Esta reseña de ‘Vengadores: Infinity War‘ va a ser una de las más complejas de escribir desde que colaboro en esta maravillosa web. No sólo por la cantidad de personajes y subtramas que hay en el filme, sino por mi objetivo personal de evitar todo tipo de revelaciones y detalles sobre la película, ya que deseo que disfrutéis de ella sin saber absolutamente nada, al menos en lo que a mí respecta. Voy a comentaros mi opinión LIBRE DE SPOILERS sobre la película, así que podéis estar tranquilos/as. Comenzamos.

‘Vengadores: Infinity War’ es la consumación de un largo viaje iniciado en el año 2008 con el estreno de Iron Man, pero la verdadera naturaleza de esta película tiene su origen en 2012 con el estreno de Los Vengadores. En la escena post-créditos de dicho filme Thanos hace su primera aparición, presentándose como villano principal del MCU. Volvió a tener dos apariciones a lo largo de estos años: en Guardianes de la Galaxia y en la escena post-créditos de Vengadores: La Era de Ultrón. La espera ha sido larga, pero al fin podemos disfrutar de uno de los villanos más esperados de la última década, y uno de los eventos cinematográficos más ambiciosos de la historia del cine.

Múltiples frentes, una amenaza

La película tiene un hándicap de base con el que tendrá que lidiar a lo largo de sus dos horas y media de duración: hay muchos personajes. Markus, McFeely y los hermanos Russo tenían una empresa gigantesca a la hora de equilibrar el tono de la película, ya que posee una enorme variedad de personajes con acercamientos muy distintos. Además, todos ellos no pueden compartir el mismo protagonismo porque es matemáticamente imposible, así que los guionistas y directores optan por dividir la historia en tramas paralelas con distintos grupos de personajes, y su unión parece estar basada no sólo en lo que requiere la trama y las misiones que tienen que llevar a cabo, sino en cómo funcionará su interacción y química en pantalla. En este sentido, creo que ha sido una decisión muy inteligente, porque de esta forma todos tienen peso específico en la trama y pueden brillar por sí mismos y en grupo.

Sin embargo, esta determinación provoca cierto estancamiento y dispersión en el segundo acto del filme, algo por otra parte tan lógico como inevitable. La película contiene muchas secuencias de acción y su ritmo es alto, pero no todas las tramas funcionan de las misma forma ni enganchan al mismo nivel. Es un mal menor que personalmente no considero trascendental, ya que sólo lo he sentido en un fragmento concreto de la cinta y durante el 90% restante no he tenido tiempo para relajarme. Además, cuando una trama específica funciona, lo hace de manera espectacular y no echas tanto de menos volver a las otras. Afortunadamente, casi todas ellas tienen una importancia vital para la historia y los saltos se van produciendo con fluidez y naturalidad. Sólo en momentos muy específicos sentí que alguna de las tramas se había «abandonado» durante demasiado tiempo y al volver a ella notaba cierto estatismo, como si los personajes hubieran sido pausados hasta que volvieran a tener protagonismo. Lo dicho, son detalles menores que no empañan el visionado pero que merecen ser tenidos en cuenta para el resultado global del filme.

Un aspecto que aprecio de la estructura del filme es su capacidad para mostrarnos distintos acercamientos a la amenaza pero con un mismo objetivo: frenar a Thanos a toda costa. Todos los personajes tienen misiones distintas pero complementarias, y buscan la forma de impedir que Thanos se haga con las Piedras del Infinito tirando de lógica, valentía e inteligencia. Los héroes son puestos a prueba como jamás lo habían estado, y necesitan dar todo de sí para tener alguna posibilidad. Por eso sus dinámicas de grupo son tan importantes no sólo en sus diálogos sino en su trabajo en equipo cuando se encuentran en pleno combate. Y por eso es normal que existan diferencias de opinión y conflictos internos. Incluso en la mayor de las amenazas, los héroes necesitan aprender los unos de los otros, confiar en sus habilidades y dejar a un lado sus egos y orgullo. A algunos les cuesta más que a otros, pero no sólo me parece normal sino necesario. Habría resultado muy artificial que todos los personajes se pusieran de acuerdo en su primer encuentro y lucharan contra Thanos con fe absoluta. La humanidad es esencial para la empatía, y los héroes deben ser imperfectos porque los vuelve reales, tangibles.

Expandir un universo 

Vengadores: Infinity War‘ tiene una ambición descomunal, y no se limita a mostrarnos lugares conocidos y reducir la acción al planeta Tierra. A lo largo del filme, los personajes deben acudir a lugares muy diversos y nunca vistos para alcanzar su objetivo final. Dichos lugares poseen una riqueza visual que los hace únicos, y consiguen expandir el universo cinematográfico Marvel en vez de constreñirlo al mismo lugar una y otra vez. El diseño de producción de la película brilla especialmente en estos escenarios, ya que se sienten frescos y muy distintos a nada que hayamos visto anteriormente. Además, las características de dichos lugares proporcionan a los personajes problemas que sortear o situaciones ventajosas de cara al combate o búsqueda de recursos.

Por otra parte, la película no sólo se limita a regalarnos nuevos escenarios, sino también personajes. A Thanos le acompaña la «Black Order», un grupo de asesinos al servicio del titán loco a quienes considera como sus hijos. Todos ellos tienen habilidades muy distintas y son lo suficientemente perfilados para que tengan entidad propia y se sientan temibles. Algunos brillan más que otros, pero en general agradezco que se tomen tiempo suficiente en mostrarnos su poder y capacidad para igualar en poder a nuestros héroes, demostrando que no son simples peones. Estamos acostumbrados (tristemente) a encontrarnos con personajes al servicio del villano principal que no poseen ninguna característica distintiva o habilidad especial que los individualice, por lo que acaban convirtiéndose en una piedra más en el camino de los héroes. En esta película, la «Black Order» es poderosa, incansable y pone a prueba a los Vengadores de múltiples formas, recordando al espectador que su misión es suicida, lo cual funciona de manera favorable en la urgencia dramática de la historia.

No obstante, al igual que ‘Vengadores: Infinity War’ apuesta por mostrarnos lugares y personajes distintos de este universo, no se olvida de abrazar lo que ya conocemos y profundizar en las relaciones entre personajes. Los Russo se sienten muy a gusto utilizando a todos los personajes, y buscan la forma de emparejarlos de manera natural para crear dinámicas que enriquezcan la película pero que también den lugar a alivios cómicos o situaciones divertidas. Y en este sentido el resultado es maravilloso. Aunque sea un filme bastante oscuro en muchas partes de su trama, la cinta consigue arreglárselas para regalarnos momentos desternillantes y gags fantásticos. Aunque resulte irónico, una de las películas más sombrías del MCU es también una de las más hilarantes, algo lógico si tenemos en cuenta que es la primera vez que los Guardianes de la Galaxia se unen a los Vengadores. Un filme de estas características requiere de la comedia para aliviar tensiones y permitir que el espectador respire, y creo que la inmensa mayoría de las bromas que posee la película aterrizan de manera triunfal.

Riesgo recompensado

Vengadores: Infinity War‘ no sólo es una de las películas más ambiciosas de la historia del cine, sino una de las más arriesgadas del género de superhéroes. Su escala es gigantesca, mayor que cualquier otra cosa que haya visto jamás, y busca abarcar tanto que me parece increíble que sea capaz de salir airosa de esta empresa y cerrar la película de forma tan atrevida.

Creo que el éxito constante que el Universo Cinematográfico de Marvel ha otorgado a Markus, McFeely y los Russo de una oportunidad única: la libertad de contar una historia sin medias tintas, y arriesgando cuando es necesario por el bien de la película y la propia franquicia. La última media hora de película es la «set-piece» más portentosa que he visto en mi vida, sólo igualada por la batalla del Abismo de Helm en ‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Todo lo que la película ha ido construyendo a lo largo de dos horas explota en pantalla y asistimos a un espectáculo pirotécnico emocionante y trascendental. Y la clave para su funcionamiento no sólo recae en el extraordinario y admirable trabajo de Joe y Anthony Russo, sino en el cariño que sentimos por personajes que nos han acompañado en muchos casos durante casi una década. Sentimos miedo por sus vidas, el rival parece imbatible y emociona verlos dejarse la piel en cada golpe para estar un poco más cerca de la victoria. Y creo que si todo esto funciona, es principalmente por Thanos.

No tengo miedo a decir que Thanos me parece el mejor villano del MCU y del cine de superhéroes, sólo superado por el Joker de Heath Ledger. Son palabras mayores, pero puedo manifestarlo con seguridad porque el arco del personaje es rico, emocional y está perfectamente ejecutado. Entendemos su plan y su motivación, tememos su presencia y poder, pero también (y hablo de mi caso personal) consigo «comprender» su punto de vista aunque no lo comparta en absoluto. Se trata de un villano que cree ser el héroe de esta historia. Su intención no es la manida destrucción del universo porque sólo le interesa el poder. Hay detalles en sus intenciones, y el viaje que vive para intentar alcanzar su objetivo es fascinante. Nunca he estado de acuerdo con esa máxima de «Tu película es tan buena como tu villano», pero si creyera en esa idea, os garantizo que ‘Vengadores: Infinity War‘ es una excelente película porque contiene un villano excepcional.

Quiero terminar la reseña sin adentrarme en nada más porque creo que esta película merece ser vista sin apenas información. Podría hablar del trabajo del reparto de la película (todos están espléndidos), pero el simple hecho de destacar a unos por encima de otros ya podría servir como pista de cara al visionado del filme y los acontecimientos que se producen, así que sólo destacaré la preciosa banda sonora de Alan Silvestri, sobre todo en el tercer acto de la película, donde saca la mejor versión de sí mismo y nos regala temas realmente épicos y emocionantes.

‘Vengadores: Infinity War’ es una película abrumadora por muchos motivos. Su escala, su ambición, su capacidad para conjugar un centenar de elementos y encontrar el equilibrio adecuado me parece demencial, y creo que durante gran parte de su metraje aprueba con nota. Tiene problemillas menores que la vuelven menos compensada que cintas como ‘Civil War‘, pero me parece injusto comparar ambos proyectos porque sus intenciones son muy distintas. Como dijo Visión en La Era de Ultrón: «Hay elegancia en sus fallos.»

Los últimos 15 minutos de la película serán comentados por mucho tiempo, y estaré eternamente agradecido a Marvel por haberme permitido asistir a una experiencia tan emocionante y trascendental. El cine de superhéroes demuestra una y otra vez que todo género puede aspirar a nuevos objetivos y proporcionar al espectador algo más que simple espectáculo. Me siento orgulloso de amar este género, y agradeceré por siempre lo que me ha hecho sentir el MCU a lo largo de una década. Todo esto ha ocurrido porque surgió una idea. Reunir a un grupo de personas excepcionales, para ver si podían convertirse en algo más. Y cuando los necesitáramos, poder librar las batallas que nosotros jamás podríamos.

Aquí tenéis mi podcast (con spoilers) sobre ‘Vengadores: Infinity War‘. Por si queréis complementar la reseña con una disección de la película más cercana y visceral.

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