
‘Los Vengadores‘ es el cumplimiento de una promesa realizada en los post-créditos de Iron Man cuatro años atrás. Tras cinco películas perfilando personajes de manera independiente, Joss Whedon tenía una papeleta complicadísima: cohesionar los viajes de personajes muy distintos y crear una historia en la que las interacciones entre ellos se sientan fluidas y auténticas. Las responsabilidad era incluso mayor cuando observamos que esta película es la culminación de una ambiciosa idea cuyo fracaso podría significar el rechazo del universo compartido como modelo de producción. Afortunadamente, todas las piezas cayeron en el lugar adecuado y ‘Los Vengadores’ fue un éxito de público y crítica de proporciones descomunales, y bajo mi punto de vista, merecidamente.
Estructura y personajes
Joss Whedon sabe que conjugar tantos elementos en un blockbuster de 200 millones no es tarea fácil, así que opta por estructurar la película de forma clara y sencilla para que no exista desequilibrio entre sus tres actos y la presencia e impacto de los personajes en la historia.
La cinta comienza con un prólogo que cimienta el conflicto principal: Loki aparece en el cuartel general de SHIELD para robar el Teseracto y utilizarlo para crear un portal a través del cual los Chitauri (un ejército alienígena a su control) se introducirán en nuestro planeta para sumirnos en el caos más absoluto. Loki usa sus poderes para hacerse con la voluntad de Ojo de Halcón (Jeremy Renner) y Erik Selvig (Stellan Skarsgard), y escapa tras una persecución por los túneles del cuartel general. Se trata de una secuencia ágil y directa al grano sobre la que se desarrollará el resto del filme. No obstante, estos primeros 10 minutos de película nunca me han terminado de convencer por su poca inspiración a la hora de construir el choque entre héroes y villanos de manera estilizada y emocionante. Whedon abusa de ángulos, especialmente contrapicados, y no termino de entender su objetivo narrativo con ellos más allá de mostrarnos los escenarios sobre los que discurre la acción. Además, dicha secuencia es resuelta de una forma convencional y con el villano en la parte trasera de un vehículo. Se siente barata y fuera del tono que sí posee la cinta inmediatamente después de finalizar el citado prólogo. Creo que la fotografía tampoco ayuda al apartado visual de cara a ofrecernos una experiencia cinematográfica, ya que la noto demasiado digital y televisiva. En resumen, es un comienzo desigual que me provoca desinterés y al que asisto en cada revisionado con indiferencia.
Sin embargo, la cinta va tomando forma y en cuanto aparece el título de la película en pantalla, el filme recobra interés y observamos un camino más claro. La estructura de tres actos está utilizada de forma notable y funciona porque la diferencia de personalidades entre los héroes y el hecho de que muchos no se hayan cruzado antes sirve de herramienta para que Whedon hile los arcos de cada personaje entremezclándolos. En el primer acto del filme vamos saltando a distintos escenarios en los que vemos dónde se encuentran ahora mismo los personajes y nos muestran cuál será su conflicto. En el caso de Bruce Banner (Mark Ruffalo), su interés reside en alejarse del mundo que conocía y dedicar sus conocimientos a ayudar a todo aquel que lo necesite. Lleva un largo periodo de tiempo sin recibir la visita de su «amigo» Hulk y se siente a gusto apartado del ruido causado tras los eventos de El Increíble Hulk. Banner no desea que el monstruo reaparezca, pero se ve forzado a ayudar a SHIELD en la búsqueda del Teseracto y Loki ya que se trata de un evento a escala global que afecta a todos de forma directa o indirecta.
En el caso de Tony Stark, Coulson visita la nueva torre de Stark para informarle de lo ocurrido con Loki y pedir su ayuda. Stark no encajaba en el perfil que SHIELD buscaba en su Iniciativa Vengadores, pero momentos desesperados requieren medidas desesperadas y Stark es una pieza esencial en la lucha frente a alienígenas, dioses y magia. Tony podría rechazar la «petición» de Coulson, pero su personaje ha evolucionado bastante gracias a los eventos acontecidos en Iron Man y Iron Man 2, y en el fondo siente la responsabilidad de proteger a aquellos que no pueden protegerse a sí mismos porque él era parte del problema y ahora busca ser la solución.
Steve Rogers es el personaje que se encuentra más perdido en la película. Tras ser descongelado y conocer que permanció 70 años «dormido», Steve siente que no pertenece al mundo que habita, es un hombre fuera de su tiempo, y todo aquello que conocía ha desaparecido. Nick Furia intenta devolverle cierto sentido a su vida recrutándolo para la guerra contra Loki, y sabe tocar las teclas adecuadas ya que, al fin y al cabo, Steve es un soldado sin guerras que combatir, y la aparición de un hombre con aires de grandeza que amenaza con subyugar el planeta a su control conecta de forma directa con lo que Steve vivió en la Segunda Guerra Mundial con Hitler y Schmidt.
