2019 será otro año plagado de celebraciones para los cinéfilos. Y no solo por las buenas películas que se van a estrenar, sino por las películas que vieron la luz hace ya 20 años. Entre las mejores películas de 1999 destaca ‘American Beauty’, que triunfaba en los Oscars con cinco estatuillas, pero también recordaremos ese año por la estética de ‘Matrix’, la maravillosa sátira social en ‘El club de la lucha’, la inquietante historia de ‘El sexto sentido’, la fascinante obra póstuma de Kubrick o por el drama de Manuela en la oscarizada película de Almodóvar, entre otros.

Nos preparamos para echar la vista atrás a 1999 y rememorar estas 10 películas que cumplen 20 años en 2019, títulos que todo cinéfilo debería volver a ver.

1. Matrix (USA). Dir. Lilly y Lana Wachowski

Incontestable clásico de la ciencia ficción moderna que puso de moda la estética ciberpunk y llevó a Keanu Reeves a la cima de su carrera. La segunda película de las hermanas Wachoswki fue un rotundo éxito de taquilla, cuyos méritos visuales no solo crearon escuela en el cine de género sino que han sobrevivido con dignidad al paso del tiempo. Si hay algo que desluce un tanto el legado del filme es el decepcionante nivel de sus secuelas, pero el impacto de su entrega fundacional permanece vigente gracias a su arriesgada combinación de referencias filosóficas y vibrantes escenas de acción.

2. American Beauty (USA). Dir. Sam Mendes

El debut cinematográfico de Sam Mendes arrasó en los Oscar con un atrevido acercamiento al reverso oscuro del sueño americano. El afilado guion de Alan Ball (que pronto se convertiría en un nombre clave de la ficción televisiva) disparaba hacia los secretos y frustraciones de la acomodada clase media norteamericana, carente de ideales y referentes en esas confortables burbujas de diseño que conocemos como urbanizaciones. Un Kevin Spacey pletórico al frente de un excelente reparto, la inolvidable banda sonora de Thomas Newman y la excelsa fotografía de Conrad L. Hall, contribuyen sin duda a que el filme sea considerado con total justicia un clásico moderno.

3. El club de la lucha (USA). Dir. David Fincher

Tras la excelente ‘Seven‘ y la irregular ‘The Game’, David Fincher firmó su controvertida adaptación de la (no menos controvertida) novela de Chuck Palahniuk. Esta cumbre del relato nihilista moderno, cuya feroz crítica al sistema neoliberal mantiene su plena vigencia, asume una impactante estética neo-noir al plasmar en imágenes una violenta historia plagada de giros y personajes ambivalentes. Aunque algunos confundan su mensaje antisistema con una supuesta apología del fascismo, el filme mantiene una coherencia discursiva más fácilmente asociable a un tipo inconformismo social violento (muy noventero y… esencialmente burgués) que la sitúa cerca de los relatos de Easton Ellis o Irvine Welsch. Excelente trabajo de Edward Norton y sorprendente cambio de registro para Brad Pitt.

4. Magnolia (USA). Dir. Paul Thomas Anderson

Este envenenado melodrama coral de extraordinario reparto, supone una de las obras mayores de la magnífica filmografía de Paul Thomas Anderson. El filme sigue a una serie de personajes torturados por un pasado que constriñe su existencia presente. Filtrando adecuadas dosis de un negrísimo sentido del humor, Anderson logra encaminar el lamento existencial de sus criaturas hacia un desenlace redentor, precedido de una simbólica (y muy recordada) lluvia de ranas. Julianne Moore, Philip Seymour Hoffman, John C. Reilly, o Phillip Baker Hall forman parte del magnífico elenco en el que destaca el mejor Tom Cruise que hemos visto en pantalla, en la piel de un misógino charlatán que ejerce de coach. Una película de tres horas en la que cada minuto, desde su impactante prólogo, es oro puro.

5. El sexto sentido (USA). Dir. M. Night Shyamalan

La irrupción de Shyamalan en el panorama del fantástico fue una mayúscula sorpresa artística, además de un tremendo éxito de taquilla. Esta cumbre del (mal llamado) thriller psicológico, cuyo giro final fue tan comentado como copiado, poseía notables hallazgos de dirección, interpretaciones potentes, numerosos sobresaltos y una inquietante banda sonora de James Newton Howard que contribuía a generar la amenazante atmósfera que envolvía el filme. La película relanzó la carrera de un alicaído Bruce Willis (sobrio y convincente en un sorprendente cambio de registro) y nos dio a conocer al joven Haley Joel Osment, que mereció la nominación al Oscar gracias a su magnética interpretación de un preadolescente asediado por los espíritus.

