Hay heridas que se no cierran, que no curan y que, pese al paso del tiempo, todavía sangran. Podríamos tomar el cuerpo desgastado y sucio de Erin Bell (Nicole Kidman), en ‘Destroyer’ como una metáfora andante de esta idea. Karyn Kusama, la directora estadounidense que hace cuatro años aportó su granito de arena a las películas de reuniones entre amigos con ‘La invitación’ (2014), propone un filme sobre personajes cohibidos por sus propios pasados, por decisiones de antaño de cuyas secuelas no se vislumbra reparo alguno.

Mucho tiempo después de que los sucesos traumáticos que la avocaron a su propia autodestrucción –parece que su cuerpo se fuese a quebrar con cada paso que da–, Bell encuentra en la escena de un crimen un elemento que la hace recordar ese pasado que ha intentado borrar de múltiples maneras. Será entonces que se obsesionará con encontrar a Silas (Toby Kebbell), el aparente causante del caos indómito que ha gobernado su vida, para poder ajustar cuentas y poder redimir su desdichada vida.

Destroyer dirigida por Karyn Kusama
Erin Bell (Nicole Kidman) en «Destroyer», dirigida por Karyn Kusama. Fuente: A Contracorriente Films

La situación con su familia también se ve lastrada por todo lo que ha soportado. Entre ella y su expareja –interpretada por ese magnífico actor, siempre secundario, que es Scott McNairy– no son capaces de conformar un hogar cálido para su hija, quien no encuentra ninguna explicación y motivo en la actitud de su madre.

Destroyerjuega entre el pasado y el presente, entre los eventos que marcaron la vida de Erin Bell y las consecuencias de estos mismos, entre la complicidad que emanaba de la pareja policial conformada por ella y Chris (Sebastian Stan) y la soledad de una, ahora islada, Bell. Se produce el cambio de una vida normal a una vida sucia, en la que esa suciedad se encarga de cubrir el rostro de Nicole Kidman en su totalidad: y es que un factor que no termina de encajar para el aquí firmante es saber, en todo momento, que la actriz australiana se esconde detrás de toda esa capa de maquillaje (al igual que sucede con el personaje de Toby Kebbell, con esa peluca tan irrisoria).

Es en la construcción de sus personajes protagonistas –Erin y Chris– donde la nueva propuesta de Karyn Kusama parece sobresalir del resto, además de en las secuencias de acción, donde la tensión está ejemplarmente calculada. ‘Destroyer’, en definitiva, vuelca su discurso en la demostración de cómo los fantasmas del pasado pueden asolar tu vida en cualquier momento, y la manera en que estos pueden, si no lo impides, llevarte a tu propia destrucción.

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