
El arte siempre ha tomado un lugar relevante en la sociedad, reflejando diversas luchas icónicas, visibilizando situaciones críticas y plasmando de forma alternativa mensajes a través de un lienzo, una canción, entre otros. ‘Dilili en París‘, surge como un homenaje al arte, a la ciudad de París con tintes de feminismo desde lo simple a lo complejo.
Comercializada como una película común de animación, el nuevo filme de Michel Ocelot, después de ‘Kirikou‘ y ‘Azur y Asmar’, se ubica a finales del siglo XIX, tras los pasos de Dilili, una chica mestiza a que viaja a París y un particular amigo conductor de carretillas quienes deberán desentramar una serie de secuestros que han acontecido en la ciudad.
Con una propuesta extremadamente distinta, cuesta en un principio seguir el ritmo de la cinta en sus primeras escenas al mostrar una animación tan mecánica que puede alejar a algunos. Sin embargo, a medida que avanza la película el estilo empieza a sacar provecho de sus elementos, de un uso del color particular y de un contraste de lo ambiguo.
«Podemos elegir entre dos culturas: una sociedad abierta donde hombres y mujeres se desarrollan juntos y hacen su contribución, y una sociedad cerrada donde la mitad de la población pisotea a la otra. Sobre el tema del maltrato a las mujeres, reduje mucho lo que había planeado para que mi película pudiera seguir siendo un cuento de hadas para todos, pero no evité los momentos difíciles». Michel Ocelot
Igualdad y arte
A pesar de no tener un desarrollo tan gradual de sus personajes, la cinta se esfuerza en mostrar a una sociedad retrógrada que entierra los progresos con miedo. Se cuelan factores icónicos del feminismo y de igualidad racial, incluso al punto de cuestionar la veracidad del sistema de justicia.
Recomendada para los fanáticos de la animación o para aquellos que suelen buscar una propuesta discordante con trasfondo e impacto.