
Ambientada en la frontera entre Grecia y Bulgaria, el nuevo trabajo de Valeska Grisebach (creadora de la original y desconocida ‘Nostalgia’) sigue a un grupo de obreros procedentes de Alemania con objetivo de crear una central hidráulica en la zona. ‘Western‘ hace total honor a su título. Y es una espectacular, silenciosa y detallista fábula que recuerda al retrato que hacían muchas películas del género homónimo: la conquista social y la superioridad moral intrínseca que sentían y sienten algunos hombres occidentales respecto a otras sociedades.
La película se construye a través de tres frentes morales absolutamente diferenciados. Bajo el prisma de la explotación moral, del espíritu incansable de colonización y de la supremacía del hombre encontramos al grupo de trabajadores. Y dentro de ellos a uno de ellos que será todo lo contrario. Un hombre callado, apacible y deseoso de poder descubrir, disfrutar y vincularse al medio en el que se encuentra. Profeta de un gran respeto por la cultura desconocida, con la ambición de proteger a la gente local y conocer las características de un conjunto de personas con costumbres y formas de ser radicalmente diferentes a las suyas.
Con un gran detallismo el espectador se convierte en inevitable testigo de la confrontación de los frentes que protagonizan esta historia. Choques necesarios e inevitables entre quienes viven de forma humilde y apacible y quienes desafían dicho equilibrio en tierras desconocidas.
En el plano técnico, la cinta se ve cimentada por una firme dirección, que retrata con gran realismo este western moderno, que cambia la llanura de Norteamérica por una remota zona de Europa. Los bandidos por obreros y los indios por habitantes de un pueblo sencillo. En el que, por cierto, descubrimos, como, en ocasiones, el lenguaje no es necesario para poder expresarse entre seres humanos. Todo ello guiado a través de un guion silencioso, en el que prima más el aspecto visual como catalizador de emociones ocultas que las propias palabras.
‘Western‘ es una película necesaria, que invita a realizar una reflexión sobre los comportamientos individuales y colectivos que realizamos en cada nuevo lugar que descubrimos. Una invitación a la humildad, a renovar la capacidad de descubrimiento, a saborear cada nueva cultura que tengamos oportunidad de conocer. A promover el respeto hacia la subjetividad de otras sociedades. Y, sobre todo, de permitirnos el lujo de vivir nuevas sensaciones, emociones y experiencias en cada nuevo lugar que descubramos.