
El héroe y el antihéroe, el viaje como recorrido transformador tanto físico pero sobre todo moral. El lirismo del errar como condenada, sin rumbo fijo y prácticamente sin meta. El western como es comúnmente conocido se extinguió a finales de los años 70. De nada sirvió llevar a cabo un modelo melancólico y revisionista del género y que este diese grandes obras maestras como ‘La legión invencible’, ‘El hombre que mató a Liberty Balance’, las dos grandes obras de John Ford; o ‘Grupo Salvaje’ de Sam Peckimpah. Tampoco la labor y el surgimiento del spaghetti western, el subgénero por excelencia. La pérdida de interés por parte del público y la predilección del mismo hacia nuevos productos que empezaban a asomar la cabeza hicieron que el western fuera irremediablemente dilatándose en el tiempo hasta llegar incluso por perdido a finales de los 90 tras la afamada y multipremiada ‘Sin perdón‘ de Clint Eastwood. Sin embargo, una buena cosecha de westerns modernos estaban por llegar.
Las raíces, la nostalgia y las influencias entre otros factores, han hecho que jamás haya llegado a perderse del todo un género como el western. No habría Quentin Tarantino sin Sergio Leone, y ello es sabido por todos. El director de Knoxville siempre ha hecho gala y alusión de su admiración por el autor italiano, muestra de ello fueron sobre todo las dos entregas de ‘Kill Bill’, todo un alarde de sus múltiples influencias cinematográficas; hasta que llegase finalmente ‘Django desencadenado’, su primer y esperado western o ‘Los odiosos ocho‘, pasando por el propio título de su próxima película, ‘Once Upon a Time in Hollywood’, en honor a ‘Once Upon a Time in The West’ de Sergio Leone, que a nuestras pantallas llegaría como ‘Hasta que llegó su hora’.
Pero no solo Tarantino ha sido el encargado de reivindicar, homenajear o de intentar devolver a la palestra un género como el western, que en su momento fuese hacedor de un sinfín de grandes obras dentro del Hollywood clásico. Las siete películas o westerns modernos elegidos a continuación apenas son una pequeña selección del ya conocido y bautizado como neowestern.
1. El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Redford (Andrew Dominik, 2007)
Andrew Dominik presentaba su segundo largometraje siete años despúes del éxito generado por su puesta de largo, ‘Chopper’ (2007). Brad Pitt, Casey Affleck, Sam Rockwell, Jeremy Renner, Sam Shepard… Toda una alfombra roja para narrar la historia del forajido más famoso del oeste norteamericano, Jesse James (Brad Pitt).
Las dispares personalidades del dúo protagonista inundan el largometraje, ya no solo en su enfrentamiento, sino a la hora de descubrir dos personajes a corazón abierto: sus miedos, sus frustraciones, sus ansiedades por crecer en entornos diferentes y por descubrirse como aquellas personas que siempre han deseado ser. La larga duración y cierto abuso visual jugaron negativamente contra una película que aún así conseguía evocar a los westerns más clásicos.
2. Valor de ley (Joel y Ethan Coen, 2010)
No hay que dejar caer en el olvido el año 2010 aún habiendo pasado ya casi una década. ‘La red social‘, ‘Cisne negro’, ‘Origen’, ‘El discurso del rey’, ‘Toy Story 3’, ‘The Fighter’, ‘127 horas’, etc. No pocos fueron los títulos que excelentes o no, llegaron a la cartelera para ser recordados o marcar en cierto modo la diferencia. Ese sería el caso de ‘Valor de ley‘, la película que finalmente dio el pistoletazo de salida definitivo a la actual producción de westerns modernos.
El secreto estuvo en otorgarle una nueva mirada a un género que había sido, y sigue siendo, misógino. La mirada de la joven adolescente protagonista, una debutante Hailee Steinfeld, mirada que no sólo se atrevía a sostener sino a superar o ensombrecer la de su partenaire masculino Jeff Bridges. Esta feminidad pule cada una de las líneas de la trama. Lo importante no es dar con el asesino, sino las relaciones que se establecen entre el trío protagonista y lo que estas desembocan. No es tanto la venganza por un padre asesinado, sino el periplo de un lado a otro del río: el de la infancia a la madurez, el de la civilización sosegada al salvaje Oeste. Y, sobre todo, el del bien al mal.
3. Django desencadenado (Quentin Tarantino, 2012)
‘Django desencadenado’ no suscitó el unánime aplauso de la crítica pese a lo que se hubiese esperado de ella. Años y años de reclamo hacia Quentin Tarantino: un admirador declarado de Sergio Leone no debería de tardar en dirigir su propio western. Y he aquí el problema: quienes no recibieron el visionado de ‘Django desencadenado‘ con los brazos abiertos fue precisamente por esperar una copia exacta de las grandes obras del director italiano.
Tarantino decidió ofrecernos su esencia a través de la historia de venganza del esclavo negro Django. Incansable autor amoral, el director impregna a sus personajes más allá del color de la piel, clase social o condición, con lo que su discurso antiesclavista y antirracista se realiza sin presunciones éticas y únicamente con sentido del ritmo, del pasamiento, del humor, y desbordado en munición y sangre; convirtiendo la película en un deslumbrante western que juega constantemente a encontrar el equilibrio entre lo liviano y lo banal.
4. Deuda de honor (Tommy Lee Jones, 2014)
La apuesta más feminista de esta lista de westerns modernos junto a ‘Valor de ley’ de los hermanos Coen. De nuevo la mirada femenina es la protagonista de un género abordado desde una mirada 100% masculina. De ahí que en cierto modo su director Tommy Lee Jones declarase en Cannes tras su presentación que ‘Deuda de honor’ “no es un western”.
La heroína en este caso, Mary Bee Cudy (Hilary Swank), es elegida para dar con tres mujeres que se encuentran en paradero desconocido y que han perdido la razón. Para ello cuenta con la ayuda de Briggs (Tommy Lee Jones), convicto al que salva de la horca a condición de que le ayude a llevar a cabo su cometido. La grandeza de ‘Deuda de honor’ recae en la mezcla entre clasicismo y modernidad, viéndose estas dos corrientes reflejadas en el uso de encadenamiento de imágenes y flashbacks respectivamente. Y encontrándose, además, en el navajazo a traición que embadurna los solemnes paisajes.
5. Slow West (John Maclean, 2015)
Michael Fassbender era prácticamente el gran y único peso pesado de esta ópera prima, y por ahora única obra, del músico escocés John Maclean, hasta ese momento conocido por su trabajo en bandas sonoras. La puesta minimalista y los colores saturados son los principales elementos de una película en la que, al igual que en ‘Valor de ley’ (2011), encontramos un dúo formado por un adolescente y un curtido buscavidas.
En esta ocasión, un adolescente enamorado (Kodi Smit-McPhee) y un cazarrecompensas (Michael Fassbender), que dan forma a una película con ínfulas de alegoría romántica, de aventura iniciática y de cruenta fábula de hadas. No obstante, más allá de este de cruce de elementos, la particularidad de ‘Slow West‘ reside en exponer que el western se encuentra en constante revitalización y el cine, por tanto, también.
6. Bone Tomahawk (S. Craig Zahler, 2015)
Segunda ópera prima de esta recopilación de westerns modernos, ambas curiosamente estrenadas el mismo año. ‘Bone Tomahawk‘ es sin duda alguna el western más atípico de esta selección. Más que revisionar el género Zahler lo explota, proponiendo una mirada completamente distinta y claramente peculiar. El western aquí no es el único género, también el terror y la comedia tiene cabida de manera evidente y perspicaz respectivamente.
El director encuentra la manera perfecta de equilibrar el western crepuscular con el gore y el horror. Kurt Russell y Richard Jenkins brillan en un elenco envidiable frente a un apretado presupuesto, el cual convierte la película precisamente en lo que es y donde el ritmo regular es interrumpido por el estallido de violencia más explícita.
7. Comanchería (David Mackenzie, 2016)
Jeff Bridges repite como protagonista en esta última película de la lista de westerns modernos con ‘Comanchería‘, noveno largometraje del director David Mackenzie y segundo guion hasta ese entonces de Taylor Sheridan, quien años más tarde rodaría su propio western, ‘Wind River’.
‘Comanchería’ supone la plenitud del western contemporáneo: la visión subversiva y ética de la política y el pueblo estadounidense de la era actual. Sheridan es especialista en analizar el momento de su país comenzando, al igual que ocurre en ‘Deuda de honor’, por la narración más puramente clasicista hasta llegar a la plena modernidad. En ‘Comanchería’ no hay protesta hecha palabra, esta se encuentra en cada desahucio, en cada pobreza que inunda la pantalla, en las camareras, en los colegios, en la violencia y en la delincuencia. Una delincuencia reconvertida en venganza moral por parte de aquellas personas que apenas llegan a pagar el alquiler.