
‘El ángel‘ es una película que nos transporta al Buenos Aires de 1971 para reconstruir unos hechos reales que conmocionaron a la sociedad argentina. ¿Cómo fue posible que un joven de rostro angelical pudiera haber cometido más de cuarenta robos y once homicidios? Y es aquí lo verdaderamente inquietante y extraordinario de la historia. Carlos Robledo Puch, «Carlitos» como le llamaban, descubrió que su vida no iba a ser como la de los demás y dejándose llevar por su propia naturaleza se entregó muy pronto a una vida llena de pasión, robos, mentiras y asesinatos que lo convirtieron en el mayor asesino de la historia argentina. Como vemos, la realidad en sí misma construyendo un fascinante relato del mejor neo noir que hubiéramos imaginado.
Luis Ortega, un director argentino con una mirada muy personal, se esfuerza en hacer de ‘El ángel‘ una producción cinematográfica cuidada y sugerente, sin miedo a asumir riesgos y capaz de hacer suyas algunas de las reglas del llamado cine criminal. Su película encuentra su mejor baza en una estética propia y en el progresivo desplazamiento de su personaje principal hacia el lado oscuro, como parte de su determinismo vital, donde su final ya está determinado por el fracaso de sus acciones y que evoca al fatalismo característico del cine negro.
Una película que descompone con frialdad, sin tomar cartas en el asunto pero implicándonos en la trama, el instinto destructivo de Carlos hasta las últimas consecuencias. El riesgo incómodo de este filme y que lo hace único es su voluntad para representar la maldad construyendo a personajes de admirable complejidad sin entrar a juzgarles ni a discernir con mensajes moralistas entre el bien y el mal. Incluso la adopción de determinados puntos de vista y el recurso a planos subjetivos hace que empaticemos con alguien como Carlitos y le veamos no solo como un criminal.
Un retrato lleno de misterio, con tensión sexual, crítico con su contexto histórico, con ambigüedades pero contundente, como la propia puesta en escena de sus intérpretes donde destaca la extraordinaria química entre sus protagonistas. Lorenzo Ferro, en torno al que se articula la historia, compone un personaje fascinante, entre frágil y retorcido. Sus primeros planos y su mirada consiguen atrapar con ese aura de psicópata romántico. Chino Darín saca su mejor registro interpretativo para dar vida a Ramón, compañero de fechorías de Carlitos. También el buen hacer de los secundarios con intérpretes como Cecilia Roth, Mercedes Morán o Daniel Fanego son fundamentales.
‘El ángel’, una vez vista, es difícil de olvidar. Hay escenas memorables. Quizás sea el logrado tono de los diálogos, los precisos movimientos de cámara, la atmósfera que desprende la ambientación, la exquisita fotografía, la construcción de los personajes o la banda sonora lo que todavía me tiene perplejo y fascinado. Definitivamente, a uno solo le queda rendirse ante este extraordinario thriller. La productora de Almodóvar vuelve a sumar otro éxito como ya hiciera recientemente con ‘Relatos Salvajes‘ de Damian Szifrón o ‘El Clan‘ de Pablo Trapero. Más películas así, por favor.
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