
‘Capitán América: Civil War‘ abarca enfrentamiento ideológico, conflicto de discursos, drama psicológico y debate sociopolítico. Christopher Markus, Stephen McFeely y los hermanos Russo construyen una historia cimentada en 11 películas previas (no cuento ‘Guardianes de la Galaxia‘ porque su historia no tiene impacto directo en las anteriores), y son capaces de utilizar eventos pasados para profundizar en conceptos que siempre han estado presentes pero nunca han sido analizados en toda su amplitud.
Civil War nos habla sobre las consecuencias de nuestros actos. Sobre el (ab)uso de un poder que tiene el bien como fin, pero se cuestionan los medios y las repercusiones que provoca dicho poder. El filme reflexiona sobre la oposición entre lógica y sentimientos, mente y corazón. Todos los personajes de ‘Capitán América: Civil War’ tienen un debate interno sobre lo que consideran correcto y lo que les dicta su corazón. Y en la mayoría de los casos, el corazón vence a la lógica, demostrando que nuestros héroes son imperfectos y viscerales. En definitiva, humanos.
‘Los Vengadores‘ y ‘Vengadores: La Era de Ultrón‘ fueron el punto de partida. Joss Whedon nos mostraba en la primera película el esfuerzo constante de los superhéroes por intentar salvar al mayor número de personas posible, aunque ese concepto aún estaba en plena gestación, ya que «el fin justifica los medios» seguía siendo el camino transitado. La Era de Ultrón ahondó aún más en esta cuestión, aportando una nueva dimensión al rescate de Sokovia en el tercer acto. No obstante, las consecuencias comenzaban a pesar como una losa, y podíamos observarlo en los personajes de Pietro y Wanda. Cobraba fuerza el debate que imponía la destrucción del villano y rescate de la mayoría de supervivientes sobre la muerte y olvido de una minoría que permanecía ensombrecida bajo los escombros.
‘Iron Man 2‘ y ‘Capitán América: El Soldado de Invierno‘ fueron las principales impulsoras de la otra cara de la moneda: el control gubernamental de los superhéroes y la limitación de su libre albedrío. En ‘Iron Man 2’ vemos una pincelada de cómo el gobierno intenta que Tony Stark venda sus diseños y no solucione los conflictos sin consenso previo. El Soldado de Invierno nos muestra cómo S.H.I.E.L.D. ha tomado medidas tras lo sucedido en Nueva York y ha creado un programa militar para defender el planeta contra amenazas. «Esto no es libertad, esto es miedo», declara Steve Rogers a Nicky Fury tras observar los ‘helicarriers’. Al final de la película, vemos a Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) discutir junto a personal relevante del gobierno estadounidense las ventajas e inconvenientes de permitir libertad absoluta a los Vengadores, y el riesgo que puede provocar en la seguridad nacional.
‘Capitán América: Civil War‘ recoge todos estos elementos y los une de forma cohesiva para edificar el debate moral de la historia y profundizar en dichas ideas de una manera más analítica y específica. Es el paso definitivo para convertir y denominar al Universo Cinematográfico de Marvel en una ‘serie cinematográfica’. Una franquicia que se retroalimenta de piezas individuales pero complementarias.
Sin embargo, Civil War nunca se olvida de ser una secuela directa de El Soldado de Invierno. El núcleo emocional y motor de la trama es Bucky Barnes (Sebastian Stan). Habría sido tremendamente sencillo (y decepcionante) devolver la memoria a Bucky en los primeros compases del filme y desarrollar el conflicto desde otra perspectiva. Pero Markus y McFeely saben que Bucky enfatiza e impulsa las decisiones de Steve hacia el extremo opuesto de Tony Stark, y aporta un componente emocional que humaniza a los personajes.
Civil War tiene muchos objetivos. Uno de ellos: proporcionar utilidad y arco argumental a todos sus personajes. Es una empresa prácticamente imposible, pero la película se las arregla para conseguirlo y salir triunfal en este reto. Voy a tirar de paralelismos y, al igual que la propia película, voy a compartimentar mi reflexión sobre los personajes del filme de la misma forma que la película de los Russo utiliza los títulos en pantalla para establecernos geográficamente.
WANDA MAXIMOFF
Es la vengadora más joven del grupo. Su poder sólo igualado por Visión, unido a su juventud y reciente unión al grupo provoca ciertas reservas, y la confianza en ella no es total. En la primera secuencia de acción observamos que su adición al equipo es tremendamente útil y ventajosa, pero su falta de experiencia en batalla permite derrotar al villano a costa de sacrificar la vida de una decena de personas. Su culpabilidad la sume en dudas y miedos, que se extienden a los propios Vengadores, especialmente Tony Stark.
