
‘Un lugar tranquilo‘ se presentaba como un proyecto más bien humilde, dirigido por un primerizo, y de presupuesto modesto (17 millones de dólares); pero posteriormente se reveló como un sorprendente fenómeno de taquilla y crítica. Hay autores, como Matthew Monagle en Film School Rejects, que la incluyen en esta nueva ola de películas de terror, como ‘The Babadook’, ‘Get Out‘, o ‘It Follows’, capaces al mismo tiempo de transmitir una gran historia y de hacer un comentario social, otorgándole capas de profundidad a su narrativa.
Personalmente, no estoy del todo seguro de que las ideas de ‘Un lugar tranquilo’ formen un mensaje tan complejo como los ejemplos antes mencionados, ni tampoco creo que den «voz» a algún debate social. Pero eso no desmerece su intento de traer a la cartelera una propuesta alejada, al menos en lo superficial, de los cánones habituales del género. Porque en su ADN hay tropos y situaciones que ya hemos visto en otras ocasiones, aunque Krasinski se permite introducir algunos elementos novedosos. El que destaca más, sin duda, es el uso del silencio.
«The sound of silence», como canturreaban Simon & Garfunkel, es lo que define aspectos cruciales como la trama (unos monstruos antagonistas que se ven atraídos por el menor ruido), las actuaciones de los personajes (recurriendo a susurros, gesticulación y lenguaje de signos), y la enorme importancia del apartado técnico para que los sonidos se ajusten a las necesidades de la escena; por ejemplo una en concreto centrada en la hija sorda, Reagan (Millicent Simmonds), donde no escuchamos prácticamente nada, poniéndonos en su situación.
Esos usos son la fuente de la tensión que crea la película. Que no da miedo, pero sí sabe ponerte alerta a medida que pasan los minutos, y vas siendo plenamente consciente de las reglas en este nuevo mundo. Un ruido más fuerte que una palmada significa una muerte dolorosa y horrible. Así, algo como la melodía de una astronave de juguete, en principio inocente, debe presentarse como un peligro mortal potencial, y por tanto su presencia es un certero aguijón al corazón del espectador. Te preocupas por esa familia (cuyos miembros están muy bien interpretados), y deseas que no les pase nada malo. Esa empatía por los personajes es más valiosa que los sobresaltos impuestos por modernas tendencias en el cine de terror comercial.
‘Un lugar tranquilo‘ es un filme honesto, bien hecho, entretenido y a ratos sorprendente. Hay que estar atentos a los futuros proyectos de John Krasinski, y ver si su carrera como director destaca entre sus películas de acción y el recuerdo de Jim Halpert.