
Seguro que en los últimos días habéis visto en redes sociales las famosas listas con lo mejor del año. Las mejores canciones, los personajes del año, las noticias más leídas, lo más buscado en Google, pero seguro que estabas esperando los famosos rankings con las mejores películas de los últimos doce meses. Como viene siendo tradicional en muchas publicaciones online que nos dedicamos a la información y opinión cinematográfica, ya tenemos preparada la temida lista con las mejores películas de 2018.
En esta ocasión, 12 miembros del equipo de Macguffin007 presentan en sus listas individuales aquellas cinco producciones que consideraron las mejores películas del año, con la condición de que hayan sido estrenadas en España en 2018 (incluidos los estrenos limitados). Y como ya hicimos el año pasado hemos dado la posibilidad de incluir también películas estrenadas únicamente en plataformas de video bajo demanda (VoD) y en formatos de discos ópticos como DVD/BluRay. 35 películas en total han sido reconocidas en las listas realizadas por nuestros colaboradores entre las mejores del año.
Entre las doce listas realizadas y bajo un sistema de puntuación que otorgaría cinco puntos a la primera, cuatro a la segunda, tres a la tercera, dos a la cuarta y un punto a la quinta hemos elegido a la mejor película de 2018 (en caso de empate decidiría el voto de dirección).
¡Redoble de tambores!… Encabeza el ranking con 22 puntos y se proclama como Mejor película de 2018 según el blog de cine Macguffin007: COLD WAR dirigida por Pawel Pawlikowski. Fecha de estreno en España: 05/10/2018. Distribuidora: Caramel Films.
A continuación puedes leer el TOP 5 de cada miembro del equipo que ha participado este año en la elección de las mejores películas de 2018. Y por supuesto, al final de este post nos puedes decir si estás de acuerdo o si echas en falta algún título.
Aprovechamos la ocasión para desearos un 2019 de cine de parte de todo el equipo y daros las gracias un año más por vuestro apoyo incondicional.
1. Call me by your name (Italia). Dir. Luca Guadagnino
Se estrenó comenzando el año pero su eco todavía resuena porque la experiencia cinematográfica no pudo ser más gratificante. La película logra transmitir de una manera que muy pocos filmes han conseguido la sensualidad, sexualidad, erotismo y ansiedad que causan el primer amor. En el guion se nota la sensibilidad de James Ivory al abordar el drama romántico y la maestría de Guadagnino a la hora de dirigir, el cual consigue entre los personajes una profunda conexión difícil de explicar. Un clásico moderno del cine sobre el primer amor que merece ser considerado como la mejor película de 2018.
2. Roma (México). Dir. Alfonso Cuarón
Tuve la inmensa suerte de poder verla en pantalla grande en el pasado Festival de San Sebastián. Un filme que construye un emotivo retrato de la cotidianidad, de las jerarquías sociales, así como una inmensa muestra de amor a todas las mujeres que rodearon a Alfonso Cuarón cuando tenía apenas nueve años. Todo en ‘Roma’ reflexiona sobre la desigualdad, sin subrayados, ni lecciones moralistas, y sobre todo, se respira autenticidad y sensibilidad. Muy difícil no dejarse atrapar por su magnetismo. Todo es una maravilla, cine en estado puro, una lección magistral. Es de esas películas que me acompañará siempre.
3. El hilo invisible (USA). Dir. Paul Thomas Anderson
Puede presumir de estar entre lo mejor de la carrera de Paul Thomas Anderson junto con ‘Pozos de ambición’ o ‘Magnolia’. Sutil y compleja, se convierte en uno de los romances más inteligentes de los últimos tiempos. Con un ritmo pausado retrata con pasión y minuciosidad los traumas y obsesiones de los personajes. Un filme lleno de capas de significado, con referencias freudianas. Un trabajo fascinante a nivel técnico y narrativo que no debería pasar desapercibido en cualquier ranking. La mejor despedida posible para un grande de la interpretación como Daniel Day-Lewis.
4. El Cairo confidencial (Suecia). Dir. Tarik Saleh
Tarik Saleh, un director sueco de origen egipcio, consiguió con este film noir ganar como película internacional en Sundance y la Seminci en 2017. Sin embargo, hubo que esperar hasta abril de este año para su estreno en la cartelera española. Además de ser un magnífico thriller es un retrato sin concesiones sobre la degradación política y social del Egipto de Mubarak en 2011. La película tiene ecos al mejor cine de género, convirtiendo los bajos fondos de las calles de El Cairo en un escenario asfixiante, ideal para desarrollar una historia así. Los personajes están bien desarrollados y se nota la solidez de su guion. Asimismo desarrolla con éxito el potencial subversivo inherente al cine negro. Un espejismo en el cine sueco reciente que mereció mejor recorrido comercial.
5. Tres anuncios a las afueras (USA). Dir. Martin McDonagh
Ignorada en muchas listas como esta pero alabada en la temporada de premios y en festivales como Venecia, Toronto y San Sebastián. Su principal virtud radica en uno de los mejores guiones originales de los últimos tiempos, unos diálogos precisos en los intérpretes adecuados y en una estética fabulosa. Frances McDormand y Sam Rockwell dan vida a unos personajes extraordinarios en este neo-western plagado de humor negro que no impide a MacDonagh abordar de manera crítica temas como el racismo o los abusos sexuales. Nunca unas vallas publicitarias habían servido de excusa argumental para desarrollar una historia tan ingeniosa.
1. Sin amor (Rusia). Dir. Andrei Zvyagintsev
Pocos filmes me han conmovido (y golpeado) tanto este 2018 como ‘Sin amor’, de Andrei Zvyagintsev, ese duro retrato de la sociedad contemporánea donde la desaparición del hijo de un matrimonio a punto de divorciarse se torna símbolo unívoco de la escisión pasional entre ambos, en un mundo que, como el nuestro, se encuentra inmerso en un proceso de deshumanización, de incomunicación entre sus semejantes. Lo demoledor, el poso que en mi ha dejado, tiene que ver con la desesperanza que se hilvana –entre otros muchos mecanismos– a propósito de su estructura circular, la cual no hace sino subrayar –y esclarecer– que si el vástago de los protagonistas no regresa a casa es porque cualquier esperanza de un retorno al amor, al deseo o la pasión nunca podrá volver a ser atisbada.
2. Good Time (USA). Dir. Ben Safdie, Joshua Safdie
Si hace diez años nos hubieran dicho que Robert Pattinson y Kristen Stewart habrían de reorientar sobremanera sus carreras cinematográficas, colaborando con varios de los cineastas contemporáneos –Claire Denis, David Cronenberg, Olivier Assayas– más importantes, muy pocos lo hubiésemos creído. Se antoja necesario mencionar esto en tanto, en cuanto, Pattinson realiza una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha en ‘Good time’, esa bajada a los infiernos de un ladrón que intenta conseguir el dinero necesario para poder pagar la fianza de su hermano. Lo atrayente, lo absorbente de la nueva propuesta de los Safdie, después de ese desgarrador retrato del mundo de las drogas y las relaciones tóxicas que llevaba por título ‘Heaven knows what’ (2014), reside en su atmosférica combinación de primeros planos –que parecen atrapar a los personajes– y música electrónica extradiegética (lo que, si se me permite la comparación, dialoga con otra de las grandes producciones de este año: ‘El reino’, de Rodrigo Sorogoyen), que recorren el filme de principio a fin produciendo un desasosiego irrefrenable que, conforme el discurrir del relato, no puede sino desembocar en tragedia.
3. Burning (Corea del Sur). Dir. Lee Chang-Dong
Si comenzábamos el año con la ausencia del hijo en ‘Sin amor’, ‘Burning’ recoge su inquietante testigo para adentrarnos en la historia de un hombre que se obsesiona con la desaparición de la mujer de la que se ha enamorado. La película de Lee Chang-Dong, que adapta, en sus más de dos horas de duración, un relato corto de Haruki Murakami, compone un doloroso ensayo acerca de la pérdida, de la pérdida de un ser amado –no hay filme de este año que pueda emular la sensibilidad que se destila de las nostálgicas escenas que tienen cabida en el apartamento de la chica desaparecida– y de cómo la ausencia de un ser querido es capaz de arrastrarte hacia un laberinto sin salida, rebosante de enigmas sin respuesta.
4. Clímax (Francia). Dir. Gaspar Noé
Tres elementos –una fiesta, unos bailarines y una sangría– sirven a Gaspar Noé para configurar una radiografía de una generación, la nuestra, abocada a su propia, e irremediable, autodestrucción. Cineasta de excesos, Noé lleva, una vez más, los elementos de los que se vale hasta su grado máximo, en un relato incómodo tanto en su contenido (drogas, alcohol, violencia, violaciones), como en su puesta en forma: cortes pronunciados, utilización caótica de los títulos de crédito y movimientos de cámara que rozan lo extravagante, como si nosotros, como espectadores, hubiésemos bebido de esa sangría originadora del caos.
5. El reverendo (USA). Dir. Paul Schrader
En ‘Seven’ (David Fincher, 1995), el personaje interpretado por Morgan Freeman se preguntaba cómo era posible que hubiese gente capaz de concebir a un hijo para que terminase viviendo en un mundo como en el que habitamos. ‘El reverendo’, de Paul Schrader, gravita en torno a esa inquietante pregunta que se convertirá en el origen de una obsesión que, paulatinamente, arrastrará a un cura –interpretado magistralmente por Ethan Hawke– que regenta una pequeña capilla a cuestionarse todo en lo que había creído durante toda su vida.
1. Cold War (Polonia). Dir. Pawel Pawlikowski
Una historia de amor que trasciende el paso del tiempo. La cinta de Pawel Pawlikowski nos establece en un contexto social que forma parte integral del conflicto y que complementa el romance entre Zula y Wiktor, el auténtico núcleo del filme. Una película sobre el amor más apasionado, el vacío que genera la ausencia, sobre una atracción que no entiende de distancias temporales ni físicas. ‘Cold War’ es uno de los dramas románticos más hermosos y elegantes del último lustro, y un testamento del talento que posee el cineasta polaco.
