
Entramos ya en la recta final del Festival de Cine de Gijón 2018, en el que siguen apareciendo propuestas de gran interés, comienzan a esbozarse quinielas sobre el palmarés, y al que continúan llegando invitados de excepción como los actores franceses Esther Garrel y Gaspar Ulliel, el cantante Nacho Vegas, o el cineasta experimental austriaco Johann Lurf, objeto de una de las retrospectivas del certamen, que ha presentado una de las piezas más singulares de la programación.
En una sección oficial en la que abundan los títulos dirigidos por mujeres, hemos podido ver las obras de cineastas como Sara Colangelo, Dominga Sotomayor o Zsófia Szilágyi. A continuación os hablamos de ellas y de otros estimulantes títulos presentes en las secciones paralelas del festival asturiano, que sigue gozando de un notable éxito de público en sus distintos centros de proyecciones.
La profesora de parvulario (USA). Dir. Sara Colangelo
En esta segunda película de Sara Colangelo, Maggie Gyllenhaal encarna a una profesora de vida un tanto anodina, fascinada por un alumno de cinco años que, entre actividades escolares rutinarias, compone en arrebatos de genio y tras entrar en una especie de trance, poesías tan intrigantes y profundas como insólitas para un niño de su corta edad.
Remake de un magnífico filme israelí, premiado hace unos años en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, ‘La profesora de parvulario‘ denuncia el difícil encaje del lirismo y la expresión artística en una sociedad contemporánea crecientemente anestesiada ante los estímulos intelectuales. La película simplifica y subraya en exceso los perturbadores mensajes del original, pero funciona en buena parte gracias a la magnífica labor de su actriz protagonista.
One Day (Hungría). Dir. Zsófia Szilágyi
Dentro de la sección oficial competitiva, encontramos otro drama familiar, en este caso sobre una madre que pugna por sacar adelante a sus hijos y mantener la estabilidad familiar con un marido no excesivamente implicado. La película, nominada al Premio Discovery en los European Film Awards y recién estrenada en su país, supone el debut tras la cámara de su realizadora y guionista, Zsófia Szilágyi.

Si por algo destaca la película es por su naturalismo y su huida de excesos melodrámaticos. No obstante, el reflejo de la cotidianidad familiar y el apego del relato a los problemas comunes de una familia con hijos, hace que el filme resulte un tanto insustancial, sensación potenciada por su pretendida austeridad narrativa y un lenguaje visual sin adornos.
Nos batailles (Bélgica). Dir. Guillaume Senez
El cineasta Guillaume Senez dirige esta coproducción franco-belga que incluye apuntes de cine social dentro de un drama familiar sobre un padre de dos niños (interpretado por un notable Romain Duris) que tendrá que hacerse cargo en solitario de sus hijos tras el repentino abandono del hogar de la madre y con el único apoyo de su hermana.
La película muestra al personaje central en una doble lucha familiar y laboral, pues además de su rol de padre, ejerce también de aguerrido miembro del comité de empresa de la fábrica en la que trabaja. No obstante, el potencial discurso reivindicativo que el guion apunta en el inicio, se difumina pronto ante la preponderancia del melodrama. Un filme tan correcto como anodino.
Tarde para morir joven (Chile). Dir. Dominga Sotomayor
El tercer largometraje de la joven directora Dominga Sotomayor, que debutó con la muy interesante ‘De jueves a domingo‘, versa sobre las vivencias de una comunidad asentada en un espacio natural a las afueras de Santiago de Chile, con especial atención a las pulsiones adolescentes de unos jóvenes personajes cuyo inevitable tránsito a la edad adulta coincide con la transición democrática de Chile a principios de los años 90.

Filme reposado, intimista y emocionalmente minucioso, que hace uso de una narrativa libre recurriendo a un punto de vista múltiple con el propósito de plasmar el estado de ánimo de un momento y un lugar concreto. El guion huye de los grandes acontecimientos, más allá de un climático y alegórico incendio, y aún así logra transmitir un torrente de sentimientos tan contradictorios como reconocibles. Magnífico trabajo de su protagonista Demian Hernández.
★ (Austria). Dir. Johann Lurf
Una de las experiencias más insólitas que ofrece la programación del Festival de Cine de Gijón 2018, es esta invitación contemplativa del cineasta experimental Johann Lurf, un trabajado collage que recopila más de 500 fragmentos de películas en las que la cámara muestra un cielo estrellado, ordenados respetando la cronología de estrenos de los filmes en los que aparecen estos planos y eliminando cualquier título de crédito, actor o imagen distinta a la propia noche estrellada.
La sensación es cercana a la visita a un planetario fílmico, y aunque no sobrevivirá a la impaciencia de cierto público, conseguirá una buena legión de seguidores entre la cinefilia más atenta a las rarezas, que a buen seguro encontrará un aliciente añadido jugando a tratar de reconocer las películas a las que pertenece cada fragmento a través de sus diálogos o sus bandas sonoras.
Midnight runner (Suiza). Dir. Hannes Baumgartner
El debut en el largometraje del suizo Hannes Baumgartner, que llega a Gijón tras su paso por la sección de Nuevos Realizadores del Festival de San Sebastián, reconstruye la historia real de un joven y prometedor corredor de fondo de la ciudad de Berna, con algunos traumas familiares sin resolver, en el que despierta un repentino instinto violento que le lleva a asaltar a varias mujeres durante sus salidas nocturnas.

La película logra generar desasosiego gracias a un convincente retrato psicológico de su protagonista, muy bien interpretado por el joven Max Hubacher. La deriva criminal y psicopática de su personaje está descrita con la necesaria atención a la cotidianeidad del personaje, ofrenciendo referencias clave a un pasado y un entorno que lo perturban hasta el punto de hacerle perder el control. Un filme impactante y recomendable.