Tiempo compartido’ empieza con una inquietante secuencia en la que un animador de un complejo hotelero pasa del fingido entusiasmo a sufrir una crisis de ansiedad. Un momento de diversión, en el que anima a los huéspedes mientras juegan con sus hijos, se torna en angustia y dolor. Ahí es donde descubrimos, desde el primer momento, que la nueva película del guionista y director mexicano Sebastián Hofmann, ganadora del Premio al mejor guion en el último Festival de Sundance, va a ser la historia de un paraíso que se torna en infierno.

Luego saltamos cinco años para conocer a Pedro, interpretado de manera irregular por Luis Gerardo Méndez. Un tipo empeñado en que su familia tenga las vacaciones que se merece, o las que él cree que se merecen. Sin embargo, todo se complica. Se ven obligados a tener que compartir la villa que han alquilado con otra familia. Y lo que se les había vendido como un paraíso se va volviendo cada vez más y más oscuro. Una premisa muy potente, una idea de partida muy interesante que sin embargo no termina de cuajar en un largometraje sólido.

Tiempo compartido’ no es solo la historia de la familia de Pedro. Es también la de Andrés y Eva. La del drama de una pareja de trabajadores de este inmenso complejo hotelero, que también sufren, aunque de otro modo, los rigores de su empresa.

Uno de los grandes problemas de esta película surge precisamente de esa dualidad. Parece interesante poder contar la historia desde el punto de vista de los que visitan ese Disneyland París de los hoteles, y desde el de los que trabajan en él. Sin embargo, ‘Tiempo compartido’ no consigue mezclar de manera orgánica ambas historias, y en demasiadas ocasiones pierde el pulso y, por lo tanto, hace que el espectador pierda interés. Un cambio de punto de vista que podría ser interesante se convierte en una mala decisión debido a que se maneja de manera torpe y afecta al ritmo de la película.

Tiempo compartido de Sebastian Hofmann
Escena de «Tiempo compartido» dirigida por Sebastian Hofmann. Fuente: Netflix

A pesar de la inconsistencia de la historia, ‘Tiempo compartido’, no es para nada una película vacía, ni mucho menos. Es un largometraje con reflexiones interesantes, en torno al capitalismo, a la borreguez humana, o incluso a los roles de género.

También es muy interesante, desde el punto de vista de la dirección, cómo la película ofrece momentos notables en los que los personajes se muestran en planos muy abiertos, hormigas ante la enormidad del complejo hotelero. Planos que reflejan la incapacidad de los personajes a enfrentarse a un sistema monstruoso en todos los sentidos.

La fotografía también es una de las buenas noticias de ‘Tiempo compartido’. Dominada de manera muy clara por los colores azul y rosa contribuye a generar aún más incomodidad en un infierno irónico lleno de colores pastel. Esta fotografía, junto con la música de la película, también muy acertada, consiguen crear una atmósfera sólida y muy reconocible.

Otra de las cosas buenas de ‘Tiempo compartido’ es su buen manejo de un tono complicado. Por momentos comedia negra, en otros drama, y en otros, incluso, cercano al terror. Algo en lo que la película se puede emparentar de alguna manera con ‘Déjame salir’. Una maravillosa historia de Jordan Peele que manejaba a la perfección un tono muy complicado. Sin embargo, están muy lejos la una de la otra, ya que la firmada por Peele era una pieza de guion casi de orfebrería, mientras que ‘Tiempo compartido’, a pesar de manejar bien el tono y presentar varias capas, muestra una historia más deslavazada y con poco ritmo.

También es muy disfrutable la aparición de RJ Mitte, actor que se hizo famoso por interpretar al hijo de Walter y Skyler White en la maravillosa ‘Breaking Bad’. El actor estadounidense vuelve a ofrecer aquí, aunque en pequeñas dosis, un personaje magníficamente interpretado con varias intervenciones destacadas.

En resumen, una película interesante, que juega fuerte, pero que no consigue sostener lo que promete. En cualquier caso, habrá que seguir muy atentos a lo que haga Sebastián Hofmann porque tiene una visión que, desde luego, nos puede ofrecer grandes momentos de cine.

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