‘Temporada de caza’, o ‘Nahuel’, como se va a llamar en su estreno en España, es una de esas películas en las que parece que todo va a saltar por los aires en cualquier momento, pero nunca lo hace. El largometraje, escrito y dirigido por la cineasta argentina Natalia Garagiola, relata el reencuentro de un hijo, Nahuel, con su padre, Ernesto, tras muchos años separados. Ambos se vuelven a juntar tras la muerte de la madre de Nahuel, y después de que el joven tenga un episodio violento y se pelee con un compañero en un entrenamiento.

A partir de ahí, tras esa primera escena, la película transita en todo momento por la Patagonia argentina, lejos de la ciudad. Y es ahí donde Ernesto acoge a su hijo, pero Nahuel no parece muy por la labor de adaptarse a su nuevo ambiente.

El guion de Natalia Garagiola es parco en palabras, pero eso no le impide generar un clima muy tenso durante toda la película. Como apuntábamos, en muchas ocasiones parece que va a suceder algo más, que algo va a estallar y que nada será igual a partir de entonces. Quizás eso, junto con su capacidad para mostrarnos cómo el joven Nahuel está roto por dentro, sean los dos principales valores de la historia.

Además del guion y de la dirección de Natalia Garagiola, una grandísima parte de culpa en todo lo bien que la película funciona en este sentido es la actuación de Lautaro Bettoni. El joven actor argentino es capaz de transmitir todo lo que le pasa a Nahuel, que no es poco, con sus miradas y sus silencios. Pocas palabras le hacen falta para que nos creamos su dolor ante la pérdida de su madre, y ante la ausencia, durante muchos años, del padre con el que ahora se ha reencontrado. Lautaro apunta a actor argentino grande, y eso es mucho decir. Parece que, si ha sido capaz de afrontar este personaje tan instrospectivo, será capaz de cualquier cosa, veremos si es así.

Nahuel (Temporada de caza) dirigida por Natalia Garagiola
Escena de «Nahuel» (Temporada de caza) dirigida por Natalia Garagiola. Fuente: Versus Entertainment

Sin embargo, si algo se le puede achacar a la historia es precisamente su gusto por remarcarnos en exceso las miradas y los silencios de Nahuel. En algunas ocasiones, debido a esto, la historia se hace algo redundante y eso provoca que esos momentos vayan perdiendo fuerza. De esa forma, aunque es innegable que la película es capaz de contarnos de una manera contenida sentimientos muy complejos, cae en momentos redudantes. Todo esto hace que veamos como resultado una historia excesivamente introspectiva, y que los protagonistas de la cinta sean personajes demasiado circunspectos. En la parte más positiva encontramos cómo consigue construir poco a poco la relación entre los dos grandes protagonistas de la película, Ernesto y Nahuel, sin casi mediar palabra.

Otro de los grandes aciertos del relato es el contexto al que nos traslada y cómo se maneja. La nieve y el trabajo con su padre son el primer bálsamo para Nahuel. Y la introducción de la caza y las armas en el largometraje nos dice muchas cosas  y consigue contarnos de nuevo mucho con muy poco. Su uso genera tensión en varios momentos de la película y ayuda a mostrarnos la evolución de Nahuel, y la de su relación con su padre.

En definitiva, ‘Nahuel’ es una película que consigue una gran economía narrativa en muchos momentos, aunque quizás esto hace que se vuelva durante parte del metraje algo monótona. Su mayor virtud es contar mucho y muy profundo con muy poco, pero no parece que le hubiese venido mal que, los sentimientos que están en todo momento en la epidermis, saltasen un poco más y se hiciesen más evidentes.

Creo que Natalia Garagiola pretendía hacer precisamente este tipo de historia y, por eso, no tengo nada que reprocharle. Aunque reconozco que no me hubiese importado ver una película más explosiva. A pesar de ello, no se le puede negar su capacidad para tensar las situaciones en todo momento y presentar conflictos muy interesantes sin casi despeinarse.

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