
Jacques Audiard presentaba el pasado Festival de Venecia ‘Los hermanos Sisters‘, su octavo largometraje y primera incursión en el cine de habla inglesa. En la Mostra se saldaba con el León de Plata a la Mejor Dirección, distinción con la que también sería galardonado más tarde en los César, los premios del cine francés. ‘Los hermanos Sisters’ le llegaba por encargo a Audiard después de que John C. Riley y él se conociesen en el Festival de Toronto hace ya más de ocho años.
El actor no es solo protagonista sino productor de un filme que nos traslada al año 1850 para contarnos la historia de Charlie (Joaquin Phoenix) y Eli Sisters (John C. Reilly), dos asesinos a sueldo que son contratados para encontrar a Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed), un buscador de oro que es perseguido también por John Morris (Jake Gylleenhall). La travesía de los cuatro personajes por las primitivas California y Oregón nos será presentada como una despiadada cacería para convertirse a lo largo de sus dos horas en el más existencialista de los viajes, donde los lazos, los valores y las ambiciones serán puestos a prueba.
Más que un viaje, la película es un elegante cuento no exento de duras moralejas. Todo es lírica y belleza en una película que va más allá del género, cinematográfico o no. Es amor entre hermanos, amor entre hombres, amor entre almas perdidas que buscan a otras igual de errantes que ellas. Y es también resistencia: resistencia contra el sistema que te apremia, contra la corriente que te lleva o la empresa que despierta la dependencia ciega.

Todo ello se ve representado en los dos tándems protagonistas: Reilly/Phoenix – Gylleenhaal/Ahmed. Y es que, pese a que los primeros responden a los hermanos del título, los segundos son indispensables para crear una trama íntegramente vigente que se rige por la exposición del nihilismo más radical y la lucha por crear un sistema utópicamente colectivo. Y por supuesto, la redención. Piedra angular sin la que es imposible tejar esta historia.
Sin embargo, entrar a hablar de este último engranaje de la pieza sería desvelar algo que más que explicado, es necesario ser visto. Lo mismo ocurre con las cuatro actuaciones protagonistas de esta fábula atemporal. Escribir sobre ellas es no hacerles justicia. Relatar la trama, hablar de la técnica o situarla en un contexto es prácticamente similar. Al fin y al cabo, cuando una película es tan necesaria ocurre como con los recuerdos nítidos de la infancia: tratar de explicarlos sin haberlos vivido es escribir de más.
Y hablando de recuerdos, hace años era sagrada tradición ir los domingos a casa de mi abuela materna a comer. Daba igual que lloviese a cántaros que hasta allí nos desplazábamos todos: padres, madres, tías, tíos, hijas y primas. La televisión era un elemento que en cierto modo puebla estos recuerdos de mi infancia y que, en este caso, estaba asociado a los westerns. Sin embargo, como muchas tradiciones, el paso del tiempo hizo que no todos los domingos volviésemos a comer en esa casa y que ni la televisión siguiera emitiendo estas películas. El western se convirtió, por tanto, en un género al que pocas veces volví por decisión propia. Sin embargo, ‘Los hermanos Sisters‘ es uno de esos westerns para personas que, al igual que yo, no conseguían reconciliarse con el género.