VISIÓN
Un nuevo Vengador en el que siempre impera la lógica más aplastante, incluso cuando implica su propia limitación y la de sus compañeros. Comparte muchas características con Wanda. Ambos son nuevas adiciones al grupo, son los Vengadores más poderosos de la cinta, y tienen poderes que no eligieron y no terminan de comprender. Entendemos su simpatía mutua, y Visión demuestra cariño y conexión emocional con Wanda por estos motivos. Por propia definición de su personalidad, Visión cae del bando de Stark y el motivo es coherente.

SAM WILSON – JAMES RHODES
Ambos realizan la misma función: fieles compañeros de Steve y Tony respectivamente. Sam confía ciegamente en Steve, y le apoya en todas sus decisiones aunque alguna de ellas pueda generar dudas. Rhodey es el mejor amigo de Tony y un acompañante incansable. Las visiones de Sam y Rhodey se oponen por pura lógica, ya que son una proyección de los ideales que defienden Steve y Tony. Rhodey es un soldado, al igual que Sam, pero ambos han decidido optar por caminos distintos. Han seguido a sus líderes.
T’CHALLA
T’Challa es hijo de T’Chaka, rey de Wakanda. Es un joven educado e inteligente que, al contrario que su padre, no siente especial interés por la política. Tras un atentado, su padre muere sin que pueda hacer nada al respecto. Todas las informaciones apuntan a Bucky Barnes como responsable de dicho atentado, así que su sed de venganza lo ciega por completo y su unión al bando de Tony Stark es pura consecuencia, no es una asociación convencional. Comprendemos su dolor y aceptamos su necesidad de justicia, aunque no compartamos los medios que utiliza. En algunos momentos del filme siento que el personaje siempre está en el lugar adecuado en el momento oportuno, y resulta demasiado «conveniente». Afortunadamente, sólo se trata de casos aislados y en general el personaje funciona de forma excelente.
NATASHA ROMANOFF- SHARON CARTER
Natasha y Sharon, al igual que Sam y Rhodey, comparten similitudes tanto en habilidades como en su rol de agentes dobles. Ambas tienen una posición complicada de inicio, y deciden mantenerse en dicha posición, aunque no pueden evitar permitirse licencias debido a su cariño por Steve (las dos le ayudan durante el filme antes o después). El caso de Natasha se debe a que no le gustan los extremos y posicionarse de manera clara (entiende ambos puntos de vista y nunca opta por Tony con claridad). El caso de Sharon: no sólo coincide en opinión con Steve, sino que comparten sentimientos mutuos.
BUCKY BARNES
Ancla emocional de la película. Bucky inicia el filme del mismo modo que finalizó El Soldado de Invierno. Se siente perdido, confuso y con una fuerte crisis de identidad. Intenta ser controlado por su pasado y por las personas de su alrededor. No sabe en quién confiar, así que decide no confiar en nadie. Su proceso de redescubrimiento es gradual, y gracias al sacrificio constante de Steve consigue recordar su verdadero yo. Su amistad con Steve provoca enemistad con una sección de los Vengadores, genera destrucción, muertes y graves consecuencias para el equipo, de ahí que yo personalmente comprenda su decisión en los instantes finales de la cinta. Sabe que ha cometido muchos errores, ha realizado actos horribles y debe cargar con las consecuencias a pesar de no ser consciente de dichos actos.
HELMUT ZEMO
Alimentado por una sed de venganza insaciable, Zemo (Daniel Brühl) usa toda su inteligencia y recursos para destruir a los Vengadores. Perdió a toda su familia en la batalla de Sokovia, y sólo le queda un mensaje de voz en su teléfono móvil como único recuerdo de su familia arrebatada. Sabe a ciencia cierta que no es rival para ellos, así que su conclusión lógica es mover las piezas adecuadas en el tablero para provocar conflictos internos en el grupo, y que la destrucción de los Vengadores se produzca desde dentro. No considero a Zemo un ‘villano principal’, porque su subtrama es periférica aunque influya en el núcleo narrativo del filme. Entendemos sus motivaciones y objetivos, pero no necesitamos de sobreexposición, ya que la lucha de Civil War no es entre el bien y el mal. No existe un villano puro en el filme, sino un conjunto de personas a las que el dolor y la tragedia personal les ha llevado por caminos distintos. Enfatiza la premisa de la historia, conecta con las consecuencias de Sokovia que causan la creación de los Acuerdos de Sokovia, y proporciona a Steve y Tony la prueba visual del prólogo del filme, que desencadena su lucha final y uno de los momentos más poderosos de la película: el escudo con el que Steve y Bucky se protegen de Tony, ese escudo que usan para derrotarle y clavarle en el pecho, fue construido por su padre, Howard Stark.
