
Tras el enorme éxito de ‘Iron Man‘, Marvel estrenaría dos meses después ‘El increíble Hulk‘, reboot del personaje tras la fallida Hulk (Ang Lee, 2003). Este filme funcionaba como reintroducción del personaje y como la segunda piedra que cimentara el Marvel Cinematic Universe de manera oficial. Aún estábamos en las bases preliminares de la construcción del universo, así que las películas eran bastante independientes y sólo los ‘easter eggs’ y las escenas post-créditos funcionaban como nexo de unión entre ellas.
Marvel quiso alejarse del filme de Ang Lee optando por un acercamiento mucho más directo y cercano al blockbuster de superhéroes, pero no olvida construir al héroe con mimo y matices, regalándonos una cinta más que correcta y una primera hora notable.
Leave me alone
El principal triunfo de la película reside en su capacidad para sintetizar el origen del personaje en los créditos iniciales y encontrar un camino nuevo por el que circular sin caer en la redundancia. En apenas cinco minutos ya conocemos el conflicto de Bruce Banner, los personajes implicados en el accidente, así como la motivación y el miedo del protagonista. Louis Leterrier (director de la película) aporta mucha agilidad a la trama con unas transiciones rápidas, montaje basado en los planos breves y cámara en mano para aportar mayor inmediatez y frenetismo a las imágenes. La cámara nerviosa ha sido un recurso manido en el cine de acción del último lustro porque se utiliza para esconder carencias y dar sensación de cercanía con la acción de forma efectista. Sin embargo, Leterrier la usa en su propio beneficio para imprimir tensión sin olvidar la geografía del entorno y dónde se encuentran los personajes. Creo que acierta en su decisión estilística y funciona muy bien la mayoría del tiempo.
Por otra parte, este primer acto del filme destaca por su contención y calma tensa a pesar de su ritmo alto. Conocemos los hábitos diarios de Bruce Banner, sus intentos fallidos de abandonar las favelas de Brasil y volver a casa a partir de una cura que no parece llegar nunca y su capacidad para sobrevivir en un ambiente hostil. Banner ha aprendido a controlar su ira gracias al entrenamiento y la meditación, y desempeña su trabajo intentando pasar desapercibido y evitando todo conflicto, siempre y cuando sea posible. Es una sección de película estupenda porque entendemos su comportamiento y objetivo final. Está intentando recuperar su vida pero le aterra su propio poder y el daño que puede causar; es un conflicto poderoso y bien mostrado. Por todo ello, quiero destacar el trabajo de Edward Norton, ya que aporta gran humanidad a su personaje y se trata de una interpretación contenida, sutil e introspectiva. No tiene grandes secuencias dramáticas, ni las necesita. Sus ojos expresan una tristeza que te atraviesa y desprende bondad y empatía en cada plano.

Hay detalles muy chulos, como la escena en la que se corta y detiene la maquinaria de la fábrica para poder limpiar la sangre. Entiendes el auténtico pavor que siente sobre sí mismo y lo que puede provocar con una simple gota de sangre. Otro aspecto que está utilizado de forma genial: el reloj. Lo tiene consigo en todo momento y mide sus pulsaciones. Los números que marque dicho reloj determinarán el grado de peligro al que se enfrenta, y en el instante que aumentan sus pulsaciones, las nuestras también lo hacen porque sabemos qué puede ocurrir alcanzado el límite. Por eso la primera escena de transformación es tan satisfactoria. Lo vemos a lo lejos, de manera difusa. Observamos a gente volando por los aires, alaridos que hielan la sangre y objetos de gran peso atravesando habitaciones. Leterrier sólo nos muestra un primer plano de Hulk en esta secuencia, y es un plano espejo que funciona como introducción oficial entre Hulk y Emil Blonsky (un fantástico Tim Roth). Se trata de un primer acto de gran nivel que sienta las bases del conflicto principal con nota y nos prepara emocionalmente para el segundo acto de la cinta.
Betty
La sección central del filme nos muestra el reencuentro entre Betty y Bruce, y ahonda en su historia. Me resulta especialmente destacable el instante en el que Betty ve a Bruce por primera vez tras mucho tiempo sin saber nada de él. En ese momento, el mundo se congela, la cámara lenta hace acto de presencia, y observamos el shock de Betty en el rostro de una gran Liv Tyler. Su reacción es coherente y creíble, y es un momento de gran impacto porque nos han mostrado a lo largo del filme imágenes de Betty y el amor que Bruce siente por ella. Hay reencuentros en películas que son manejados de forma melodramática o, en casos opuestos, de forma fría y artificial. En esta película, la secuencia es poderosa y emocionante.