2. Quién te cantará (España). Dir. Carlos Vermut
‘Persona’ desde el prisma de Carlos Vermut. Un retrato sobre la identidad, la incapacidad de avanzar y la búsqueda de significado en una vida gris. Un juego poético de reflejos al que nunca le tiembla el pulso. Vermut ha refinado su estilo y construido una historia desde el silencio más ensordecedor, desde la narrativa visual como catalizadora de emociones. No existe el miedo, sino la confianza absoluta en un acercamiento estilístico que engrandece cada plano, cada mirada. Eva Llorach y Najwa Nimri forman una pareja descomunal en pantalla y su capacidad para transmitir emociones desde la contención abruma y desarma.
3. Avengers: Infinity War (USA). Dir. Anthony Russo, Joe Russo
Hicieron falta 18 películas y una década para llegar hasta aquí. La culminación de una idea. No debería funcionar. Pero lo hace, porque ‘Infinity War’ es un milagro. Es una de las películas más ambiciosas de la historia del cine, y no sólo a nivel técnico. Entremezclar numerosas subtramas de forma cohesiva y equilibrada, con margen para que los personajes brillen y sumen a un todo, y además presentar de manera oficial al villano más importante de toda la franquicia. Muchas cosas podrían haber salido mal, pero los hermanos Russo, Christopher Markus y Stephen McFeely nos demostraron que el cine de superhéroes puede ser algo más que fuegos artificiales. Y su final es de lo más valiente e icónico que he visto jamás.
4. Girl (Bélgica). Dir. Lukas Dhont
La película de Lukas Dhont nos cuenta la historia de Lara, una chica de 15 años nacida en el cuerpo de un chico, y lo hace con una sensibilidad extraordinaria. Dhont dirige con una elegancia que me ha recordado a Steve McQueen en Shame, y nos muestra el conflicto de la protagonista desde el realismo más puro. Una película capaz de transmitir emociones muy concretas al espectador de forma brillante sin tirar del melodrama más tópico en historias de corte similar. Es una película pequeña que se ha grabado a fuego en mi mente y permanecido entre mis favoritas desde que abandoné la sala de cine. Una de las grandes joyas de 2018.
5. Roma (México). Dir. Alfonso Cuarón
La película más esperada y comentada de los últimos meses ya está disponible en Netflix, y me uno al fervor que ha surgido en torno a ella. Alfonso Cuarón se ha despojado de su personalidad más grandilocuente para contarnos una historia minimalista en el fondo pero gigantesca en la forma. Hay secuencias en la película realmente sobrecogedoras y planos que aún desconozco cómo se llevaron a cabo. Porque Cuarón ha conseguido que una historia aparentemente sencilla nos cale hondo y emocione a casi todos por igual. Por momentos, parece que nos hemos colado en la casa de una familia y asistimos con el corazón en un puño a la vida de Cleo, uno de los personajes más hermosos del año.
1. Hannah Gadsby: Nanette (Australia). Dir. Madeleine Parry, Jon Olb
Vale, he hecho trampas. No es una película en el sentido estricto, sino un especial de comedia de poco más de una hora de duración. Pero… ¿sabéis qué? Que me da absolutamente igual. Aunque hubiera visto todos los grandes estrenos del año, seguiría poniéndolo en esta lista; por incómodo, por rebelde, por rabioso. Por tambalear los esquemas de lo que supone la comedia. Por su inmensa valentía. Escoged el motivo que queráis, pero esto es de lo mejor por méritos propios.
2. Aniquilación (Reino Unido). Dir. Alex Garland
La ciencia-ficción perturbadora y alucinógena de Garland ha causado cierta división, amén de haber protagonizado un debate sobre el rol del streaming cuando los estudios no lo ven claro. La propuesta me ha hipnotizado por su explosiva originalidad, que habría naufragado sin el buen ojo del director y la solidez del cast, liderado por Natalie Portman. Pero ‘Ex Machina’ está mejor, lo siento…
3. Isla de perros (USA). Dir. Wes Anderson
La vuelta de Anderson a la animación siempre hay que celebrarla. Y vamos a ser claros desde el principio: la historia de ‘Isla de perros’ no es la más compleja, ni sus temas los más novedosos. Lo compensa todo con una exquisita técnica animada, combinando el stop-motioncon la tradicional, y su estética, con influencias japonesas y del cine de Akira Kurosawa. Sólida candidata al Óscar a Mejor Película de Animación.
4. Vengadores: Infinity War (USA). Dir. Anthony Russo, Joe Russo
¿Superhéroes? ¡El horreur! ¡Genocidio cultural! Pues no, porque este año han salido películas que aprueban con buena nota, capaces de entregarnos sus buenas horas de entretenimiento hollywoodense, eficaz y cuidado. ‘Deadpool 2’ me conquistó con su humor autoreferencial, y ‘Black Panther’ con su excelente diseño de producción. El premio gordo se lo ha llevado el culmen de una década de MCU, que no sólo ha entregado un excelente villano (¡ya era hora!), sino que también trabaja con sus personajes para entregarnos los momentos más emotivos que se hayan visto en este universo cinematográfico. Esperemos que su segunda parte esté a la altura.
5. Hard as Indie (España). Dir. Arturo M. Antolín
He visto poco cine de 2018, y se va notar en esta lista. De todas maneras, he querido comenzar con una propuesta bastante más humilde que el resto de producciones aquí mencionadas, que narra la caótica gestión de ‘El Cosmonauta’, una de las primeras películas españolas financiadas mediante micromecenazgo online. Su descenso a los infiernos por una serie de vicisitudes -malas decisiones creativas, problemas de gestión, y un caótico rodaje transnacional- es un buen antídoto contra las ensoñaciones de convertirnos en cineastas que hemos tenido muchos.
1. A star is born (USA). Dir. Bradley Cooper
Porque el amor puro y entregado merecen todo en esta vida. El mejor debut tras las cámaras en mucho tiempo, con una Lady Gaga inmortal. De esas películas que incluso consiguen seguir pellizcándote desde el recuerdo.
2. Tres anuncios a las afueras (USA). Dir. Martin McDonagh
Uno de los guiones más perfectos que Hollywood ha visto pasar desde hace años. Drama negrísimo de reparto estelar donde sobresale una Frances McDormand en modo bestia. Su Mildred Hayes no se olvida fácilmente.
3. El reino (España). Dir. Rodrigo Sorogoyen
La prueba de que el ritmo en el cine puede depararnos una maravilla. Un ejercicio de drenaje al inframundo político español con Antonio de la Torre en su enésima demostración de que es el mejor actor de este país.
4. Quién te cantará (España). Dir. Carlos Vermut
A los genios, comprendidos o no, hay que respetarlos. Una obra de ingeniería narrativa sobre la personalidad con una dirección minuciosa como la de Carlos Vermut, que rueda casi con bisturí. Eva Llorach y Najwa Nimri están estratosféricas.
5. Isla de perros (USA). Dir. Wes Anderson
La ternura de Wes Anderson no tiene límites. Una sátira brillante del ser humano en clave canina donde convergen el racismo, el amor o el drama. El trabajo de animación que hay en esa película es impresionante. Ojalá ganase el Oscar.
*un servidor no ha visto a la realización de este texto películas a priori viables de entrar en este top como ‘Roma’.
1. The Rider (USA). Dir. Chloé Zhao
La directora china Chloé Zhao nos emocionó hasta el llanto con este premiado drama sobre sueños rotos e identidades perdidas ambientado en el mundo de los rodeos. El protagonista de esta conmovedora historia, encarnado por el debutante Bradey Jandreu, es un joven y taciturno entrenador de caballos despojado de su única ilusión y obligado a buscar su en un camino en un entorno con poco espacio para la esperanza. Una relato de perdedores plasmado en bellas imágenes y con un aliento trágico que nunca cede al melodramatismo. Tan sencilla como magistral.
2. Cold War (Polonia). Dir. Pawel Pawlikowski
Recientemente agasajado por la Academia del Cine Europeo, el cineasta polaco Pawel Pawlikowski ha firmado este año su mejor película, con permiso de la oscarizada ‘Ida’. Se trata de un romance interrumpido por la Historia (así, en mayúscula) entre un pianista y una aspirante a cantante, que surge en la Polonia de posguerra y se extiende hasta el París de los 50, atravesando los vaivenes del destino, la política y el amor más pasional. Su música, su sublime fotografía blanquinegra, el excelente uso de las elipsis y la labor de dos protagonistas más allá de cualquier elogio, convierten los 88 minutos de ‘Cold War’ en una condensada y emocionante obra maestra.
3. El hilo invisible (USA). Dir. Paul Thomas Anderson
No vamos a descubrir a estas alturas el innegable talento de Paul Thomas Anderson, sin duda uno de los mejores autores contemporáneos del cine estadounidense, pero pocas veces su cine ha conjugado de manera tan clara una cierta accesibilidad -el guión es tan rico en detalles como (casi) convencional- con su habitual exquisitez cinematográfica. La película es un festín visual en cada uno de sus encuadres, rematados con tanto gusto como intención narrativa, y se beneficia de un reparto en estado de gracia encabezado por el formidable Daniel Day Lewis.
4. The Florida Project (USA). Dir. Sean Baker
Tras la revelación de ‘Tangerine’, Sean Baker se consagra como cineasta a seguir de cerca con su magnífica ‘The Florida Project’, toda una experiencia cinematográfica cuyo extraordinario mérito reside en su capacidad de retratar con vibrante luminosidad un hostil microcosmos de marginalidad. Lo hace utilizando la inocente mirada de una niña que malvive junto a una madre de reprobables hábitos en un motel de Florida, regentado por un Willem Dafoe que aporta el único toque de candor adulto. Tan impactante como divertida, la película no huye de la visceralidad pero encuentra el antídoto en un balsámico (y muy comentado) final onírico y liberador.
5. 120 pulsaciones por minuto (Francia). Dir. Robin Campillo
El reputado guionista Robin Campillo se consagra como director con su tercera película tras la cámara. Con un tono reivindicativo pero nunca panfletario, el film sigue la lucha de un grupo de activistas homosexuales en pleno apogeo del virus del SIDA a principios de los 90. Más allá de su compromiso político, los personajes atraviesan un torrente emocional que traspasa la pantalla, haciendo al espectador partícipe de su lucha, sus sentimientos, sus dudas y sus miedos. Un excelente film francés que enamoró, y lo entendemos, a Pedro Almodóvar en Cannes 2017.
1. Un día más con vida (Polonia). Dir. Raúl de la Fuente, Damian Nenow
Por ser una muestra del poder de la información. Por mostrarnos que una persona sí puede cambiar el transcurso de los hechos. Que el estar presente es una forma de activismo. Por acercarnos a África y a su historia. Por difuminar los géneros en el cine. Por la fuerza de la imagen. Por mostrarnos la historia viva de Angola.
2. Cold War (Polonia). Dir. Pawel Pawlikowski
Por mostrarnos que el amor es un juego en el que siempre se acaba perdiendo. Por enseñarnos que el estar enamorado no tiene nada que ver con el aquí y el ahora. Por ser una de las peores experiencias que un ser humano puede vivir, pero de las mejores que puede experimentar. Por esa guerra fría llamada amor.
3. Suspiria (Italia). Dir. Luca Guadagnino
Por mostrarnos lo que realmente guarda nuestra psique. Por la apropiación rítmica de los cuerpos. Por las repercusiones que tienen nuestros actos. Nuestro bagaje histórico y cultural, que nos modifica sin darnos cuenta. Por la manera en que el pasado, el presente y el futuro se ha apropiado de la mujer y, por ende, de la historia contemporánea de la humanidad. Por traernos, al presente, a Dario Argento. Por hacernos suspirar y, a la vez, mantener la respiración.
4. Girl (Bélgica). Dir. Lukas Dhont
Por la determinación de nuestros cuerpos. Por enseñarnos la transición de la infancia a la adultez. Por la dictadura del cuerpo. Por mirarnos en el espejo y observar que la imagen que nos devuelve no es la que nos gustaría ver. Porque el cambio más importante que debemos hacer es en nosotros mismos, en nuestra mente. Por mostrarnos que una imagen, en este caso, sí que vale más que mil palabras.
5. I hate Nueva York (España). Dir. Gustavo Sánchez
Por mostrarnos Nueva York como nunca antes la habíamos visto. Por enseñarnos cómo afectan las etiquetas sociales. Por ver que, bajo esa ciudad que nunca duerme, hay, en últimas, personas que la hacen funcionar. Por las personas situadas a los márgenes sociales que son las que nos hacen avanzar a todos.
1. Quién te cantará (España). Dir. Carlos Vermut
Una obra avasalladora. Carlos Vermut es, sin duda, uno de los directores más interesantes del panorama actual. La dupla Eva Llorach y Najwa Nimri es un win win. Dos actrices que construyen a uno de los personajes más magneticos en años: Lila Cassen. El realizador de joyas como Diamond Flash y Magical Girl vuelve con una potente historia sobre la fama, la memoria y la frustración. Todo ello te petrifica en la butaca mientras escuchas Mocedades. Un albúm de planos que emulan a las que pintaba Hopper en sus tiempos. Un disfrute de imágenes que hablan e interpelan al espectador. Eso es el cine.
2. Mandy (USA). Dir. Panos Cosmatos
¿De que universo viene Panos Cosmatos? El mejor director de la pasada edición de Sitges ha creado la película más singular del año. Argumentalmente archiconocida, a Mandy se le quiere por su exceso, su sangre desmedida y su cálida locura. Su jodida demencia sensorial de ballestas, motosierras y frikis de Cristo. Para los seguidores Nicolas Cage todo esto es un regalo: su divo está tan desatado que resplandece como vengador destructor. Y eso es maravilloso. Es un meme que hay que amar u odiar. Mandy y Cage son al cine lo que Botticelli y su Venus al Quattrocento. Más o menos.
3. Suspiria (Italia). Dir. Luca Guadagnino
La danza macabra de Luca Guadagnino es otra de las genialidades de este año. El clásico giallo de Argento se transforma en un thriller de terror en siete actos, una obra en la que la belleza sangrienta y el lirismo de las imágenes lo envuelven todo. Porque a mitad del filme te das cuenta que le has dado la mano a la historia, la cual te arroja sobre esa habitación de espejos, dispuesta a mimetizarte con la bailarina protagonista para destrozarte en cada salto y giro, en cada contorsión violenta.
4. Roma (México). Dir. Alfonso Cuarón
Cuando termina Roma, te esperas hasta los créditos por si el propio Alfonso Cuarón entra a lomos de su caballo a anunciar que has sido conquistado por lo que acabas de ver. Roma es todo lo que se ha dicho ya: el homenaje a aquellas mujeres que no suelen ser protagonista de las historias, y al retrato de una infancia donde se observan perfectamente los sentimientos más puros del ser humano. Todo ello presentado con planos repletos de crudeza bella, un museo de cuadros en blanco y negro. Una obra esencial, casi tanto como un cambio de mentalidad en el mercado de la distribución cinematográfica.
5. En las estrellas (España). Dir. Zoe Berriatua
Víctor e Ingmar comparten un presente lleno de tristeza y precariedad, pero también plagado de robots y localizaciones de películas que han visto juntos. En las estrellas va sobre sueños (casi) imposibles, pérdidas y resilencia. Un trabajo de esos necesariamente reivindicables. 86 minutos de regalo a la imaginación y ternura, a pesar de que al protagonista y a su hijo le superen continuamente las desgracias. Un rico relato padre-paternofilial es el Cinema Paradiso patrio de carton piedra y cocteleo de imágenes evocadoras. Ese cine auténtico que no vende tanto en taquilla. Melies, desde lo alto de su luna, le gusta esto.
1. Roma (México). Dir. Alfonso Cuarón
Cuarón recuerda su infancia de una manera preciosa. Una película cercana al neorrealismo italiano en la que no pasa nada mientras sucede todo. Una historia sostenida por la mirada pura, sencilla y llena de amor de Cleo, la protagonista, interpretada de manera soberbia por Yalitza Aparicio. Un largometraje con dos momentos que te cogen por el cogote y no te sueltan: la escena en el hospital, durísima, irrespirable; y la escena en la playa: la lucha contra el mar y una “piedad” familiar que sirven como colofón a una historia de amor incondicional, amor recordado y puro. Película de las que quedan. Sin duda una de las mejores del año.
2. Cold War (Polonia). Dir. Pawel Pawlikowski
Otra mirada atrás. Otra mirada en blanco y negro. En este caso para contar una turbulenta historia de amor en plena Guerra Fría. Pawel Pawlikowski se saca de la chistera otra película excepcional que nos cuenta que no hay mayor telón de acero que el de dos personas que se aman pero nunca pueden llevar a término su amor. Precioso blanco y negro, andares de cine clásico, diálogos turbulentos, genial música y escenas de baile memorables. Como punto final, además, una escena sutil, bellísima, que no necesita artificio ninguno. Otra de las películas del año.
3. Custodia compartid (Francia). Dir. Xavier Legrand
Aunque llevamos mucho tiempo oyendo hablar de esta película, en España llegó a los cines en abril de este 2018. Un drama brutal contado con pulso brillante, de thriller, que te lanza un cubo de dudas encima para luego dejarte encerrado en un baño con una madre y su hijo. Brutal en todos los sentidos: brutal sobre todo por la magnífica construcción de su guión y cómo va desvelando la información; brutal por la milimétrica dirección que nos arrastra hasta un clímax angustioso, sensacional cinematográficamente hablando; y brutal por la durísima historia que cuenta, tristemente muy relevante a día de hoy.
4. Call me by your name (Italia). Dir. Luca Guadagnino
Lo mismo sucede con este largometraje de Luca Guadagnino, parece que llevamos hablando de él más tiempo, pero se estrenó en nuestro país allá por enero de este 2018. Una historia de amor, de maduración, en un entorno idílico y que debe su grandiosidad a la maestría del director y a la certeza y verdad con la que los actores devuelven a todos y cada uno de los personajes. También cuenta con una banda sonora excepcional y es de esas películas que huelen a muchas cosas: a verano, a descubrimiento de la vida adulta, de la sexualidad, a un buen desayuno, a los amantes recién duchados… en resumen, una historia de amor, la de Elio y Oliver, que tardaremos en olvidar.
5. El reino (España). Dir. Rodrigo Sorogoyen
Mi debilidad por los thrillers asoma la patita en el ranking a través de esta maravillosa película. Escrita por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, una de las mejores duplas de guionistas que ha dado nuestro cine en los últimos años, es la historia que el cine español necesitaba contar y en manos de ellos dos se convierte en un largometraje magnífico. A pesar de la torpe escena final, ‘El reino’ es una película intensa, con un ritmo infernal capaz de sacar los trapos negros de nuestro país y ponerlos al sol a secar. Mención especial para ese clímax en una casa en Andorra y para los hombros y la mirada de Antonio de la Torre, que soportan lo que les echen, y que está magistral como siempre. Me alegro de que forme parte de la terna de nominadas a mejor película en los Goya y de que compita con ‘Petra’. Una pena que en esa lista no aparezca ‘Quién te cantará’.
1. El león duerme esta noche (Francia). Dir. Nobuhiro Suwa
Su segunda película ‘M/Other’, presentada en la Quincena de Realizadores del festival de Cannes en 1999, le consagró dentro del mundo del cine de autor. Ahora, con su sexto largometraje, el nipón homenajea a la emblemática figura de Jean-Pierre Lèaud, al cine francés y reflexiona sobre la creación artística de una de las maneras más puras y bellas que ha dado el cine reciente.
2. Lazzaro feliz (Italia). Dir. Alice Rohrwacher
Narrada en clave fabulesca, la tercera (y mejor hasta el momento) película de la italiana, se adentra en una historia de viajes – del campo a la ciudad, del pasado al presente – para seguir la historia de un naíf adolescente que nos sirve como vehículo para articular una crítica social que abarca desde la explotación salarial a la corrupción moral y la marginalidad.
3. La fábrica de nada (Portugal). Dir. Pedro Pinho
De Italia a Portugal pero siguiendo un mirada crítica social y política similar a la de Rohrwacher, Pinho construye una película radical y atrevida acerca del desempleo, con una relevancia explícita en los tiempos que nos rodean, donde crea una simbiosis perfecta entre los elementos que conforman el debate ineludible por excelencia de la crítica: ese entre el fondo y la forma.
4. Roma (México). Dir. Alfonso Cuarón
La película de Cuarón, pensada para verse en una sala de cine pero producida por una televisión, radiografía la sociedad mexicana de los años 70 a través de los recovecos de un barrio que suponemos da nombre a la película. Y digo suponemos porque no aparece citada en ningún momento. A través de este “no lugar”, Cuarón universaliza el mensaje de su cinta, convirtiéndolo en una oda a la memoria colectiva. Un equilibrio perfecto entre el relato íntimo de una familia acomodada y lo gigantesco de las revueltas sociales.
