Los monstruos existen, pero no son como solemos imaginarnos. Las criaturas que verdaderamente nos aterran suelen ir uniformadas, tener una buena dentadura e ir muy bien peinadas. De estos seres y aquellos que los combaten nos habla Mar Targarona en su nueva película: ‘El fotógrafo de Mauthausen‘.

La directora catalana, productora de otros títulos como ‘El orfanato‘, ‘El cuerpo’ o ‘Los ojos de Julia’, reconstruyen la historia real de Francesc Boix, un preso español que trabaja en el laboratorio fotográfico del campo de concentración austríaco. Francesc Boix decide arriesgar su vida por sacar de allí unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis. Las pruebas que retratan toda la crueldad de un sistema milimétricamente perverso.

El mensaje se transluce en una crudo thriller sobre la importancia de la memoria como depósito de la conciencia, de responsabilidad moral y de compromiso que da un sentido nuevo a la trayectoria vital de estos presos españoles sin patria tras la Guerra Civil. Un intenso drama carcelario sobre el nazismo que en momentos recuerda a la laureada ‘El hijo de Saúl’.

Roger Danès y Alfred Pérez Fargas firman un guion solvente con interpretaciones a la altura de las circunstancias destacando la magnética dupla de preso-carcelero que forman en pantalla Mario Casas y Richard van Weyden.

Un plano técnico correcto, sin muchos artificios pero efectivos con la música de Diego Navarro y una fotografía  a cargo de Aitor Mantxola. Todo ello reforzado con un jugosísimo trabajo de documentación que la realizadora y compañía han compuesto en este poliédrico relato lleno de cruentos episodios del día a día en los campos y que beben de obras canónicas como Els catalans als camps nazis, de Montserrat Roig o del propio autor del libro sobre Boix, Benito Bermejo, con el que la realizadora contó durante el rodaje.

Asimismo, ‘El fotógrafo de Mauthausen‘ se erige como una nueva mirada a los crímenes del nazismo desde la óptica poco consultada en la gran pantalla de los españoles en los campos de concentración, así como la presencia de las mujeres presas en estos lugares.

Cuando el filme termina, los créditos nos recuerdan que todo era verdad. Las fotografías que Boix y sus compañeros lograron salvar fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Núremberg. En ‘El fotógrafo de Mauthausen’, Targarona sabe ahora más que nunca de la vigencia de estas películas para recordar y aprender lo que fuimos y luchar por lo que nunca más queremos ser. Aquellos monstruos que no queremos volver contar.

2 comments

  1. La verdad es que la película es poco fiel a lo que era un campo de concentración como Mauthausen. Creo que no se han documentado lo suficiente. Podía haber ido más allá. Algo decepcionante.

  2. La peli iba bien, muy bien hasta que deciden darle mas protagonismo a Mario Casas en la escena con Ricken donde se sincera de manera brutal en el estudio de revelado casi al final. Para mi, ahí la jodieron pero bien y la credibilidad se perdió.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *