
‘Tres idénticos desconocidos‘, documental de Tim Wardle, aclamado por la crítica y uno de los Premios Especiales del Jurado en Sundance 2018, empieza como un tiro y sin contemplaciones: Robert Shafran llega a su primer día de universidad y todo el mundo parece conocerle. ¿Cómo es posible? El espectador y el propio Robert tardan poco tiempo en darse cuenta de que hay alguien por ahí que tiene su misma cara, un hermano gemelo que hasta entonces desconocía. Acto seguido la historia, por extraordinaria, aparece en los medios de comunicación y surge un tercer hermano, trillizos separados al nacer. En primer lugar hay que decir que para enfrentarse a este documental lo mejor es saber lo menos posible de la historia de estos tres hermanos, por eso a partir de ahora no encontraréis spoilers.
¿Por qué?, ¿por qué estos tres hermanos fueron separados al nacer y ni ellos ni sus familias sabían nada al respecto? En torno a esta pregunta construye Wardle ‘Tres idénticos desconocidos‘. El director y su equipo deciden contarnos la vida de estos tres hermanos de manera cronológica. Esta decisión, que puede parecer algo simple y de lo más lógico, no lo es. De hecho, supone un gran riesgo ante el tipo de historia con la que nos encontramos. De la ilusión inicial de tres hermanos jóvenes que acaban de conocerse y se tienen los unos a los otros para disfrutar de la vida, pasamos a una historia cada vez más oscura y perturbadora que nos anima a la reflexión y se convierte además en una denuncia. El director sale más que airoso y consigue manejar ese cambio de tono complicadísimo de una manera brillante, agarrando al espectador y manteniéndolo siempre dentro de su relato.

El documental tiene muchas cosas a destacar. Además de su buen manejo retorciendo el tono, es genial cómo el director consigue señalar de qué manera la percepción del espectador sobre una misma escena puede variar dependiendo de la información que tenga. Hay distintas secuencias del filme que vemos en varias ocasiones y las experimentamos de manera muy distinta por el momento en el que nos llegan, antes no sabíamos algo que ahora sí sabemos, y eso nos cambia por completo nuestra experiencia con respecto a lo que vemos. Un ejercicio muy interesante por parte del director que funciona a la perfección. Y, por otro lado, un apunte que habla muy bien del trabajo que hay detrás de este largometraje.
Quizás uno de los pocos «peros» que se le pueden poner a ‘Tres idénticos desconocidos’ es que sea un largometraje y no una serie documental. La historia tiene tantas ramificaciones que da la sensación de que el relato podría adentrarse más en algunos temas que apunta y que no termina de desarrollar. Esto juega en varias ocasiones en su contra, puesto que hace que algunos puntos de la narración nos dejen un poco más fríos, ya que parecen llevarnos a un sitio que luego el documental no llega a explorar. Te deja con ganas de más.
Seguramente por esta sensación de que cuando todo termina quieres saber más no parece descabellado pensar que este documental tenga una secuela o que se convierta en una serie documental. Si es así, aquí tendrá de nuevo un espectador deseoso por conocer cómo la realidad se sigue empeñando en demostrar que es muy capaz de superar a la ficción.