STEVE ROGERS
Steve tiene una visión optimista y patriótica del papel que ejercen los Vengadores. Como héroe de guerra, Rogers opina que la búsqueda del bien de la mayoría y la derrota/destrucción de la amenaza son su misión primordial. La pérdida de vidas inocentes y daños colaterales son dolorosas y deben ser tenidas en cuenta para mejorar, pero Steve lo ve como algo inevitable en tiempos de guerra. Desde su perspectiva, perder esa posición de control y libertad a causa del gobierno supone una derrota y una traición a sus principios. Pero también es una conclusión lógica tras lo sucedido en El Soldado de Invierno. HYDRA había manejado los hilos de S.H.I.E.L.D. durante décadas y nadie se dio cuenta. La destrucción de la corrompida S.H.I.E.L.D tuvo un alto precio, por lo que resulta comprensible la desconfianza de Steve a la hora de firmar los Acuerdos de Sokovia. La figura de Bucky es el otro elemento que le impide firmar dicho acuerdo, ya que limitar sus movimientos dejaría «desprotegido» a Bucky, que se encuentra en busca y captura y al que considera inocente de sus crímenes. El posible error de Steve es llevar hasta el extremo su amistad con Bucky, ya que decide esconder un secreto de enorme envergadura al resto del grupo, pero principalmente a Tony. Bucky asesinó a sangre fría a los padres de Tony, y Steve sabía que esa información provocaría una lucha ineludible entre ambos. Entiendo por qué la oculta, pero también entiendo la perspectiva de Tony Stark. Porque, como nos han demostrado a lo largo del filme, a veces la lógica no es el camino deseado, porque los sentimientos suelen tener poder sobre la mente. Y este concepto humaniza a los Vengadores.
TONY STARK
Tras la creación de Ultron y las consecuencias que acarreó, Tony siente que su potestad para decidir sobre el resto se ha resentido para siempre, y se pregunta si debe ser limitado por un comité que escoja por ellos qué batallas deben luchar. Desde el inicio nos muestran a un Tony más cercano, empático, mostrando un recuerdo alterado de su adolescencia a un enorme grupo de chavales con un futuro prometedor por delante, futuro que él quiere proteger, preservar. Por eso decide aceptar todos sus proyectos de investigación. Tony ya no es la persona prepotente dominada por su ego de anteriores filmes. Es un hombre roto, cansado de una labor que sólo genera dolores de cabeza. Y la conversación frente a un ascensor con la madre de un chico fallecido en Sokovia, un chico que ayudaba a los demás, le termina de romper por dentro. Al individualizar una tragedia, el impacto emocional es mucho mayor, y Tony vive de primera mano la dimensión de sus actos. Por eso entiendo perfectamente que decida firmar los Acuerdos de Sokovia y convencer al resto de lo mismo. Porque tras años y años de libertad total en la toma de decisiones, ha salvado el planeta en varias ocasiones, pero los Vengadores también se han convertido en un imán para los problemas, y miles de muertos yacen bajo sus logros.
PETER PARKER
Su papel es breve, pero más relevante que el de otros personajes como Ant-Man o Hawkeye. Spiderman es primeramente introducido a través de Peter Parker, un chaval aparentemente normal, apasionado por la tecnología, los aparatos antiguos y la lectura. Es visitado por Tony Stark en su casa de Queens, para sorpresa del propio Peter y su tía May (Marisa Tomei). Tony Stark le cuenta a Peter que sabe su secreto y, ante todo, quiere entender las motivaciones y objetivos de Peter con sus poderes. Y Marvel nos regala con sencillez abrumadora una descripción optimista e inocente del nuevo Spiderman. Peter quiere hacer el bien, y sabe que su poder es una gran responsabilidad. Así que ambos se ganan la confianza del otro y Tony le promete un traje nuevo. Es una escena pausada, sencilla, de diálogo puro y duro, pero Downey Jr. y Tom Holland tienen una química fantástica y la escena funciona de maravilla. No veremos más a Peter hasta la batalla final en el aeropuerto, pero la escena merece la pena.
Spiderman es lo más divertido de la película sin lugar a dudas (seguido por Ant-Man). Su actitud es de profundo respeto por todos los superhéroes, pero su inteligencia impide que su inocencia le convierta en un rival débil durante la batalla. Aún no controla sus poderes con soltura (el propio Peter reconoce que apenas lleva seis meses con ellos) así que vemos claramente su potencial y su ayuda al bando de Iron Man, pero es enviado a casa por Tony una vez el grupo se dispersa, ya que se trata de un chaval de 16 años (un chaval con un futuro prometedor por delante, igual que Charlie Spencer, el chico muerto en Sokovia).