Natasha Romanoff es una pieza más sencilla de encajar porque ya trabaja para SHIELD y la «posesión» de su amigo Clint Barton (Ojo de Halcón) a manos de Loki es motivación suficiente para enfentarse al terror que siente al compartir un mismo espacio con Bruce Banner y convencerle de que se una a la causa para salvar el planeta. Me gusta especialmente cómo Whedon no busca una relación de amor entre Natasha y Clint, algo en lo que muchos guionistas suelen caer en estos casos. Son dos amigos que han luchado codo con codo durante años en distintos conflictos, y se tienen respeto y cariño mutuo.
Thor es un personaje que funciona por su relación directa con Loki y su incansable confianza en su hermano, a pesar de todo. Thor es el héroe que podría causar más problemas al director a la hora de encajarlo en la trama debido a su procedencia y personalidad, ya que es el único personaje que habita fuera del planeta Tierra y su película individual lo dejaba desconectado de nuestro mundo tras la destrucción del Bifrost. Pero hablamos de ficción y suspensión de la incredulidad, así que la presencia de Thor es explicada de forma breve y simple a través de Loki y su conflicto es lo suficientemente potente para que su papel en la película sea imprescindible y aporte emoción. Al fin y al cabo, su hermano se ha convertido en todo aquello que Thor odia pero no puede matar su cariño, sus recuerdos y su esperanza por reencaminar a su hermano por la senda correcta.

Las piezas son puestas sobre la mesa con agilidad, criterio y un sentido detrás de cada decisión. Por eso el triunfo de Whedon es incontestable: ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre trama y personajes y conseguido que alimenten sus propias subtramas entre ellos.
Montaje y matices
El primer acto de la película nos presentaba a todos los personajes así como sus arcos dramáticos, nos mostraba sus diferencias casi irrencociliables y edificaba la primera gran ‘set-piece’ de acción de la película, aquella que se produce en pleno Helicarrier. El segundo acto gira en torno al plan de Loki para destruir a los Vengadores dejándose atrapar en Alemania. El conflicto entre los héroes empeora por momentos llegando a su clímax en una brillante escena en la que todos discuten entre sí de manera simultánea mientras la cámara gira alrededor de ellos, finalizando la escena con un plano que dibuja un giro vertical de 180 grados en la que vemos cómo el cetro de Loki ha influenciado el conflicto y ha puesto patas arriba (narrativa y visualmente) a nuestros héroes. Dicho segundo acto se cierra con la derrota de los Vengadores, su separación física y su shock emocional tras la muerte de Phil Coulson (Clark Gregg).
El último acto del filme engloba la batalla final en Nueva York, y supone la reunión de los personajes y el aprendizaje de su derrota en el Helicarrier. La muerte de Coulson no sólo funciona como desencadenante de su unión, sino como recuerdo de su responsabilidad para con los demás y el sacrificio que implica luchar por hacer lo correcto. La estructura del filme es sólida porque implica un viaje para todos los personajes principales y vemos cómo tropiezan, fracasan, se levantan y sobreponen a las adversidades bajo una máxima: juntos, la victoria es más plausible. Y aquí Whedon se lo pasa en grande regalándonos momentazos, desde el brutal plano secuencia en el que recorre las calles de Nueva York mientras observamos la batalla a distintos niveles hasta el ya icónico «puny god» de Hulk a Loki tras machacarlo contra el suelo de forma demoledora. Esta gigantesca secuencia de acción es fantástica porque usa la variedad a su favor. Hay fragmentos de los héroes trabajando juntos para derrotar a una horda de Chitauris o salvar a ciudadanos de autobuses o edificios, hay escenas en las que dichos héroes tienen su momento de gloria para demostrarse a sí mismos y al propio espectador que su labor tiene relevancia en el asedio que están sufriendo. Aunque Clint y Natasha no tengan poderes o armaduras para combatir a los alienígenas, Whedon les hace brillar a base de corazón, riesgo y actitud.