6. Cómo ser John Malkovich (USA). Dir. Spike Jonze

El tándem formado por Spike Jonze en la dirección y Charlie Kaufman en el guion, dio como resultado una de las películas más insólitas e ingeniosas del cine norteamericano de final de siglo. Esta fantasía lisérgica ambientada en una Nueva York desposeída de glamour, parte de la crisis identitaria de su protagonista (John Cusack en la piel de un desmotivado marionetista), al que seguimos en su alucinado viaje por la mente del actor John Malkovick, en la que se cuela al atravesar una de las puertas de su oficina. Una fascinante alegoría sobre la alienación del individuo y el hallazgo de vía de escape en las vidas ajenas.

7. Eyes Wide Shut (Reino Unido). Dir. Stanley Kubrick

Entre las mejores películas de 1999 está la obra póstuma del incomparable Stanley Kubrick. La película fue inicialmente recibida con tibieza en su estreno en el Festival de Venecia, pero el paso de los años ha terminado por situar el filme en un lugar de privilegio dentro de la escueta filmografía del maestro. De rodaje dilatado y tortuoso, como confesaba su pareja protagonista -el (por aquel entonces) matrimonio Cruise-Kidman- el resultado final de ‘Eyes Wide Shut’ puede generar dudas dado su hermetismo, pero el gusto por el detalle en el encuadre y la composición de escenas (ese inolvidable paseo de Cruise por un infierno de enmascarados) y su perturbador análisis de las relaciones de pareja, terminan por sostener la película a una altura digna de su gigantesco creador.

8. Una historia verdadera (USA). Dir. David Lynch

Justo antes de ‘volarnos la cabeza’ con la prodigiosa ‘Mulholland Drive’, David Lynch nos regaló en forma de remanso dramático en su carrera una de las películas más emocionantes de su filmografía. Esta road-movie crepuscular comandada por un sublime Richard Farnsworth en busca de reencontrarse (y reconciliarse) con su hermano, huye del sentimentalismo más obvio para conectar con las emociones más puras de una serie de personajes que desfilan por la pantalla como paradigma de las esencias más humanas. Nos quedamos con la sutil belleza de su desenlace, que apunta a esas estrellas que vigilan nuestra insignificancia mientras suena la bellísima música de Angelo Badalamenti.

9. Todo sobre mi madre (España). Dir. Pedro Almodóvar

Maravilloso filme que marca un antes y un después en la carrera de Pedro Almodóvar pues, sin renunciar al punto de vista femenino, a sus personajes extremos o a sus conocidos chispazos de humor incorrecto, el cineasta comienza a mostrar en su cine una aproximación al melodrama canónico al estilo Douglas Sirk. Cecilia Roth encarna aquí a una enfermera que, desolada tras perder de su hijo víctima de un fatídico atropello, emprende un viaje de regreso a Barcelona en busca del padre. La película es un viaje fascinante hacia la redención, con los suficientes desvíos (como la historia de Agrado, esa transexual encarnada por una inolvidable Antonia San Juan) para acabar por componer un emocionante canto, en las antípodas del fatalismo, a la lucha de la mujer contra los desafíos propios del más caprichoso de los destinos. Obra cumbre en la filmografía del cineasta manchego por la que obtuvo el premio de dirección del Festival de Cannes y el Oscar a la mejor película extranjera.

10. El proyecto de la bruja de Blair (USA). Dir. Daniel Myrick y Eduardo Sánchez

Sin entrar a debatir sobre sus (no pocos) méritos cinematográficos, la película de Myrick y Sánchez es sin duda un filme-evento digno de figurar en una lista como la que nos ocupa, dado el alcance de la original campaña de marketing que contribuyó al descomunal éxito de taquilla de esta película de terror low-cost que se convirtió en inesperado fenómeno de masas. Obra fundacional del subgénero found-footage, precursora de éxitos posteriores del fantástico como ‘REC’, ‘Paranormal Activity’ o, más recientemente ‘La visita’, la película hacía un sobresaliente uso del sonido y del fuera de campo, logrando inquietar con elementos de suspense poco habituales y nada artificiosos. Pese a que vista hoy se quede algo corta en impacto, debemos en este caso contextualizar su estreno para no restarle méritos a su originalidad.

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