Una vez establecidos todos los personajes relevantes de la película voy a dedicar el final de esta reflexión a comentar el filme a nivel técnico. Personalmente, creo que ‘Capitán América: Civil War‘ luce espectacular a nivel visual, si bien algunos planos concretos en movimiento se nota el CGI y no se sienten con un acabado redondo. Pero a nivel general no se le pueden poner pegas en ese sentido. La fotografía tiene un estilo similar a lo visto en El soldado de Invierno, aunque sí noto un acabado más sucio en ciertas escenas y unas tonalidades más marcadas dependiendo del país en el que se encuentren (lo cual se agradece para darle mayor personalidad). La banda sonora de Henry Jackman encaja como un guante en muchas escenas y ha sabido realizar una transición lógica desde El Soldado de Invierno pero manteniendo un estilo similar. Sólo en el tercio final se permite licencias para marcar la epicidad de ciertos planos y escenas.
La dirección de los hermanos Russo es incluso más meritoria en esta entrega, ya que tienen que manejar una enorme cantidad de personajes y tramas, diversificar esfuerzos y aportar calma a la historia para que no se sienta un tren descarrilado. Me sorprende su capacidad para alejarse durante 20-30 minutos de la acción y permitir que la narrativa y los personajes nos mantengan pegados al asiento. En un filme de estas características habría sido muy sencillo caer en el exceso de acción, pero no ha sido así y lo agradezco enormemente. Además, se han guardado sus mejores cartas para la media hora final, ya que asistimos a un clímax visual y emocional como ninguno que hayamos visto en todo el MCU.
Los combates cuerpo a cuerpo son más extensos y variados que en El Soldado de Invierno, aprovechando todas las posibilidades de cada escenario y optando por aportar frescura en vez de reiterar el mismo estilo constantemente. La escena inicial con Crossbones es notable, al igual que la persecución por el túnel (muy distintas en ejecución), pero la secuencia de la que hablaremos durante décadas es la batalla en el aeropuerto. Se trata de la escena más espectacular, original y gloriosa de la historia del género. Joe y Anthony Russo han sido muy listos a la hora de no caer en los típicos fuegos artificiales repletos de CGI, ya que han distribuido a los personajes a lo largo y ancho de dicho aeropuerto, y los han rivalizado de forma inteligente y lógica. Casi todos los personajes interactúan, pero hay lugar para pequeñas luchas uno contra uno o en parejas. Ese constante cambio durante la batalla, y esa forma de complementar a los personajes entre sí (Hawkeye lanzando a Ant-Man con su flecha es GLORIA) consigue que siempre tengamos en cuenta diferentes situaciones que se producen al mismo tiempo, consiguiendo que todos los personajes tengan peso en la batalla y aporten su grano de arena sin verse ensombrecidos por su falta de poder. La escena en la que Ant-Man se convierte en un gigante (uno de los muchos guiños al cómic) me dejó con la boca abierta porque no pensé que los hermanos Russo tuvieran el valor de meter semejante secuencia en la cinta (me la esperaba para Infinity War). Hay coñas entre personajes, dramatismo, planos icónicos y sientes que realmente se intentan hacer daño, y ahí tenemos la caída de Rhodey desde el aire, que añade un extra de impotencia y furia en Tony Stark.
El final de la película apuesta por explotar la historia a nivel emocional y asistimos a una pelea cuerpo a cuerpo entre los 3 personajes más relevantes del filme. Es la consumación de 130 minutos de tensión creciente y revelaciones que afectan de forma muy personal a nuestros héroes. «Puedo hacer esto todo el día» y «Mi padre construyó ese escudo» son 2 frases que nos devuelven al origen del MCU, a unos comienzos mucho más humildes y simples. Y muchas veces, la sencillez otorga una elegancia que la complejidad es incapaz de conseguir.
‘Capitán América: Civil War‘ es una de las mejores y más ambiciosas películas de superhéroes hasta la fecha y un testamento a la historia y evolución del género. La película de los hermanos Russo es una prueba del potencial que posee un tipo de cine considerado baja cultura o entretenimiento vacío por aquellos que prefieren tirar de prejuicios y englobar un subgénero al completo bajo la misma etiqueta. El cine de superhéroes llegó para quedarse, y este filme es sólo un ejemplo de su capacidad para sorprender y emocionar hasta al más escéptico. Porque el cine es una experiencia subjetiva que nos afecta de forma distinta, y no existen gustos o preferencias incorrectas. El séptimo arte es rico y variado; abracemos su heterogeneidad.