Para que todos estos elementos funcionen de forma unitaria y la cinta tenga un ritmo tan perfecto a pesar de sus dos horas y media de duración, un aspecto crucial del que me he percatado más que nunca en este revisionado ha sido el montaje. Las transiciones entre planos y escenas son fluidas, coherentes y jamás se sienten abruptas o injustificadas. Hay mucha inteligencia sobre todo en la primera mitad del filme, ya que Whedon utiliza el diálogo que cierra una secuencia para enlazarlo temáticamente o como referencia previa a la siguiente escena. Noto un guión trabajado al milímetro para que todas las piezas encajen y veamos un puzzle que funciona como una pieza gigante en la que nada sobra ni falta.
El humor de Joss Whedon es una de sus señas de identidad, y en esta cinta está utilizado de forma inteligente, a ratos absurda (en el buen sentido) y siempre con múltiples referencias, homenajes y un criterio tremendo en los ‘one liners’ de los personajes. El director nos demuestra que conoce los personajes al dedillo y sabe exactamente qué frase va a funcionar mejor en cada personaje. Tiene un don para los gags instantáneos, pero también como «cineasta monologuista». Y me explico. En varias ocasiones, Whedon introducirá una idea en un momento puntual del filme, y luego esa idea tendrá su réplica hacia el final de dicha escena o la propia película para cerrar el círculo y que la broma aterrice de forma espléndida. Ejemplos: cuando Tony pilla a un integrante de SHIELD jugando a los marcianitos, cuando habla de Shawarma casi al final del filme y en la escena post-créditos los vemos comiendo precisamente eso, cuando Steve le dice a Tony varias veces que se ponga la armadura para darse unos guantazos y luego repite la misma frase en un contexto opuesto (le necesita porque han sido atacados). Me recuerda a la forma en la que algunos monologuistas hablan de un especial.

Quisiera dedicar el final de la reseña a intentar explicaros por qué, a pesar de valorar ‘Los Vengadores‘ como una gran película, no la considero TOP del MCU. No es fácil, pero lo intentaré. Si bien esta película contiene todos los elementos para triunfar y hay un trabajo excelente a nivel de guion, construcción de personajes, estructura, ritmo y clímax final, siento que la película va a mil revoluciones y peca de querer ser guay todo el tiempo. La comedia del filme es hilarante, pero a veces noto que los gags no tienen una función natural en la propia historia, sino que funcionan como guiños al espectador o como ocurrencias del director que arrancan carcajadas pero no insuflan vida a los personajes; parecen personas muy graciosas deseosas de incluir su coña para satisfacer al espectador, no a ellos mismos.
Por otra parte, la película no tiene la urgencia dramática y emocional que sí poseen otras cintas del MCU. Hay escenas emocionantes y eventos de impacto, pero no hay un poso que cale hondo, no veo que las acciones giren en torno a dudas o sensaciones personales. La película está tan preocupada (y lo hace muy bien) en crear una dinámica concreta entre los personajes que rara vez los vemos por separado reflexionando sobre su papel específico en la historia. No nos introducimos en su cabeza de manera individual, porque todo gira en torno a cómo deben adaptarse entre ellos, y quizás la decisión de Whedon potencia la dinámica de grupo pero debilita la instrospección particular. ‘Capitán América: Civil War‘ es capaz de aunar ambos conceptos y ejecutarlos de tal forma que tengamos lo mejor de ambos mundos. Pero ya llegaremos a ello en el futuro.
Por último, quería reseñar que Loki no me funciona tan bien en este filme como en las cintas individuales de Thor. Whedon le despoja de su conflicto interno y le convierte en un villano de manual al que le ha añadido un toque juguetón que roza la parodia y me impide sentir miedo o respeto por él ya que ha potenciado algunas de sus características al extremo, provocando que el personaje sea excesivamente intenso o torpe según lo que desee Whedon en ese momento. Prefiero al Loki con dudas morales, al personaje trágico que parece caer en el lado oscuro de manera constante pero siempre hay algo (o alguien) que le mantiene al borde del abismo impidiendo que caiga de manera irreversible. Cuando a Loki le mueven sentimientos de traición o pérdida es mucho más interesante que cuando se mueve por pura megalomanía o prepotencia.
Termino. ‘Los Vengadores’ es una película entretenidísima, hilarante, repleta de grandes momentos y con un clímax final casi impecable, pero ciertos elementos menores y muy concretos la alejan del triunfo absoluto. Siempre la disfruto cuando la revisiono y veo numerosas virtudes en sus dos horas y media de duración, pero no conecto con ella de la misma forma que conecto con la trilogía del Capitán América o con la primera entrega de Guardianes de la Galaxia. Una cosa tengo muy clara: Marvel ha creado una fórmula ganadora y con el paso de los años ha conseguido irse superando gracias al aprendizaje que le proporcionó la Fase 1 de su universo cinematográfico. Lo mejor está por llegar.