
Hijo de campesinos y criado en la granja de sus padres, el francés Hubert Charuel dirige su primer largometraje con el drama ‘Un héroe singular’. Un retrato de la modernidad del campo y de la relación tan especial que se mantiene en estos lugares con los animales. Una vez más la vida rural en el cine francés como ya lo hiciera con éxito recientemente ‘Luces de París‘.
Pierre (Swann Arlaud) es un joven francés de treinta años que vive en la granja de sus padres. Se encarga del ganado y de la producción de la leche de sus vacas con una obsesión que cruza los límites de la cordura. Les da una identidad que no tienen. Las humaniza. Cuando se difunde en Francia una epidemia vacuna y Pierre descubre que una de sus vacas está infectada, ante el miedo de perderlas a todas, hará lo imposible para salvarlas.
Desde el inicio del filme, Charuel, utilizando el recurso expresivo de la secuencia onírica, ya nos subraya que las vacas ocupan toda la vida de Pierre, incluidos sus sueños. A medida que la trama va cogiendo dramatismo, el protagonista se coloca en una retaguardia antisocial, luchando para que no le ocurra algo terrible a su rebaño. Cualquier elemento exterior lo perturba y lo lleva cada vez más a un encierro en sí mismo.
La hermana (Sara Giraudeau), veterinaria que le lleva el seguimiento del estado de los animales, no quiere participar en su excesiva devoción por el trabajo y en las derivadas formas perturbadas en que se manifiesta ésta. La actitud reaccionaria por parte de ella magnifica todavía más la tendencia compulsiva del protagonista. Exigente, arisco, organizado, meticuloso, rígido. Sin duda, Swann Arlaud (César al mejor actor por esta película) destaca sobremanera con una interpretación deslumbrante.
‘Un héroe singular’ es un filme emotivo, íntimo y nihilista, que roza los márgenes de un universo naturalista para progresar a grandes dosis de género y ficción. Una ópera prima que se convierte en la gran revelación del cine francés de este año.