5. Caras y lugares (Francia). Dir. Agnès Varda, Jean René
A sus 90 años de edad, Agnès Varda compone junto al fotógrafo y graffitero Jean René, una road movie humanista sobre el arte de crear, actualizándose a los nuevos formatos e invitándonos a todos a rescatar una fe para los tiempos venideros. Fresca y divertida pero también completamente melancólica, solo podemos rendirnos a los pies de una de las pioneras de la Nouvelle Vague: larga vida a Agnès Varda.
1. Lazzaro feliz (Italia). Dir. Alice Rohrwacher
Magistral disección de la bondad humana a través de la relectura fantástica que Alice Rohrwacher hace de la corriente crítica con el mundo que oprime al individuo contemporáneo, inaugurada en su país por el neorrealismo. La libertad de la directora a la hora de estructurar la historia permite al filme dialogar con películas tan dispares como ‘El pan nuestro de cada día’ de Murnau, ‘Los olvidados’ de Buñuel, ‘Al azar de Baltasar’ de Bresson o ‘El bosque’ de Shyamalan.
2. Un asunto de familia (Japón). Dir. Hirokazu Koreeda
Koreeda recupera el tema de la familia, tan habitual en su filmografía, desligándose esta vez de los lazos de sangre y ahondando en las heridas y los traumas que aúnan a distintos personajes marginales en torno a la estructura del hogar. Destacaremos la labor del director en su firme intento por no caer en la parodia o el mero alegato político-social, dada la temática a tratar.
3. Burning (Corea del Sur). Dir. Lee Chang-Dong
La película más desconcertante del año. Lee Chang-dong ensancha, por medio de los apartados visuales y narrativos, los márgenes en torno a la cuestión de la desaparición y sus consecuencias. Frente al microcosmos en el que se encuentra el triángulo amoroso compuesto por Lee Jong-su (Ah-In Yoo), Ben (Steven Yeun) y Shin Hae-mi (Jong-seo Jun), nos encontramos con otros amplísimos universos como el de la juventud, la frágil situación en Corea del Sur o la relación entre personajes de distintos estratos sociales.
4. Good Time (USA). Dir. Ben Safdie, Joshua Safdie
Bajo la premisa de un ladrón de poca monta que es incapaz de encontrar el camino adecuado que le lleve hasta su hermano, brillantemente interpretado por Robert Pattinson, los hermanos Safdie trasladan a través de un enfoque naturalista el mito del viaje órfico a las entrañas de Nueva York. El tratamiento de la imagen por parte de Sean Price Williams y la música de Oneohtrix Point Never, conducen al espectador por un tétrico relato dominado por un azar que, sin embargo y al igual que ocurre en las novelas de Paul Auster, resulta coherente.
5. El hilo invisible (USA). Dir. Paul Thomas Anderson
Perverso relato acerca de las relaciones tóxicas o disfuncionales, el proceso creativo y las figuras de la musa y el artista. Paul Thomas Anderson rinde su particular homenaje a Hitchcock, que abarca desde el ambiente claustrofóbico de ‘Rebecca’ hasta la transformación de la figura femenina como consecuencia de la obsesiva mirada masculina presente en ‘Vértigo’.
1. Cold War (Polonia). Dir. Pawel Pawlikowski
Con ‘Cold War’ el director polaco Pawel Pawlikowski ha logrado una de las cosas probablemente más difíciles en el cine y también en la literatura: contar con sencillez, con precisión y belleza algo inmensamente profundo; saber contar sin que nada falta ni nada sobre. Pues es admirable como el director polaco logra contarnos tanto en tan pocas palabras (algo que pocos creadores han conseguido alcanzar); como a través de las imágenes, las palabras, los gestos, las miradas, los silencios y la música, del lenguaje de lo explícito y de lo implícito, nos cuenta algo tan profundo como es la fuerza de un amor marcado por el devenir de la Historia, en este caso el posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Una de las cosas más estimables de este hermoso y conmovedor filme es esa fusión entre lo íntimo y lo épico, lo individual y lo colectivo. Pues el director no sólo capta los encuentros y desencuentros de un amor entre aires difíciles, sino los conflictos internos que hay en él. También como la excelente música va acompañando y contándonos la evolución de sus personajes y los contextos a los que tratan de sobrevivir. Resulta conmovedora la fuerza de algunas imágenes, la belleza y tristeza que desprende su impecable blanco y negro. Y el final, uno de los finales más perfectos y desoladores del cine reciente. Un final que sin duda pasará a la historia del cine. En suma, ‘Cold War’ logra una de las grandes virtudes del arte: hacer de la vida una bella ficción.