Por otra parte, el segundo acto de ‘El increíble Hulk‘ se vuelve algo más convencional pero la dinámica entre Bruce y Betty funciona porque hay química entre Norton y Tyler y el conflicto es comprensible. Ella ha pasado página (aparentemente), y Bruce parece resignado pero, en el fondo, ambos saben que los sentimientos siguen a flor de piel y esa pasión vence cualquier obstáculo. Es refrescante ver a dos personajes que se entienden tan bien, que no discuten por chorradas e intentan buscar soluciones a sus problemas con calma y lógica.
La principal baza de esta sección es construir la relación entre Bruce y Betty en los créditos iniciales y breves flashes y fotografías para crear un «in crescendo» de cara al reencuentro, y luego sabe frenar su ritmo y permitir que su relación respire, devolverles la familiaridad y confianza perdida por la desaparición de Bruce. Además, el conflicto de Betty, siendo poco original, funciona porque no hay debate moral dentro de sí, pero no puede evitar sentir compasión y cariño por su padre. Su postura es clara pero eso no la impide mantenerse en medio de dos personas que parecen destinadas a chocar, y ella lo maneja perfectamente.

Desgraciadamente, la cinta pierde algo de fuelle e impacto con la aparición de Mr. Blue (Tim Blake Nelson). Este personaje tiene cierta relevancia en el primer acto porque ayuda a Banner a buscar una cura y se mantienen en contacto en todo momento. Sin embargo, una vez se conocen cara a cara, la película se vuelve menos interesante porque nos presenta al típico científico pasado de revoluciones y excitación, humor facilón y poca relevancia más allá de funcionar como un ‘plot point’ que ayude a establecer el clímax final. Blake Nelson opta por una interpretación algo molesta, ya que se concentra en interpretar sus líneas de diálogo con demasiado entusiasmo, y el personaje se acaba convirtiendo en un cliché que rompe con el tono “solemne” de la película. Es uno de los pocos puntos negros que le achaco a la película.
Hulk Smash
‘El increíble Hulk‘ tiene una primera mitad con la acción justa y necesaria y se preocupa por construir un viaje y conflicto potente por encima de los fuegos artificiales. Sin embargo, la segunda mitad permite mayor libertad al director para mostrarnos a Hulk en su máxima expresión y regalarnos secuencias de acción más que dignas. La lucha en pleno campus está bien dirigida, nunca olvida mostrarnos a los personajes y cuál es el motivo de este choque y funciona porque hay distintos niveles a los que prestar atención. Por un lado, la determinación del coronel Ross (William Hurt) a la hora de capturar a Banner. Su interés es puramente militar y es incapaz de aceptar la lucha interna de Banner porque sus motivaciones son otras. Por otra parte tenemos a Blonsky, un soldado experimentado y obsesionado por probar sus habilidades contra Hulk, contrincante extraordinario que le retrotrae a su juventud, y precisamente la falta de ésta le impide alcanzar las capacidades físicas necesarias para derrotarle o hacerle frente al menos. Su conflicto es puramente competitivo. Ve a Hulk como un adversario imparable y eso le inspira a ser mejor y a tomar medidas drásticas (y experimentales) para superar el poder del monstruo verde. Finalmente, la presencia de Betty nunca es olvidada, y observamos que Hulk busca desesperadamente derrotar a los soldados por razones puramente lógicas: está siendo atacado y necesita defenderse. Al mismo tiempo, tiene en cuenta a Betty e intenta protegerla del caos creado a pesar de las numerosas armas que usan en su contra para detenerle. No se trata de una secuencia de acción gratuita; hay un porqué y te implica en la acción de manera personal.
La batalla final es convencional en cuanto a cómo y por qué se produce, pero personalmente la disfruté porque sientes el poder de ambas criaturas. Al ser una secuencia de noche y en movimiento constante, el CGI funciona bien y las texturas tienen mejor aspecto que en escenas previas. También debemos tener en cuenta que la película se estrenó hace 10 años, así que es normal encontrarle problemas actualmente. La escena en sí no inventa nada y no trasciende más allá de estar bien dirigida, pero es un desenlace correcto en un filme que ha demostrado ganarse este clímax porque se ha preocupado por el viaje de los personajes, especialmente el de Bruce Banner.
En definitiva, ‘El Increíble Hulk’ es un filme más que digno en líneas generales y una cinta notable en su primera mitad. El viaje de Bruce Banner está bien perfilado y no busca ahogarnos en un espectáculo vacío, sino dar un propósito a los eventos que se encadenan sin olvidar que estamos en una superproducción de Hollywood. Su segunda mitad pierde fuerza porque no es tan interesante como la primera y se vuelve más convencional y predecible, pero no mata el buen sabor de boca final. Una película de la que muchos fans del MCU se olvidan o no prestan suficiente atención, y a cierto nivel lo entiendo. No obstante, en 2008 el cine de superhéroes estaba en plena evolución y esta película supo aportar algo distinto y regalarnos un entretenimiento más que satisfactorio.
PD: Los tres subtítulos de esta reseña son las tres únicas frases/palabras que pronuncia Hulk en todo el filme, y me parecieron adecuadas para resumir el contenido de la película.