El concepto de composición cinematográfica alude a la disposición en el espacio de los diferentes elementos que conforman la imagen. En los criterios de composición, todo buen cineasta que e precie debe favorecer que el espectador “vea” lo mismo que ha visto él y con la misma intención, a cuyo fin se valdrá del equilibrio y desequilibrio, los centros de atención, la disposición de los elementos, etc. Pero también muy importante que persiga una estética determinada orientada a la obtención de imágenes armónicas, atractivas y originales.

La percepción de la profundidad es un factor fundamental en el realismo de la imagen. Son muchos los rasgos que contribuyen a acentuar esta tercera dimensión, pero los más relevantes desde los criterios de la composición son aquellos que contribuyen a acentuar las líneas de fuga y los trayectos del fondo al primer término, y viceversa, o las trayectorias que cortan diagonalmente al eje de tiro de la cámara. 

Como ven, la composición cinematográfica nos engaña. Nos sugiere que los personajes tienen volumen, que los objetos tienen texturas, y que los interiores y los paisajes tienen fondo. ¿Cómo se consigue? Aquí unos aspectos que se consideran relevantes para conseguirlo.

El enfoque diferencial

Si con un objetivo de escasa profundidad de campo, o utilizando diafragmas abiertos, enfocamos el centro de interés, dejando el fondo desenfocado, conseguimos acentuar el efecto de profundidad del plano. Si, además, variamos durante la toma el plano enfocado (por ejemplo, cambiando el foco de la nuca de un personaje, en primer término, al rostro en plano medio de otro personaje que mira al primero), obtenemos un efecto de gran profundidad visual y con interesantes posibilidades dramáticas. 

La regla de los tercios

La regla de los tercios es una vieja teoría sobre la composición que aún hoy funciona satisfactoriamente. Partimos de la división mental, imaginaria, de nuestro encuadre en tercios horizontales y verticales, para a continuación situar, distribuir, los elementos de la imagen repartidos por las líneas (horizontales y verticales), ubicando con preferencia el centro de interés en cualquiera de los cuatro puntos resultantes del corte de las líneas. En ocasiones, la composición de la imagen no cumple la regla de los tercios, sino que responde a criterios estéticos o dramáticos más complejos, pero en estos casos las imágenes así configuradas requieren por parte del espectador más tiempo para ser comprendidas y encontrar los centros de atención.

Tono y profundidad

Las imágenes de una escena se reproducen en una escala de grises, desde el blanco hasta el negro o en diversos colores o tonos, según el medio que las capte. La disposición en el encuadre de esta escala tonal es un elemento importante dentro de la composición de la escena, puesto que las zonas más claras aumentan su presencia. Por ejemplo, la atención puede desviarse si, junto al centro de interés, se dispone de un elemento fuertemente iluminado. Además, estas zonas, ya sea por su tonalidad o por iluminación, producen una sensación de cercanía, por lo que, si un cineasta juega adecuadamente con la escala tonal, conseguirá aumentar el efecto de profundidad o tridimensional. Pero una regla básica en la composición cinematográfica: el centro de interés debe ser la zona más iluminada. 

Masa y fondo

Entendemos por masa los elementos integrantes de la escena: personas, objetos, mobiliario, etc. Cuanto mayor sea su número, más complicado será ordenarlos en el plano. El centro raramente es el mejor lugar para emplazar el centro de interés (recordemos la regla de los tercios). Los elementos han de ser dispuestos de forma asimétrica, de manera que las grandes masas tiendan hacia el exterior, mientras que las pequeñas lo hagan hacia el centro, con objeto de que a efectos de atención, el centrado de las pequeñas compense el tamaño de las grandes. El centro de interés de un plano ha de aparecer destacado y lo que más influye en esto es su separación visual del fondo. Cualquier elemento que aparezca detrás del sujeto principal es peligroso. Un árbol detrás de la cabeza, el marco de un cuadro o un florero pueden arruinar el plano.

A continuación compartimos este magnífico video de Press Play Video Blog que poniendo como ejemplo a grandes películas explica la importancia de la composición en un arte como el cinematográfico. Y también os recomendamos la cuenta en Twitter de Comp CAm: Geometric con gran cantidad de ejemplos de composición cinematográfica en películas que seguro os encantarán. Y si al terminar tienes ganas de más, no dejes de visitar el post con los 23 mejores travellings “dolly zoom del cine.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *