de esos amantes del arte, pero lo que está claro es que el 22 de febrero de 2015, ‘El Gran Hotel Budapest‘ se llevó cuatro Oscars y durante un momento de la gala, puso el susto en el cuerpo de las dos rivales aquella noche, ‘Birdman’, que terminó ganadora, y ‘Boyhood’.
El año siguiente llegó la reinvención de un genio de 70 años. George Miller destrozó la carrera con una película brutal de una taquicardia terrible. ‘Mad Max: Fury Road’ llegó a la gala de los Oscars no sólo como una honorable nominada, sino como incluso una más que posible ganadora por el empuje que había sufrido durante la carrera por parte de la crítica y los premios, aunque su victoria se presuponía para los menos optimistas en las categorías técnicas, no así en las gordas.
Su estreno en cines USA fue el 15 de mayo, un mes donde todas las miradas cinéfilas se centran en Cannes, y las películas fuertes de aquel año como ‘El renacido’, ‘La gran apuesta’ o ‘Spotlight’ (la ganadora) no bajaban de noviembre. Todos fuimos testigos de lo que la odisea desértica y suicida de Miller hizo el 28 de febrero del 2016. ‘Mad Max: Fury Road’ no ganó el Oscar a Mejor Película, pero se llevó 6 estatuillas a su casa aquella noche en el triunfo de un género defenestrado.
El año pasado, otra película consiguió asomar la cabeza entre las nominadas a Mejor Película cuyo estreno se remonta a la temporada veraniega. El 12 de agosto veía la luz en los cines americanos ‘Comanchería’, una película que levantó pasiones por volver al western clásico sin romper la modernidad de su tiempo. Los dos huesos de la carrera, ‘La La Land’ y la finalmente ganadora ‘Moonlight’, tenían pole position en la temporada, con estreno a principios de diciembre. La película de David Mackenzie no se llevó nada, pero alargó esta inusual tendencia.
Dunkerque, estrenada en verano, camina firme en la carrera al Oscar
Ya en este año, una película que apunta a todo es ‘Dunkerque’, la angustiosa historia de supervivencia bélica de Christopher Nolan. Aquí se entroncan dos aspectos claves para entender el por qué ‘Dunkerque’ puede repetir este cromosoma. Primero por su fecha de estreno, mitad de julio, en tierra de nadie en clave de temporada de premios, porque se está olvidando la anterior mientras que a la vez se prepara la nueva temporada que empieza en dos meses con la Mostra de Venecia.

Y segundo, que es Christopher Nolan, y su presencia como cineasta, aparte de imponer, es un atractivo para cualquier quiniela, y más cuando este año parece haber aunado el consenso de la crítica en una película que tiene a su favor ser una propuesta de tipo académica, un drama con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. La Academia le ha ignorado con asiduidad (lo de ‘Interstellar’ todavía escuece), pero quizá este es el año de la redención de Hollywood con el británico.
Este estudio viene a decir que en el éxito de una película no tiene como factor diferencial su colocación en una fecha privilegiada de la temporada de premios, que una película colocada a finales de diciembre o a dos meses de los Oscars no garantiza el éxito rotundo de la misma. Puede ayudar la visibilidad que tiene una cinta que se abre paso cuando más alborotada está la carrera al Oscar, pero de ninguna manera es algo definitorio.
¿Seguirá ‘Dunkerque’ la estela de ‘El Gran Hotel Budapest’, ‘Mad Max: Fury Road’ y ‘Comanchería’ de colarse entre las nominadas e incluso rascar algún premio habiéndose estrenado muchos meses antes de las fechas que convulsionan la carrera? ¿Será esta la película que permitirá el acceso de Nolan al olimpo del reconocimiento académico? El 23 de enero se saldarán todas las dudas.