2. Quién te cantará (España). Dir. Carlos Vermut
Fácilmente, el nuevo filme del director de la inquietante ‘Magical Girl’ nos recordará a formidables clásicos como ‘Persona’, ‘Vértigo’, ‘Blade Runner’ e incluso ‘Los muertos’ o ‘Nosferatu’, sin embargo, ‘Quién te cantará’, además de ser una bella película, es una película única. Y es que más allá de los temas y lúcidas reflexiones que hay en ella, lo admirable del filme radica en el modo de contarnos todo esto, en el uso del lenguaje cinematográfico, y sobre todo en el lenguaje de lo implícito, de sugerir más allá de decir; como a través de un perfecto y turbador juego de espejos, de una hermosa e inquietante estética, de bellas metáforas como el mar, la papiroflexia o un karakoe y el uso del detalle en objetos como unos tacones, unas uñas, un cisne de papel o un huevo frito, y de la música, nos habla de algo tan profundo como la identidad, los sacrificios de la fama, los sueños y desilusiones de la vida, las relaciones materno-filiales o la muerte.
Pues con ‘Quién te cantará’, un filme que no es ni un melodrama al uso, ni una película de terror clásico ni tampoco un thriller psicológico, sino una perfecta combinación de todos ellos, asistimos a la consolidación de una de las voces más personales y sugerentes del cine contemporáneo, de un director que ha hecho de la oscuridad, la belleza y el misterio su singular universo.
3. El reino (España). Dir. Rodrigo Sorogoyen
Las películas de este joven y prometedor cineasta madrileño son como golpes de realidad. Pues después de ‘Stockholm’, ‘Que Dios nos perdone’ y del multipremiado cortometraje ‘Madre’, Rodrigo Sorogoyen prosigue su extraordinaria filmografía con la que probablemente es su película más madura: ‘El reino’, un arriesgado thriller sobre corrupción política, más allá de los géneros y de la misma corrupción. Pues pese a las distancias que puede haber entre este nuevo filme y sus anteriores, en realidad no están tan lejos, siempre hay lugares comunes, siempre son películas sobre personajes, sobre las motivaciones y psicología de éstos, películas que nos llevan a reflexionar sobre quiénes somos, porqué actuamos como actuamos, que nos mueve a ser lo que somos.
Y es que las películas de Sorogoyen son únicas precisamente por esa incómoda mirada que logran generar sobre nosotros mismos, por como a través de la transgresión de los convencionalismos y de los géneros, de la fealdad, de lo políticamente incorrecto y de lo que nadie se atreve a mostrar con precisión de nuestra realidad, logran esa incomodidad en el espectador. En ‘El reino’, esa singularidad radica en hacer una película sobre corrupción desde la propia mirada del corrupto, en tratar de llevarnos a su terreno (sin por ello justificarlo) a través de la humanización del personaje, de hacer que lo sintamos alguien cercano, alguien como nosotros, y que por tanto nos cuestionemos más allá de lo inmoral, de la maldad, de la misma corrupción. Aquí radica lo magistral del filme (y también de sus anteriores): en saber meterse de lleno en algo que de por sí genera rechazo. Todo ello acompañado de una excelente dirección y puesta en escena, y de una frenética música electrónica que nos sumerge con fuerza en esa huida sin fin de las profundidades de la corrupción. Como reseñaba Boyero: «puro poderío visual» bien merecedor de sus múltiples nominaciones.
4. El hilo invisible (USA). Dir. Paul Thomas Anderson
Con ‘El hilo invisble’, Paul Thomas Anderson ha logrado realizar una hermosa y sugestiva fábula, con tonos de filme romántico y de terror psicológico, sobre el amor y el trabajo, la vida y el arte, y la pulsión entre ambos. Pues en él, a través de lo perturbador y obsesionante de la relación entre una musa y su modisto hay una bella metáfora sobre el amor, sobre la enfermedad que hay en todo amor al límite, más allá de toda razón.
Sin embargo, lo más estimable del filme, más allá de lo que dice, radica en lo que no se dice; en el lenguaje de lo implícito, en los silencios, la delicadeza en los gestos, miradas, música e imágenes. La belleza y elegancia que desprenden imágenes como la sugerente secuencia final- el modisto vistiendo con delicadeza a su musa- dan la sensación de ser perfectas obras de arte. En suma, todo ello dota a la obra de una profundidad, de un misterio y encanto que no sabemos muy bien qué es pero que hacen de la misma una delicia visual.
5. Un asunto de familia (Japón). Dir. Hirokazu Koreeda
La autenticidad y la mirada transgresora con la que el nuevo filme de Koreeda aborda su gran obsesión- las relaciones familiares-, es lo que hacen de él una conmovedora parábola sobre los vínculos que, más allá de los lazos de sangre, unen a una familia; sobre las miserias y el amor que hay en ella. Y es que lo mejor del filme radica en la naturalidad, la sinceridad, la delicadeza que desprenden algunas de sus secuencias. En como a través del detalle, de la cotidianidad de la vida familiar, de escenas que nos pueden resultar cercanas, de gestos y miradas cargadas de profunda tristeza y ternura, del uso de los espacios, construye una lúcida reflexión sobre el significado de la familia, los sentimientos y emociones, la estima que hay en ella.
‘Un asunto de familia’ nos deja lo que nos suelen dejar las buenas películas: imágenes inolvidables. Imágenes en las que Koreeda logra captar con admirable naturalidad las emociones y sentimientos de sus personajes, los miedos y desilusiones de un niño, la soledad, o el amor, lo que hay de más profundo en nosotros. En definitiva, toda una bella lección de cine.
He echado en falta en el top 5 final «El reino», aunque creo que habéis acertado incluyendo «Quién te cantará». Gracias, Macguffin 😉