Llegamos al ecuador de Cineuropa 2018 con otras cuatro películas vistas, y no han podido ser más variadas. Pero antes de hablar de las películas vistas, quería dedicar un momento a comentar el visionado de ‘Ese oscuro objeto de deseo’ (Luis Buñuel, 1977) y el premio que se le ha entregado a Ángela Molina.

El Festival Cineuropa ha homenajeado a la actriz Ángela Molina y le ha concedido un premio a su extensísima y sobresaliente trayectoria como intérprete. La actriz ha acudido a la cita y recibido el galardón desde la elegancia y humildad más absoluta. Ha defendido su profesión y el séptimo arte como forma de vida, y sus palabras realmente han calado hondo en el público, que ha aplaudido de manera apasionada a la actriz. Sin duda alguna, uno de los momentos álgidos del festival.

Inmediatamente después del homenaje a Ángela Molina, hemos asistido a la proyección del citado filme de Buñuel, una comedia ácida, mordaz y visualmente cuidada que guarda en su interior numerosas metáforas y un subtexto que eleva un material de partida ya de por sí atractivo. Buñuel juega con la doble personalidad de Conchita de manera literal, y nos muestra a dos actrices distintas interpretando el mismo papel, algo que rarísima vez he visto en una película (ahora mismo sólo me viene a la mente ‘The Imaginarium of Doctor Parnassus’). El montaje de la película nos permite observar cómo ambas actrices (unas fantásticas Ángela Molina y Carole Bouquet) no sólo se intercambian en transiciones entre escenas sino incluso entre planos, consiguiendo que el espectador se acostumbre rápidamente a la dinámica y no dediquemos tiempo a buscar una razón lógica, ya que la propia trama proporciona la respuesta gradualmente.

Ese oscuro objeto de deseo (1977) dirigida por Luis Buñuel 
Escena de «Ese oscuro objeto de deseo» (1977) dirigida por Luis Buñuel

No sólo me ha fascinado el juego visual de la cinta, sino su capacidad para ser divertida de manera constante y mostrarnos la frustración, el dolor y la miseria desde la comedia, algo que por otra parte me ha recordado al cine de Woody Allen, quien ya ha reconocido en múltiples ocasiones su amor por el cine de Buñuel. ‘Ese Oscuro de Deseo’ es la última película de dirigió Luis Buñuel antes de fallecer en el año 1983, y creo que no pudo abandonar este mundo con mejor epílogo cinematográfico. Se trata de un filme atrevido, escrito de forma tan afilada como deliciosa y con una coherencia interna absoluta no sólo a nivel narrativo sino en sus intenciones. Mientras la veía me vino a la mente otra gran película con similitudes bastante evidentes: ‘Perversidad’ (Fritz Lang, 1945). Haceos un favor y ved ambas películas si no lo habéis hecho. En ambos casos disfrutaréis del talento de dos maestros irrepetibles.

Es hora de concentrar el grueso de esta crónica en las tres películas que he disfrutado a lo largo de esta última semana en Cineuropa 2018. Una dramedia adolescente sobre la homosexualidad, un viaje espacial a través de la mente de Claire Denis y una comedia de terror absolutamente desconcertante.

High Life (Francia). Dir. Claire Denis

High Life‘ es la nueva película de Claire Denis, y en este proyecto la directora se embarca en un viaje espacial en el que la parte más visceral y primaria del ser humano hace acto de presencia. La cinta comparte similitudes con filmes como ‘Moon’ (Duncan Jones, 2009) y ‘2001: Una Odisea del Espacio‘ (Stanley Kubrick, 1968), no tanto a nivel narrativo como a su forma de aislar a sus protagonistas y convertir el espacio en un lugar solitario contra el que no es fácil luchar.

Denis no se anda con medias tintas, y nos presenta un lugar agresivo y perturbador desde casi el primer momento. La película comienza con un solitario Monte (Robert Pattinson) y cómo su vida se ha reducido a una repetición de hábitos diarios, y muestra resignación ante una situación de la que no parece haber salida. Con el paso de los minutos, el montaje cobra mayor protagonismo y empezamos a ver flashes de un pasado relativamente reciente, mostrando la relación de Monte con el resto de la tripulación, y cómo sus instintos se adueñan de sí mismos hasta convertirlos en animales que sólo en momentos puntuales son capaces de razonar. Cada personaje se encuentra ahí por un motivo distinto, y sólo de manera sutil conocemos los porqués de su estancia en dicha nave. Es una historia que requiere paciencia porque las respuestas no siempre son obvias y su narrativa fragmentada apela al pensamiento activo, a la construcción de un rompecabezas que por otra parte no resulta difícil de resolver.

High Life dirigida por Claire Denis
Escena de «High Life» dirigida por Claire Denis

Además, todo ello está apoyado por una dirección elegante aunque nunca instrusiva, y una fotografía repleta de contrastes y colores intensos que enfatizan esta hermosa pesadilla. Denis tira de numerosos recursos para meternos en la piel de los protagonistas, desde primerísimos primeros planos hasta POV para introducirnos en la mente de Monte y ver las cosas a través de sus ojos. A nivel formal, creo que tiene ciertas similitudes con ‘Under the Skin‘, la extraordinaria cinta de Jonathan Glazer, en el sentido de que la belleza de las imágenes no nos nubla a la hora de observar situaciones realmente inquietantes, y nos regocijamos al mismo tiempo que torcemos el gesto debido al contenido de las imágenes. Si a todo ello sumamos a un espléndido Robert Pattinson en un papel contenido y sereno pero con matices esenciales, (muy alejado de lo que nos mostró en ‘Good Time‘, uno de sus mejores trabajos), la película termina de alzar el vuelo y alcanzar una trascendencia que deleita, confunde y desconcierta a partes iguales.

Mi sensación es que la película ha recibido opiniones muy divididas allá donde se ha estrenado porque no tiene miedo a mostrar situaciones extremas o incómodas, y hay escenas realmente violentas no sólo a nivel físico sino también emocional que nos atraviesan la piel. La cinta se enfanga y nos hace partícipes de ello, por lo que abandonamos la sala sintiéndonos sucios y consternados tras lo que acabamos de ver. Pero precisamente por eso he disfrutado su visionado y ha sido una de las experiencias más estimulantes que he vivido este año en una sala de cine. Porque la película no tiene miedo.

In Fabric (Reino Unido). Dir. Peter Strickland

‘In Fabric’ es la nueva película de Peter Strickland y, vamos a decirlo ya, una de las bizarradas más grandes que he visto en mucho tiempo. El filme de Strickland es una comedia de terror que de primeras te embarca en una historia «convencional» en lo que a su protagonista inicial se refiere. Desde el primer instante, al filme le rodea un halo de excentricidad que no para de crecer hasta explotar en pantalla en su segunda mitad. Y quizás ese interés inicial por presentarnos una trama relativamente realista es la que choca con todo lo que veremos después.

Strickland nos presenta tres historias conectadas entre sí: la de una mujer que se compra un nuevo vestido para una cita, la de un hombre en plena despedida de soltero, y finalmente la de una tienda de ropa en plena semana de rebajas que tiene en sus dependientas y su director a un grupo tan extravagante que parece salir de un filme de serie B de los años 40 y 50 (aunque el alma del filme pertenece al cine de terror de los 70). La película nunca termina de dar el salto definitivo al cine de terror más tópico, porque su interés reside en retrotraernos a un tipo de cine que ya no sea hace, a unas historias que sólo parecen vivir en un tiempo pasado en las que todo es posible.

In fabric dirigida por Peter Strickland
Escena de «In fabric» dirigida por Peter Strickland

Uno de los puntos fuertes del filme es su guion y su capacidad para generar sonrisas y carcajadas en muchos momentos de su metraje. Es una historia divertida por encima de todo, y tira de recursos típicos para acentuar su verdadera naturaleza: transiciones abruptas, música como elemento indisociable de las imágenes e insertos de planos que desconciertan por su inmediatez y su aparente desconexión con el resto. La película me gana cuando abraza con todas las consecuencias su propuesta y apuesta por el humor más absurdo, pero me pierde cuando se concentra en subtramas innecesarias y se desvía de su verdadera personalidad. Creo que todo debería haber girado en torno al vestido y a la tienda de ropa, sin lugar a dudas el elemento más extraño e interesante de la película.

In Fabric‘ es una de las películas más extrañas que he visto en los últimos dos años, y una que causa un impacto inevitable en el espectador. Si entras en su juego, puede ser un visionado delicioso. Yo sólo he conectado a ratos y por eso he abandonado el cine con una sensación agridulce. No obstante, no habéis visto una película actual como ésta rodada y ejecutada visualmente de la forma en la que ‘In Fabric’ lo está.

The Miseducation of Cameron Post (USA). Dir. Desiree Akhavan

Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2018, la película de Desiree Akhavan tiene como punto de partida la historia de Cameron (Chloë Grace Moretz), una chica que es trasladada a un centro de terapia de conversión llamado God’s Promise (La Promesa de Dios), y en este lugar tendrá que lidiar con prácticas cuestionables que intentan transformar su orientación sexual mediante un lavado de cerebro.

La película discurre por terrenos conocidos del cine indie: cámara en mano, planos de larga duración y silencios que narran conflictos y emociones. Sin embargo, el filme de Akhavan usa los flashbacks para crear un sentimiento de anticipación que le viene muy bien a la película. Por un lado, crea cierto halo de misterio respecto a las causas por las que Cameron se encuentra en este centro, pero también funciona para mostrar cómo ella se abre a sus compañeros y poco a poco la audiencia va entendiendo lo que ha vivido hasta llegar a ese punto de su vida. Creo que los fragmentos de su pasado son distribuidos de manera uniforme y pertinente a lo largo de la cinta y resultan esenciales para exponer su viaje emocional así como la lucha en la que se encuentra durante su estancia en dicho centro.

The Miseducation of Cameron Post dirigida por Desiree Akhavan
Escena de «The Miseducation of Cameron Post» dirigida por Desiree Akhavan

Por otra parte, me parece un acierto cómo la película nunca se olvida del reparto de secundarios y les aporta contexto y pinceladas de profundidad para verlos como individuos, no como un colectivo con un mismo conflicto. Todos intentan lidiar con sus miedos de maneras distintas ya que sus situaciones personales son dispares, y creo que enriquece a la narrativa de la historia dedicarle tiempo a todos ellos, por breve que sea. Nos demuestra que la situación de Cameron es sólo una de muchas, y que existe un entendimiento mutuo entre ellos.

La cinta nunca se vuelve melodramática, y sabe ir quitando capas de manera gradual para que el tercer acto sea emotivo a la par que coherente con lo establecido con anterioridad. Además, la cinta se mantiene en un nivel notable en gran parte gracias al trabajo de Chloe Grace Moretz, probablemente su mejor interpretación hasta la fecha. Cameron no es la típica adolescente visceral y anárquica que no encuentra su lugar en el mundo. Es una chica tranquila, callada, y sólo expresa lo que siente cuando es necesario. La trama nunca opta por un acercamiento melodramático, ya que su personaje principal no lo es, así que asistimos a su historia con el corazón encogido y en una calma tensa constante, el mismo tipo de calma tensa que viven los chicos y chicas que se encuentran en el centro.

Lo único que echo en falta al filme es mayor desarrollo a la historia de la directora del centro. Se nos da a entender por qué se encuentra allí, pero la cinta se limita a mostrarla como la villana de la historia. Funciona, pero me habría gustado una mayor muestra de humanidad, para bien o para mal. Sí agradezco la subtrama encabezada por un estupendo John Gallagher Jr., el cual exprime cada plano en el que se encuentra para exhibir un personaje que comparte paralelismos claros con el resto de alumnos. Me parece un personaje esencial porque sirve como reflejo para el resto de «alumnos», y les puede ayudar en su aprendizaje vital (no el enseñado en el centro).

En resumen, ‘The Miseducation of Cameron Post‘ es una historia que habla de hoy aunque esté establecida en los años 90, y demuestra que nos queda un largo camino por recorrer en cuanto a la aceptación social de las distintas orientaciones sexuales. Me parece un filme necesario, sobre todo para todos aquellos/as que se sienten coartados a la hora de expresarse tal y como son, independientemente de su identidad u orientación sexual. Que la película sirva como ejemplo de lo que tenemos que aprender y lo que debemos evitar como sociedad moderna y desarrollada.

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