
Sean Baker es un director y guionista de New Jersey que se dio a conocer con ‘Tangerine‘, su quinta película rodada íntegramente en un iPhone 5S y que obtuvo muy buena acogida en el festival de Sundance de 2015 donde tuvo su estreno mundial. Baker, que se graduó en cine por la Universidad de Nueva York, es el director de ‘Take Out’ (2008) y de ‘Prince of Broadway’ (2009), y también de ‘Starlet’ (2012), la película ganadora del Robert Altman Independent Spirit Award.
Su nueva producción, ‘The Florida Project‘ no para de cosechar elogios, tanto de crítica como público, y ha logrado nominaciones en diferentes premios cinematográficos, entre los que destaca el de Willem Dafoe al Oscar como mejor actor de reparto. La película cuenta la historia de Moonee, una precoz niña de seis años, y su particular grupo de amigos. Unas vacaciones de verano repletas de aventuras y travesuras, mientras los adultos a su alrededor viven tiempos difíciles. Esta historia se desarrolla en las afueras de Orlando, capital vacacional del planeta, y sede del “lugar más mágico del mundo”. Los moteles baratos que en su día atraían a los turistas con la magia de Disney como reclamo, albergan ahora a familias sin hogar.
En una entrevista con Macguffin007, el director Sean Baker, que presentaba ante la prensa española su nueva película, nos ha contado detalles acerca de su último trabajo.
• Has producido, escrito y dirigido esta película y la has rodado en celuloide, ¿fue complicado trabajar con actores no profesionales, aparte de Willem Dafoe?
Bueno, no la verdad. Durante el casting me aseguré de que entendieran bien de qué iba todo. La gente dice que iba a ser un problema rodar en 35 mm y trabajar con niños, que era una mala combinación, pero no es así. La disciplina necesaria para el rodaje se puede aplicar a los niños, y de hecho les ayudó, porque yo les decía en los ensayos «oís ese ruido del motor (de la cámara), eso es dinero quemándose [risas], así que, niños, concentración». Y funcionaba. Creo que eso les ayudó.
• Este proyecto es un poco más grande que tus anteriores, es el primero también en el que no has sido operador de cámara
Sí, no me dejaban, siempre hago un poco de operador, y volveré en el futuro, pero aquí no me dejaban ni tocar la cámara [risas]. Un día empezó a llover, y moví un maletín de cámara para que estuviera a cubierto. Al día siguiente había una nota que ponía «Se recuerda a Sean que no puede tocar nada del equipo de cámara.»
• He leído que The Florida Project fue el nombre inicial de Walt Disney World, y al fin y al cabo el sueño de Moone es ir allí, ¿pero cómo afecta al resto de personajes del motel y de la película el convivir con algo que representa el extremo del capitalismo?, porque das mucho énfasis a las tiendas de alrededor, que son restos del proyecto de Disney.
No estoy seguro si les afecta directamente, lo que sí vi mientras rodaba y nos documentábamos es que había una omnipresencia de Disney, siempre estaba como en la sombra. Me pregunto cómo eso te puede afectar psicológicamente cuando siempre están rodeados de estos anuncios de cosas que no pueden tener. No sé cómo afectará exactamente, pero el impacto no puede ser positivo, desde luego.
• Quería preguntarte sobre el uso de los espacios en todas tus películas, que los haces protagonistas y «encierras» a los personajes en ellos. También, que tanto Moone como Haley o a cualquiera de tus personajes, no les espera un futuro muy esperanzador, pero tú siempre les das optimismo. Ellos siempre tienen ganas de vivir, como que no parecen realmente conscientes de la situación en la que están ¿Podrías hablar un poco de esto?
Las localizaciones son cruciales para mí, y a menudo son un personaje más. Esta película la podía haber rodado en otro lugar de Estados Unidos, porque pasa en muchos sitios. Pero rodarla en Kissimee, Florida, era perfecto, porque había algo muy irónico en todo esto, por eso la rodamos allí. En todas mis películas, los espacios son muy importantes. Gracias por darte cuenta.
Respecto a la otra pregunta, yo creo que puedes enfrentarte a un problema como este y ser totalmente negativo y dramático, pero yo no lo veo así. Creo que los humanos no son así. Da igual en qué condiciones estés viviendo, siempre tenemos la capacidad de ser alegres, de divertirnos, de disfrutar. Los humanos usamos la risa para defendernos, así que creo que es por eso por lo que hay humor y alegría en mis películas. Si no lo hiciera, no sería tan real, mi representación sería falsa.
«Al hacer películas sobre Estados Unidos, no puedo evitar hablar de los más desfavorecidos»
• ¿Por qué crees que es importante retratar personajes que viven en situaciones poco favorecidas?
Porque creo que mis películas son respuestas a lo que yo no veo ni en cine ni en televisión en Estados Unidos. No quiero evitar estos problemas, ya que creo que al hacer películas sobre mi país en el día de hoy, no puedes apartar la vista de ellos. Tienes que plasmarlos.
• El final es muy significativo, sobre todo porque supone un momento de ruptura en el que también se da un cambio de soporte y de estilo en tu manera de concebir la escena.
Sí, desde luego, cambiamos de medio y estilo. El final es algo que siento que el público debería interpretar. Y no es que no quiera contestarte, ni mucho menos, pero cuando llegamos hasta ahí, el espectador está en la mente de Moonee y puede usar su imaginación como ella. Quizá lo hice para darle un final feliz.
• Respecto al uso de actores no profesionales, quisiera saber si le dabas mucha importancia a que repitiesen sus frases tal cual o te daba igual y buscabas más espontaneidad. ¿Cómo se llega a una escena como la del helado con esa naturalidad?
Depende, porque Brooklynn no era la primera vez que actuaba, ya había aparecido en algunos anuncios, los demás sí. Así que depende de cada uno, de lo cómodos que se sintieran con la escena. En este caso del helado, lo único que hice fue dárselo y decirles que se lo comieran. Fue el primer día de rodaje. En el guion estaba escrito, y había diálogos. Moonee es como si fuera Tom Sawyer, sabía un poco más que los otros dos, así que se ponía en el medio y decía»una lamida para ti, otra mí, otra para ti,» y así sucesivamente de modo que ella comía el doble [risas]. Pero el primer día fue muy caótico, así que decidimos quitar el diálogo y dejar simplemente que se lo comieran.
• He encontrado especialmente conmovedora, natural y humana la relación entre Bria (Haley) y Brooklynn (Moonee), en la película, ¿Cómo has trabajado con ellas para lograr esa relación tan verdadera que hay entre ambas?
Bria, de hecho tenía menos experiencia que Brooklynn. Ella no sabía nada, nunca había trabajado en una película. La hice que viniera hasta Orlando para que conociera a las dos niñas. Le dije «ya sé que has leído el guion y que es una relación madre-hija, pero quiero que actúes más como si fueras una hermana», porque Haley es tan joven que su relación con su hija siempre fue de igual a igual, más como hermanas, aunque siente un amor maternal hacia ella, claro. Se lo dije y fue inmediato, en la primera prueba salió. Las grabé con un iPhone y la forma en la que actuaban las dos funcionaba perfectamente en cuestión de minutos. Empezaron a cantar canciones de moda en la radios, a bailar, etc. Se hicieron muy amigas. Bria (y todo el equipo) trataba a Brooklynn como a un igual, pese a que tuviera seis años.
«Ver una película en un cine, aporta más y la eleva a otra categoría»
• Desde el punto de vista de productor, es la primera vez que trabaja con A24, quería preguntar que cuál es su postura frente a esta disputa que hay entre distribuir un filme por streaming o por sala de cine.
Lo ideal es siempre la pantalla grande. Ruedas para que se vea así. A veces ni es posible y va directamente a streaming. Es triste, pero hay que ser realista y la mayoría del público va a verlo en streaming o incluso en un iPhone, pero desde luego, siempre que ruedas piensas en que se vaya a ver de la mejor manera posible. Yo siempre voy a rodar para que se pueda ver en cines, así que solo voy a trabajar con productoras que se presten a esto, como A24. Quiero trabajar con empresas que aun respetan eso. La verdad es que hay algo que parece que a la gente se le olvida y es que estrenar en un cine marca la diferencia. Por ejemplo, la película de Angelina Jolie ‘Se lo llevaron: recuerdos de una niña de Camboya’, nadie sabe que existe, y merecía distribución en cines. Muchas películas acaban enterradas en el catálogo de Netflix. Macon Blair por ejemplo, dirigió una película que ganó Sundance el año pasado, ‘Ya no me siento a gusto en este mundo’, nadie sabe que existe. Me enteré de que a las dos semanas ya estaba en Netflix, y le pregunté a un amigo, ¿tú sabes que la película de Macon ya está en Netflix y ganó Sundance? Es un dilema, desde luego. Un problema. Yo creo que la experiencia de verla en un cine, aporta más y eleva a la película a otra categoría.
Además estoy encantado porque esta es mi primera película en distribuirse en España.